Asomarse por primera vez a la prosa de un escritor, adentrarse en su universo, constatar cuáles son sus preocupaciones que suelen camuflarse o mostrarse en sus historias, discernir su punto de vista, su ángulo de visión para mirar el mundo en el que nacemos, transitamos y morimos. Descubrir, eso es lo importante. Por eso nunca me canso de añadir nuevos nombres a esa lista de autores leídos, matizada con pequeñas anotaciones mentales para colocarlos en un lugar u otro de esa estancia literaria que todos llevamos en nuestro interior. Y así, Elvira Navarro, una autora de la que había siempre oído hablar muy bien, ya forma parte de mi particular bagaje literario, bajo la denominación que incluye a esos autores a tener en cuenta por su originalidad y por su peculiar forma de encarar la literatura. Hablamos con ella hace unas semanas, cuando recaló en Sevilla para presentar su última publicación La isla de los conejos, un volumen de cuentos diferentes.
Marisa G.- Elvira, creo que este es tu primer volumen de cuentos aunque tus novelas no son excesivamente largas tampoco. Parece que eres una autora de corta-media distancia.
Marisa G.- Elvira, creo que este es tu primer volumen de cuentos aunque tus novelas no son excesivamente largas tampoco. Parece que eres una autora de corta-media distancia.
Elvira N.- En realidad no es mi primer libro de cuentos. Ya publiqué 'La ciudad de invierno' lo que ocurre es que la protagonista era siempre la misma aunque en distintas etapas de su vida y los textos seguían un orden cronológico. No se leyó como si fueran cuentos sino más bien como un intergenérico. Incluso hubo gente que lo leyó como una novela.
M.G.- Entre escribir cuentos y novelas, más allá de concreción y la extensión, a tu juicio, ¿qué diferencias sustanciales hay?
E.N.- Son dos regímenes de escritura totalmente distintos. En una novela, normalmente, trabajas con lo explícito. Las novelas funcionan por agotamiento del tema, o más bien, porque agotas lo que tú tienes que decir sobre un tema. Generalmente ese tema se va explicitando, bien sea porque los protagonistas hablan sobre ello o bien porque el narrador encara el tema de manera directa. En cambio, en los cuentos, el tema es implícito. El régimen de trabajo de los cuentos contar algo a través de una historia. Los cuentos son muy metafóricos, es algo que vemos muy bien en los cuentos infantiles. Si piensas, por ejemplo en 'Caperucita Roja', en realidad no te está contando la historia de una niña que visita a su abuela y tal, sino otra cosa distinta. U otro ejemplo, 'Conservación' de Carver, un cuento que trata sobre la descomposición de una pareja pero en ningún momento se habla de manera directa de eso.
M.G.- Pues fíjate que yo necesito leer los cuentos dos veces. Es una costumbre que he adquirido. Y estoy pensando ahora que quizá sea por esto que comentas porque para extraer el verdadero significado del cuento, el que subyace hay que profundizar en la lectura.
E.N.- Pero hay que tener cuidado porque podemos traicionar el sentido verdadero de un cuento si pretendemos traducirlo a otro lenguaje. El arte o cualquier manifestación artística en general se mueve con ese contexto griego de verdad, con la 'alétheia', que significaba verdad como desvelamiento. Pero un desvelamiento que implica mover el velo pero sin que se vea del todo lo que hay detrás. Sé que es un poco correoso lo que intento decir pero digamos que la verdad que maneja un texto es una verdad de tipo poética. Creo que no se puede resumir en tres o cuatro frases una novela o un relato. Hay mucho más.
M.G.- El volumen consta de once piezas. ¿Están escritos exprofeso para la ocasión?
E.N.- La mayoría sí. Hay tres relatos escritos con anterioridad a que tuviera una idea del libro, idea que surge cuando escribo en 2014 'La isla de los conejos', cuento da título al libro. Cuando escribí aquella historia sentí que tiraba de mí para que siguiera escribiendo cuentos.
M.G.- ¿Y por qué elegir ese cuento concretamente como título del volumen?
