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ÁNGEL GARCÍA ROLDÁN: 'Proyecté esta novela como una suerte de ambicioso ciclón emocional que lograra sacudir al lector con violentas rachas'.

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Hablar con los autores es un lujo del que no me gustaría prescindir jamás. He comprobado en reiteradas ocasiones que leer una novela y comentarla posteriormente con su autor, enriquece la lectura hasta límites insospechados. Por circunstancias, esos encuentros cara a cara no son siempre factibles pero, por suerte, contamos con herramientas a nuestro alcance que nos acerca. Y así ha sido con Ángel García Roldán, autor de la novela 'Howth Road', de reciente publicación en la editorial Piel de Zapa, que ha tenido la amabilidad de responder a algunas preguntas sobre su novela. Pero García Roldán no es solo un escritor, basta con asomarse a su biografía para encontrar detalles tan sumamente interesantes y desconocidos para mí como que ha ganado el Premio Internacional de Novela Plaza y Janés con Las Cortes de Coguaya (1985) y que es autor de varios guiones de películas, en concreto Buyilling (2009) y el precioso largometraje El viaje de Carol (2002) de Imanol Uribe, con una jovencísima Clara Lago, y actores de la talla de Álvaro de Luna, Carmelo Gómez, Rosa Mª Sardá,... 

Resultado de imagen de ángel garcía roldánAsí que, hoy quiero presentaros a Ángel García Roldán y su nueva novela Howth Roadde la que la editorial alaba su profundo tono literario.'Hacía tiempo que no encontrábamos una novela que nos dejara pensando y dando vueltas sobre la increíble trama aquí urdida', dice la nota de prensa.


Marisa G.- ¿Quién es Ángel García Roldán? ¿Qué más trabajos ha realizado para el cine y la televisión? Cuénteme algo más sobre usted en lo personal, literario o cinematográfico. Lo que usted prefiera.

Ángel G.- ¿Qué quién soy? Que pregunta más difícil de contestar. Tan difícil como le puede resultar a cualquier ser humano observarse y llegar a conclusiones. Sintiéndolo mucho, Marisa, no sabría “explicárteme” apropiadamente. 

En relación a este aspecto solo añadiría dos breves apuntes, no muy originales, que me ha enseñado la vida: que el poder de la voluntad para lograr cualquier objetivo es inmenso, y que nunca es tarde para intentar casi cualquier cosa. 

En cuanto al ámbito literario, te comento que he tenido la fortuna de ganar un buen puñado de premios de relatos de ámbito nacional, y que he publicado cuatro novelas (una de ellas Premio Internacional de Novela Plaza & Janés, y otra Premio Ateneo de Santander). De estas novelas, de la que sin duda alguna estoy más satisfecho, es de la última, publicada hace solo unos meses: 'Howth Road'. 

En el terreno audiovisual he escrito los guiones de los largometrajes que has comentado, además de guiones de telefilmes y de capítulos de varias series de TV. 

M.G.- Viendo que ha tocado literatura y cine, si se viera obligado a elegir uno de los dos ámbitos, ¿cuál elegiría y por qué? 

A.G.- Sin duda elegiría el ámbito literario. Y por varias razones. 

La primera y más importante: porque la novela es, dentro del mundo de la escritura, la actividad que más me apasiona, la que me hace más feliz. Ahora bien, justificar esa pasión desde la razón me parece imposible (¿por qué me gusta esa persona más que aquella?; ¿por qué prefiero este placer a ese otro?; ¿Por qué me produce un escalofrío aquella melodía y esta me resulta indiferente?; etc.) 

La segunda, porque en la escritura de una novela el autor lo es al cien por cien de la obra, con nadie comparte ese poder. Él manda en todo, él sujeta las riendas de los numerosos y desbocados caballos (estilo, personajes, trama, etc.) que tiran del carruaje que se balancea peligrosamente por un camino escarpado y que, si logra que no se despeñe, será una novela. Sin embargo, en la escritura audiovisual, el guion final no depende solo del guionista, sino también del director, del productor, del presupuesto, etc. 

Para mí, y por poner un ejemplo que espero sea ilustrativo, si la satisfacción que me produce ver en el televisor un capítulo de serie de TV escrito por mí es como la de beberme un vaso de agua, la que me provoca ver en la gran pantalla una película de mi autoría es como la de haberme tomado un buen aperitivo, y la sensación de placer que me embarga al ver en la librería una novela mía es como la de haberme dado un festín en un restaurante de cinco estrellas. 

