Clara Obligado nació en Buenos Aires pero la vida la trajo a España en 1976 tras ser exiliada del país durante la dictadura militar. A su llegada se instaló en el barrio de las Letras que llegó a conocer mejor que los propios madrileños.
Recientemente ha publicado un libro de cuentos, La biblioteca del agua, pero no es un volumen al uso sino un compendio de historias que guarda en su interior una figura matemática, un entramado de conexiones que convierten este libro en cuasi una novela experimental. La autora, que visitó Sevilla durante la celebración de la feria del libro, compartió con nosotros unos minutos para desvelar qué se esconde realmente tras esta nueva publicación.
Marisa G.- Clara, pero qué bonita edición han preparado en Páginas de Espuma, con este mapa tan curioso y pintoresco con el que el lector puede ir leyendo a medida que pasea por el barrio de las Letras. ¿A quién se le ocurrió incorporar este recurso?
Recientemente ha publicado un libro de cuentos, La biblioteca del agua, pero no es un volumen al uso sino un compendio de historias que guarda en su interior una figura matemática, un entramado de conexiones que convierten este libro en cuasi una novela experimental. La autora, que visitó Sevilla durante la celebración de la feria del libro, compartió con nosotros unos minutos para desvelar qué se esconde realmente tras esta nueva publicación.
Foto: web Páginas de Espuma |
Clara O.- A mi hija Julieta González y a Alejandro Fernández, estudiantes de Bellas Artes. Ellos me propusieron incluir un mapa sobre el barrio en el que aparecieran los lugares que salen en los cuentos. Fueron muy cariñosos con la propuesta. A mí me pareció muy original y encima Páginas de Espuma cedió, lo cual no es poco amable.
M.G.- Pero tengo entendido que este libro cierra un ciclo que se inició con otros volúmenes.
C.O.- Sí. En total son tres libros. Es el resultado de una investigación que hice sobre el campo intermedio que existe entre el cuento y la novela. Siendo muy lectora de cuentos, a mí me ha pasado muchas veces que no termino de leer los volúmenes, incluso los que me gustan mucho. Quería escribir un volumen del que el lector no se pudiera escapar con un desarrollo psicológico de personajes más amplio y argumentos más largos también, aspectos que pertenecen más a la novela que al cuento.
Por otra parte, me interesaba la capacidad de variación, cuentos románticos, otros surrealistas, más largos u más cortos, microrrelatos. Todo lo que pudiera caber en un volumen de cuentos. Así que he escrito tres libros que prueban que todo esto es posible. El primero,'El libro de los viajes equivocados' es como una espiral logarítmica que va uniendo los cuentos como una espiral. El segundo, 'La muerte juega a los dados' es un puzle, en el que todo engancha con todo. Y este tercero, 'La biblioteca del agua', es como una ciudad, un volumen al que puedes entrar por un lado o por otro, y en el que puedes elegir tu paseo. Cuando uno llega a una ciudad, según por la que calle que pasea, la ve una manera, la ve de otra. Todo depende del punto de origen.
Por otra parte, me interesaba la capacidad de variación, cuentos románticos, otros surrealistas, más largos u más cortos, microrrelatos. Todo lo que pudiera caber en un volumen de cuentos. Así que he escrito tres libros que prueban que todo esto es posible. El primero,'El libro de los viajes equivocados' es como una espiral logarítmica que va uniendo los cuentos como una espiral. El segundo, 'La muerte juega a los dados' es un puzle, en el que todo engancha con todo. Y este tercero, 'La biblioteca del agua', es como una ciudad, un volumen al que puedes entrar por un lado o por otro, y en el que puedes elegir tu paseo. Cuando uno llega a una ciudad, según por la que calle que pasea, la ve una manera, la ve de otra. Todo depende del punto de origen.
M.G.- Pero este libro se puede entender también como un homenaje al barrio de las Letras, que te acogió cuando llegaste a España.