E.N.- Sencillamente porque me lo dijo mi agente y me di cuenta que llevaba razón. Yo lo había titulado 'La habitación de arriba', que cuenta la historia de una chica que trabaja en un hotel y sueña los sueños de los huéspedes. Me gustaba mucho ese título porque me recordaba a una película que había visto de niña, 'Al final de la escalera', que no terminé de ver y no sé si es buena o mala. De alguna manera quería que los relatos tuvieran cierta conexión con el terror porque, aunque no lo sean totalmente, sí se asoman un poco a ese abismo. Pero mi agente pensó que era mucho mejor titular el libro con 'La isla de la conejos' porque nos lleva a fabular con una idea extraña, elemento común en el libro y también porque en estos cuentos aparecen muchos animales. No en todos los cuentos pero sí o aparece un animal o hay algún tipo de o animal o transformación por parte de los protagonistas.
M.G.- Sí que hay bastante fauna en los cuentos, pájaros extraños que no se sabe muy bien de qué tipo son, extrañas criaturas, los conejos que hemos mencionado,... Detrás de esta fauna, ¿qué intencionalidad hay? ¿Funciona como esa metáfora de la que hablábamos antes?
E.N.- Diría que sí. Cuando uno contempla un animal, sobre todo cuando tienes un animal de compañía, hay una enorme sensación de familiaridad porque es tu animal, convives con él y puedes ver hasta qué punto tienen emociones. Pero, al mismo tiempo, te das cuenta de lo misterioso que son porque por más que los tengamos cerca resultan incomprensibles. Es imposible penetrar en ellos. Es algo que está muy cerca de nosotros pero a la vez muy lejos. Esta idea puede ser una metáfora de nosotros mismos, de nuestras partes oscuras, que están muy cerca pero también muy lejos porque no las queremos ver y continuamente las apartamos.
M.G.- Y has comentado que hay mucho elemento extraño en tus cuentos. Realmente es así porque tus textos son como una vuelta de tuerca, hay como una transgresión de la realidad, un giro a lo cotidiano. Te tengo que confesar que me han perturbado, me han incomodado, me han hecho sentir desasosiego,... ¿Realmente querías transmitir todo eso al lector?
E.N.- No es algo que me planteara conscientemente. Son más bien las emociones que me llevan a escribir los relatos y en la medida en la que son su punto de partida, se transmiten también al lector. No me planteé inquietar sino que hay algo que a mí me inquieta y me hace escribir.
M.G.- Entonces, ¿tus cuentos son fruto de tu visión del mundo, un tanto amenazante?
E.N.- Sí, es parte de mi visión aunque no totalmente. Esos cuentos nacen cuando mi visión es más negra o cuando vivo momentos de malestar, momentos de extrañeza, de angustia, de desasosiego,... Aunque soy una persona alegre, me cuesta mucho escribir desde la alegría. Me gustaría poder y saber escribir la luminosidad pero lo que me incita e impulsa a escribir es la oscuridad.
M.G.- Y las sensaciones que provocan estos textos, ¿podrían funcionar como revulsivo en el lector? Lo extraño, lo raro, suele producir atracción.
E.N.- Nos atrae porque nosotros somos muchas veces seres extraños, retorcidos y hay cosas que no vemos habitualmente pero están ahí agazapadas. La atracción que produce en nosotros la oscuridad se debe a que es más cercana de lo que pensamos. Lo que nos es ajeno nos resulta totalmente indiferente. La oscuridad nos atrae porque forma parte de nosotros aunque la rechacemos. Ese rechazo ya es significativo de algo.
M.G.- En tus cuentos prima más estas emociones de las que hablamos por encima de los hechos en sí porque hay relatos en los que no ocurre gran cosa. Pesa más la atmósfera que creas que la historia en sí.
E.N.- Sí. Lo que me interesa es recorrer un territorio y lo hago generando atmósferas, a través de algunas tramas. Mi interés no radica en armar una trama para resolverla aunque a veces la historia me lo pida porque resulta que lo que quiero explorar se explora así. Pero sobre todo lo que me gusta es generar un universo y meterme por él.
M.G.- Dentro de que son relatos, algunos son más realistas, otros tienen un toque fantástico, otros ciencia-ficción, terror,... Tocas como un poco de todo.
E.N.- No lo he hecho a propósito tampoco. Creo que ha salido así porque leo literatura realista, fantástica,... Todo eso no deja de ser códigos o herramientas que manejo.
M.G.- Todos son muy inquietantes aunque algunos lo son en sumo grado como por ejemplo 'Estricnina', 'Encía',... He advertido algún toque kafkiano. ¿Cuáles son los referentes a la hora de componerlos?
