Nacionalidad: EE.UU
Director: Robert Aldrich.
Reparto: Joan Crawford, Bette Davies, Victor Buono, Wesley Addy, Julie Allred, Anne Barton, Marjorie Bennett, Bert Freed, Anna Lee, Maidie Norman, Dave Willock, William Aldrich, Russ Conway, Maxine Cooper, Robert Cornthwaite, Michael Fox, Gina Gillespie, Barbara Merrill, Don Ross.
Género: Drama.
Sinopsis: Las hermanas Jane y Blanche Hudson fueron estrellas infatiles de Hollywood, pero sus carreras siguieron trayectorias muy distintas. Mientras que Jane, al crecer, fue olvidada por el público. Blanche se convirtió en una actriz de éxito. Tras un misterioso accidente de coche, Blanche quedó postrada en una silla de ruedas al cuidado de su hermana Jane, que disfruta atormentándola.
[Fuente: Filmaffinity]
Bendito sea el cine. Benditas sean esas películas que te hacen viajar, que te atrapan, que te alejan de tu anodina realidad, que te sacan por unas horas de una existencia gris y rutinaria. Y bendito sea el cine en blanco y negro porque nada tiene que envidiarle al tecnicolor, un cine hecho con escasos medios, en el que las técnicas de dirección y tecnología estaban a años luz pero que contaba con lo más grande, con un elenco extraordinario, con dos pedazos de actrices como las que os traigo hoy. Menudo tándem, menuda bomba nuclear, menudo torpedo atómico el que forman Jane Crawford y Bette Davies porque en ¿Qué fue de Baby Jane? ambas están apoteósicas.
Hoy os traigo una de esas películas que hay que ver en la vida, por lo menos, una decena de veces. ¿Qué fue de Baby Jane?, basada en la novela de Henry Farrell, es una de esas joyas que nadie se debe perder, que nos arrastra a una situación asfixiante donde a la postre, nada es lo que parece. No sería la única novela del escritor norteamericano llevada al cine. Ya en 1964 el mismo Aldrich dirigió Canción de cuna para un cadáver, basada en otra de las novelas de Farrell, interpretada también por la gran Davies y reseñada anteriormente en este espacio (puedes leer la reseña aquí).
Pero, ¿de qué trata este largometraje? La película muestra el antes y el después de las hermanas Hudson. En 1917, Baby Jane era una niña-estrella. Con una testa llena de bucles rubios almidonados, un vestido vaporoso, un gran lazo en la cabeza que yo imagino de color rosa pastel, calcetines inmaculados hasta la rodilla y zapatitos de charol llenaba teatros con sus actuaciones. Acompañada de un padre que la idolatraba, bailaba primorosamente y cantaba como los ángeles. Todos los niños querían ser como Baby Jane. Todos los padres querían tener un hijo como Baby Jane. Hasta el punto de que se fabricaban y vendían muñecas Baby Jane, de tamaño natural, metáfora de la cara y la cruz de una moneda. Y entre bambalinas, su hermana Blanche, de aspecto mucho más austero y poco agraciado, siempre a la sombra de Jane, apartada de las luces y vilmente tratada por su padre. Hundida en la soledad y la tristeza, su madre la consolaba y le prometía un futuro de miel y hojuelas. Y efectivamente ese futuro llegó y las tornas se cambiaron. Blanche se convirtió en una estrella de cine aclamada por los directores, el público y la crítica. Hacía una película tras otra, todas con enorme éxito pero nunca dejó de lado a su hermana Jane, que perdió todo su esplendor. Y en la cima de su carrera, Blanche sufre un accidente y queda paralítica. Adiós a los aplausos, adiós al cine, a las luces, a las estrellas. Toda su vida queda enclaustrada entre las cuatro paredes de su habitación, cuidada por su hermana Jane, encerrada en vida.