M.G.- Hay novelas que nacen partiendo de un guion de cine. Desconozco si estamos ante tal caso pero independientemente de que así sea, usted que conoce los dos formatos, ¿sabría decirme qué resortes habría que tocar para transformar un guion en una novela? 

A.G.- En primer lugar, quiero aclarar que 'Howth Road' no ha sido antes guion, y que desde su primera semana de gestación, esta historia nació como novela. 

En cuanto a resortes a tocar para transformar un guion a novela, han de ser muchos a mi entender, a pesar de que, bien es cierto, si para escribir una novela partes de un guion (se supone que bien estructurado) tienes dos cosas muy importantes: el esqueleto de la trama principal y los perfiles de los personajes principales. Partir de un guion para escribir una novela es como si dispusieras de un mapa, con un punto de partida y uno de llegada, pero sin muchos detalles de la ruta. Mas, ¿quién dota a esa estructura y a esos personajes de los músculos, sangre y alma necesarios para que esas 100 páginas de guion (con escasas palabras por hoja) se transformen en una buena novela de 400? Pues ha de hacerlo un escritor, eso sí, bragado y con mucho oficio. Porque si en definitiva un guion es síntesis, una novela es por el contrario una especie de amplísimo espacio, plagado de claroscuros, de ramificaciones, de valles y cumbres, de digresiones, de espejos rotos, de matices y de mil cosas más, imposibles de ser contenidas en un guion. 

Por poner un ejemplo, un guion es para mí, la mayoría de las veces, un territorio parcelado, bien roturado, escrupulosamente ordenado, con unas leyes que rigen y que en un gran porcentaje han de ser cumplidas pues de lo contrario la película resultante será un fracaso. Por el contrario, bendita libertad, la novela es un territorio salvaje y sin sheriff en el que no hay leyes y cualquier cosa puede ocurrir. 

Desde mi punto de vista, no es nada fácil escribir una novela partiendo de un guion; y viceversa, tampoco, si bien es bastante común. De hecho, bien es sabido que en todos los certámenes de cine hay siempre un apartado para “mejor guion adaptado”, pero no se conoce ningún premio literario a la mejor novela basada en un guion; aunque, bien pensado, nunca es tarde, quién sabe (sonrisa escéptica)… 

La novela es solo palabra, es pues, y ya en sí, el resultado final. El guion es únicamente una parte de algo en lo que intervienen muchos más agentes. 


M.G.- 'Howth Road' es su cuarta novela. ¿Cuál fue el detonante de esta historia? ¿Cómo nace esta idea? 

A.G.- Normalmente, la génesis de cada novela es diferente. La semilla puede ser una imagen, un personaje peculiar, un suceso, etc. En el caso de 'Howth Road', su germen primigenio fue el casorio de dos ideas. 

La primera idea era la de dar vida a un personaje peculiar que viaja por segunda vez, y después de muchos años, a un lugar concreto (aunque dicho lugar carecía de importancia, podía ser cualquiera) para saldar varias deudas, una de las cuales debía ser de gran importancia. Deudas de las que él no era consciente del todo ni mucho menos, y eso significaba que sabía y no sabía, o no quería saber, lo que le movía a volver allí, a ese lugar. Y dicho personaje tenía que ser en principio duro, cínico, corrosivo, egoísta, despiadado y una docena de cosas negativas más. ¿Le cambiaría ese viaje? Sí, pensé que tenía que existir una redención, pero no lo tenía claro. 

La segunda idea se basaba en obtener una respuesta a esta pregunta: ¿qué deuda de capital importancia debía tener ese odioso personaje y con quién? Y ocurrió que, cavilando, recordé un hecho real que le ocurrió a un compañero mío de trabajo de juventud, algo que sucedió precisamente en Irlanda, y que obviamente no puedo desvelar aquí. 

Ya tenía la visión general de la novela, la temática, el personaje, lo que deseaba contar y de qué quería hablar. Después, me puse a trabajar. 

M.G.- La sinopsis nos habla del regreso de César, su protagonista, a Dublín, ciudad en la que residió cuando era joven. ¿Por qué regresa? 