E.N.- Desde mi punto de vista hay un referente clave, un libro fundamental. Me refiero a 'Proyectos de pasado' de Ana Blandiana. Es un libro de relatos fantástico. Blandiana es rumana. Publicó este libro en 2008 en la editorial Periférica. No es un libro muy leído en España aunque la autora tiene mucho prestigio crítico. Creo que ese libro, en el que lo fantástico se mezcla con lo onírico es un referente importante y de él bebe mucho mi libro. Aunque quizá no sea así porque no siempre somos buenos jueces de nuestra propia obra.
Por otra parte, mientras escribía también pensaba a menudo en 'Las Hortensias 'de Felisberto Hernández por los continuos efectos de extrañamiento y porque sus personajes son un poco excéntricos. Para mí son dos referentes que son claros pero bueno, luego cada lector lo asimila a su propio corpus de lectura.
Por otra parte, mientras escribía también pensaba a menudo en 'Las Hortensias 'de Felisberto Hernández por los continuos efectos de extrañamiento y porque sus personajes son un poco excéntricos. Para mí son dos referentes que son claros pero bueno, luego cada lector lo asimila a su propio corpus de lectura.
M.G.- A mí la atmósfera de algunos de tus cuentos me trasladó a los trabajos de David Lynch.
E.N.- Puede que haya algo de Lynch también porque he visto bastantes pelis suyas y soy bastante fan.
M.G.- Antes has mencionado lo onírico algo que juega un papel muy importante en 'La habitación de arriba'. Este, junto con 'Memorial', son los dos cuentos que más me han gustado. Me gustaría saber cuáles son los que te resultan más atractivos.
E.N.- Me gustan varios y no sabría elegir, la verdad. 'Memorial' y 'La habitación de arriba' me gustan tanto como a ti pero también destacaría 'La isla de los conejos' y 'Las cartas de Gerardo'. Creo que son los cuatro mejores relatos del libro.
M.G.- Creo que tienes un proyecto entre manos que tiene que ver con un blog que administras y que se denomina 'Periferia'.
M.G.- Creo que tienes un proyecto entre manos que tiene que ver con un blog que administras y que se denomina 'Periferia'.
E.N.- Sí, aunque está un poco muerto últimamente. Durante años estuvo muy activo y en él contaba paseos que me daba por Madrid. Pretendo convertir ese blog en un libro, de hecho lo llevo muy avanzado, pero no estarán todo los textos que he publicado ahí aunque sí aparecerá alguno. Es un proyecto a largo plazo.
M.G.- A primeros de años nos dejó Claudio López Lamadrid, ¿qué herencia te ha dejado como editor?
E.N.- La confianza en mí misma. Sentía que su apoyo estaba fundado y no era a lo loco y eso me generaba confianza como autora.
M.G.- Se ha dicho de ti que eres una de las mejores voces literarias de la actualidad. De hecho en 2014 una novela tuya fue elegida como la mejor del año. ¿Eso supone un peso específico a la hora de crear?
E.N.- Llega un momento que no. Te da confianza pero cada libro es como empezar de cero otra vez. Obviamente siento que cada vez tengo más oficio pero eso no garantiza que el libro que estés escribiendo te salga bien. Además, el oficio puede actuar en tu contra porque adquieres determinados automatismos y a veces lo que necesitas es precisamente romperlos. Realmente no me supone un peso.
Efectivamente, los cuentos de Elvira Navarro tienen mucho de metáfora. Así que, como suele ser mi costumbre, los he leído dos veces para arañar la superficie y ver lo que realmente encierran. Os daré mis impresiones muy pronto.
Ficha libro
Editorial: Literatura Random House.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 160
Publicación: Enero, 2019
Precio: 17,90€
ISBN: 9788439734826
Disponible en e-Book
Puedes empezar a leer aquí.
Ficha completa aquí.
Efectivamente, los cuentos de Elvira Navarro tienen mucho de metáfora. Así que, como suele ser mi costumbre, los he leído dos veces para arañar la superficie y ver lo que realmente encierran. Os daré mis impresiones muy pronto.
Ficha libro
Editorial: Literatura Random House.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 160
Publicación: Enero, 2019
Precio: 17,90€
ISBN: 9788439734826
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