¿Qué fue de Baby Jane? retrata la luz y la sombra de una actriz, la caída de los gigantes, la aclamación y el olvido, el sentimiento de culpa y gira alrededor de la locura, los celos y la envida, uno de los sentimientos por antonomasia del ser humano, uno de los siete pecados capitales que lastran al hombre a los infiernos y que generalmente va aparejado a la ira, a la soberbia y a la avaricia. Tras una introducción extensa, la película se inicia realmente con ese accidente que ata a Blanche a una silla de ruedas, un incidente misterioso pues no sabremos cómo se produce exactamente. Y es que, al margen del terrible sometimiento al que Blanche se ve obligada por su hermana Jane, hay un misterio sin resolver. ¿Por qué acabó Blanche en una silla de ruedas? Lo sabremos cuando sea demasiado tarde para dar marcha atrás y hacer las cosas de otro modo.
Más allá de un argumento fabuloso, hay que destacar la inconmensurable labor de interpretación de Crawford y Davies. La primera da vida a Blanche, que de pequeña se sentía un patito feo para luego transformarse en un cisne. Y Davies encarnará a Jane, la envidiosa Jane, que todavía sigue anclada en el pasado, pensando que le han usurpado su papel en el mundo del éxito y esperando a que regrese una época de esplendor que ya pasó de largo. Si Crawford es la serenidad, la comprensión, la tolerancia y la indulgencia, Davies es pura malicia. Despiadada, cruel, déspota y malvada, atormentará a su hermana convirtiendo su vida en un infierno. Para todo ello, para recalcar esa personalidad tan diabólica, el maquillaje juega un papel fundamental. Si bien es cierto que Bette Davies fue una mujer hermosa pero con una belleza salvaje, desafiante y algo gélida, la vejez le pasó factura como a todos. Recuerdo el documental 'El último adiós de Bette Davies' (2014) en la que salían imágenes de la actriz recogiendo el Premio Donostia en el Festival de San Sebastián. Muy delgada, pero con su carácter y estilo intacto, por entonces contaba con 81 años. Sin embargo, se la ve casi tan vieja como cuando a los 54 años rodó ¿Qué fue de Baby Jane? Con los ojos enmarcados profundamente con lápiz negro que aumenta su dramatismo y unos labios pintados en forma de corazón, la actriz muestra un aspecto histriónico, vulgar y estrafalario que casi da miedo. Así la ven en el vecindario en el que corren ciertos rumores sobre ella.
Por su parte, Crawford tenía cuatro años más que su compañera de reparto y sin embargo se la ve mucho más dulce y almibarada hasta que las cosas se ponen cada vez más difícil y entonces, el estupor, el sufrimiento, el dolor y el miedo se harán evidente en su rostro.
A nivel de dirección hay unas cuantas escenas memorables como la del espejo, cuando Baby Jane se asoma y contempla la decrepitud de su vejez, o la de Blanche, absolutamente desesperada, que hace girar su silla de ruedas en círculo, una y otra vez, una y otra vez, como un pájaro encerrado en su jaula, como ese pájaro que acompaña a Blanche en sus horas de soledad y al que le aguarda un triste final.
¿Qué fue de Baby Jane? te atrapa irremediablemente. Estás cenando y a duras penas puedes apartar la vista de la imagen. Aunque en su parte central se me hizo un pelín larga, y eso que el largometraje tiene una duración de hora y media, todo lo compensa ese giro final que cambia las cosas. Y es que a veces la culpa conduce a la locura.
Lo he comentado más de una vez, películas como ¿Qué fue de Baby Jane? dan sentido a esa forma de denominar el cine como séptimo arte. Son largometrajes que tienen alma, construida a base de un buen guion, una buena dirección, una efectiva banda sonora y por supuesto unas interpretaciones que superan, a mi juicio, muchas de las que nos llegan hoy en día desde la meca del cine. Así que, esta es mi propuesta para hoy, 1 de mayo, fiesta nacional, una jornada para el descanso y el ocio, un día estupendo al que poner fin con una película maravillosa, con un clásico como este. En TCM, la encuentras estos días.
Fragmento:
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