A.G.- Como te he comentado en la pregunta anterior, él regresa para saldar deudas, una muy especialmente, si bien se engaña a sí mismo a la hora de hacer la maleta. ¿Y por qué desea inmunizarse contra su pasado y exorcizar los fantasmas de antaño? Porque, muy en el fondo de su intelecto, se sabe culpable; y eso escuece demasiado. Es como cuando alguien le recrimina a otra persona alguna mala acción y esta última se rebela y ataca a quien se lo dice, aunque, realmente, contra quien se está revolviendo es contra él mismo. ¡Ah, la conciencia, cuánto le debemos los humanos! 

M.G.- ¿Se puede entender la novela como un ajuste de cuentas necesario con el pasado? Y en ese caso, ¿cree que todo ser humano necesita alguna vez enfrentarse a lo vivido para encarar lo que está por vivir? 

A.G.- Mi respuesta a la primera pregunta es: totalmente. En este caso, contra él mismo (el protagonista), ya que él no fue víctima de nadie, pero sin embargo sí fue el único responsable de lo vergonzoso que ocurrió en su pasado. 

A colación de la segunda pregunta, manida es, pero acertada a mi gusto también, la sentencia de que somos pasado, pues el presente, de fugaz es inexistente, y el futuro es solo una hipótesis. Así pues, haríamos bien en echar la vista atrás con bastante frecuencia y aprender de nuestro pasado existir, no para ser más sabios ni para ser mejores, sino para conocernos más y para que en esa hipótesis llamada futuro cada uno pueda perseguir su propia felicidad, cuya idea es distinta para cada ser humano, y, por ejemplo, lo que puede ser un tormento para ti, a mí puede hacerme sentir fantásticamente bien. Como corolario de esta idea resulta repugnante pensar que, por ejemplo, un asesino múltiple puede ser más feliz realizando su “trabajo” que un afamado médico que salva vidas a diario. 

M.G.- De César se dice que es egoísta, ‘escéptico y hedonista de carácter vitriólico’. ¿Es uno de esos personajes con los que el lector empatizará fácilmente o, por el contrario, puede levantar ampollas? 

A.G.- ¡Nooo! Espero que, durante buena parte de la novela, el lector no empatice en absoluto con él, porque eso significaría, desde mi punto de vista, que tal lector tiene algunos problemas. Después, a medida que pasen las páginas, la reacción del lector puede, ¿o no?, cambiar radicalmente. 

Espero que, al César de gran parte de la historia, el lector lo odie, le levante ampollas como dices, le produzca náuseas. Si no es así, habré fracasado rotundamente. 

M.G.- También se menciona en la sinopsis que el protagonista sufre una metamorfosis, ¿en qué sentido? 

A.G.- César, empujado por su conciencia (a quien él denomina leprechaun -duende irlandés de naturaleza muy especial-), sus recuerdos, y por el reencuentro con algunas de las víctimas suyas del pasado, se mira por fin a ese espejo que todos debiéramos tener, y bien bruñido, en la más luminosa de nuestras estancias interiores. Y al mirarse de frente, sin pestañear, al verse cómo es, se horroriza. El cambio es inevitable, necesario. Nadie puede quedarse quieto cuando descubre su vileza y sabe que aún tiene tiempo y medios para enmendar algunas cosas. Esa es la metamorfosis. Ahora bien, que mediante ese cambio pueda lograr tranquilizar su conciencia y obtener el perdón de sus víctimas, es algo que el lector debería ir averiguando. No hay nada garantizado… 

M.G.- Ashlyn, otro de los personajes, es objeto de un ‘añorado amor’ de César. ¿Qué nos puede contar de este personaje? 

A.G.- Ashlyn, la omnipresente pero casi siempre ausente en la novela Ashlyn. Esta chica puede ser el sueño de muchos jóvenes. Ashlyn, el gran amor, muchas veces ignorado, de César. Vital en la existencia del protagonista, sombra ubicua que siempre lo acompaña, silenciosa y encantadora casi siempre, tiene sin embargo, como todos nosotros, sus claroscuros. Incluso, no sé, puede tener a veces esa mirada de esfinge, y puede, como estas, plantear enigmas irresolubles. ¿Es como nos parece u oculta algo? No te puedo contar mucho más. Sí puedo decirte que ella es como una de esas tres llaves que tiene toda caja fuerte que se precie, sin cuyo concurso, aunque estén las otras dos en sus cerraduras, dicha caja no se abrirá y no revelará el tesoro que oculta. 

M.G.- Además de la evolución personal o de la búsqueda interior, el amor tiene un peso específico en la novela pero, ¿es una historia más romántica que intimista? 

A.G.- Bien sabes, Marisa, que definir una novela, incluso encuadrarla en géneros, es un problema harto difícil. Como reza la contraportada, 'Howth Road' es una novela de luchas internas, de búsquedas y transformaciones; pero es también un dolorosa e intensa historia de amor. De diversos amores, aunque hay uno muy especial. 

Dura y tierna a la vez, proyecté esta novela como una suerte de ambicioso ciclón emocional que lograra sacudir al lector con violentas rachas. 

Creo que es una historia intimista, romántica, dura, provocadora, irónica, que pretende ahondar en la naturaleza humana y que tiene una buena dosis de thriller psicológico y unos gramos de esperanza (lo que es mucho, ya que este producto, la esperanza, se cotiza bastante caro en ese mercado en el que nos abastecemos las almas). 

M.G.- Se dice que la novela cuenta con un desenlace que sorprenderá al lector, dejándolo pensativo e intentando atar cabos sueltos. ¿Se trata de un final abierto con múltiples posibilidades? 

A.G.- Efectivamente, es un final sin duda sorprendente, que suele dejar al lector digamos que noqueado y atando cabos durante días y repasándola mentalmente, ya que cuanto más lo hace más sentido encuentra a los comportamientos de los personajes y a los hechos de los que ha sido testigo. 

Lo de la reacción de los lectores lo digo, no con pretenciosidad, sino porque lo he constatado a través de numerosas personas que han leído la novela. 

Como anécdota, te diré que cuando una persona me comenta que va a comprarla, siempre me apuesto a que no va a adivinar el final. Y todavía no he perdido el envite. 

M.G.- Si no me equivoco es usted ingeniero de obras y por tal motivo ha viajado y residido en diversas ciudades del extranjero. Lo hizo en Cali y publicó 'Las Cortes de Coguaya'. En 'Howth Road', la acción transcurre en, Dublín, un escenario en el que creo que también vivió un tiempo. ¿Cierto? 

A.G.- Sí, totalmente cierto. En Cali estuve trabajando. En Dublín estuve viviendo en varias épocas y trabajando también. Mis dos hijas son hispano irlandesas y viven allí, por lo que tengo una especial relación con este país. No obstante, quiero aclarar que Dublín e Irlanda son los escenarios de la novela, sí, pero la historia podría haber ocurrido en cualquier otro lugar del planeta. 

Aunque mis novelas 'Todo el peso del silencio' y 'A boca de noche' transcurren en territorios en los que no he vivido, ojalá que la relación que estableces entre mis novelas y los lugares en los que he trabajado se cumpla en el futuro y llegue a publicar obras que tengan lugar en algunos sitios donde también he trabajado, como Irán, Etiopía, Chile o Argentina… ¡Qué buena señal sería :)! 

M.G.- He visitado su muro en Facebook donde usted publica reflexiones sobre el oficio de escribir. De hecho desvela que usa un cronograma. ¿Qué otros recursos emplea? 

A.G.- Te los enumero todos: 

Cronograma de hechos. 

Cronograma de personajes. 

Gráficos de interrelación de personajes. 

Fichas de personajes. 

Diagramas de espina de pez. 

Listas de detalles a retocar. 

Diccionarios ideológicos y de ideas afines. 

Cientos de horas escribiendo. 

Cientos de horas reescribiendo. 

M.G.- Por último, ¿cómo convencería a los lectores para que se dejaran seducir por la historia que contiene 'Howth Road'? 

A.G.- Les diría: 

“Estimado lector. ¿Te atreves a que tus fibras sensibles se vean ‘tocadas’? Entonces, solo te pido que leas las diez primeras páginas de la novela, porque creo que, entonces, la corriente de la lectura te arrastra y vas a terminar en otro sitio diferente del que estás, aunque el viaje no va a ser cómodo, te lo aseguro. ¡Ah!, y la última cosa: me apuesto contigo lo que quieras a que no adivinas cómo acaba la historia y a que después de acabar la novela te vas a quedar cavilando.”

Hasta aquí la entrevista con Ángel García Roldán. Quiero reiterar mi agradecimiento por su disponibilidad y os anuncio que, gracias al autor y a la editorial Piel de Zapa, pondré en marcha un sorteo de un ejemplar de la novela vía Twitter. Participar será muy fácil. Estad atentos. 



Ficha novela

Editorial: Piel de Zapa.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 466
Publicación: 2018
Precio: 24,00 €
ISBN: 9788417700089
Ficha completa aquí.





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