C.O.- Bueno, en realidad el barrio no me acogió porque no es una persona. Lo que ocurrió es que establecí una relación intensa con un barrio. Tendemos a pensar que las ciudades acogen y no es así. Cuando un extranjero llega a una ciudad, más que acogerte, la ciudad te expulsa en lo posible. 'La biblioteca del agua' es una especie de historia de amor de un extranjero que llega a una ciudad y, con todas sus dificultades, se enamora de ella. Pero en ningún momento fantaseo con algo fácil y con que Madrid es una ciudad que acoge. No es verdad, es una ciudad difícil.
M.G.- Pues creo que ocurre lo mismo con Sevilla. Tenemos la fama de ser una ciudad muy hospitalaria pero yo no lo tengo tan claro. No me parece a mí que seamos tan abiertos.
C.O.- Mi marido trabajó aquí unos años y también le costó mucho, incluso teniendo a gente estupenda alrededor pero es una ciudad cerrada, como casi todas las ciudades del mundo.
M.G.- La mayoría de los cuentos del volumen se desarrollan no solo en el barrio de las Letras sino que se circunscribe a un par de calles y a una casa en concreto.
C.O.- Sí, la casa en la que yo viví. El libro es una propuesta de cómo ver las ciudades. En general, el vagabundeo del turismo no nos lleva a ninguna parte, porque todo está colapsado de gente. Mi propuesta es ver la ciudad desde un balcón, imaginando e investigando. El lector se va a dar cuenta que este volumen se mueve desde el centro de la tierra a las antípodas, se desplaza al origen del mundo, a lo que hubo en ese lugar, en esas paredes, muestra a los vecinos, los comercios, a la gente. Se trata de ver con intensidad y en profundidad en vez de ver en extensión.
M.G.- ¿Y qué queda de ese barrio que tú conociste entonces? Creo que la casa en la que viviste sigue en pie, ¿no?
C.O.- Sí, y además pude entrar de nuevo. La persona a la que se la vendí me dejó entrar de nuevo. No queda mucho, no pero la memoria de las ciudades nunca se borra. Madrid sigue exhibiendo las marcas de la guerra. Atocha fue muy bombardeada y el barrio de las Letras por cercanía está muy marcado por esquirlas.
Para presentar el libro hicimos un paseo por el barrio y paseando descubrimos una casa llena de marcas de obuses. Me decían los arquitectos que todo lo que pasa en una ciudad queda retenido de alguna forma. Por ejemplo, el barrio de las Letras cae hacia el Retiro, las calles son en bajada y la mayoría tenían o tienen nombre de agua como Huerta, Prado... Todas esas calles fueron levantadas sobre el río. Lo había era una sabana donde hasta había rinocerontes, que también aparecen en los cuentos. Si incluso tenemos una fuente a Neptuno que es el dios del agua porque Madrid viene de la palabra árabe 'mayrit' que significa arroyo matriz y su lema dice 'Fui sobre agua edificada. Mis muros de fuego son'. Esto lo desconocen la mayoría de los madrileños.
Para presentar el libro hicimos un paseo por el barrio y paseando descubrimos una casa llena de marcas de obuses. Me decían los arquitectos que todo lo que pasa en una ciudad queda retenido de alguna forma. Por ejemplo, el barrio de las Letras cae hacia el Retiro, las calles son en bajada y la mayoría tenían o tienen nombre de agua como Huerta, Prado... Todas esas calles fueron levantadas sobre el río. Lo había era una sabana donde hasta había rinocerontes, que también aparecen en los cuentos. Si incluso tenemos una fuente a Neptuno que es el dios del agua porque Madrid viene de la palabra árabe 'mayrit' que significa arroyo matriz y su lema dice 'Fui sobre agua edificada. Mis muros de fuego son'. Esto lo desconocen la mayoría de los madrileños.
M.G.- Los personajes de estos cuentos están ficcionados pero en cierto sentido se parecen mucho a todas esas personas que conociste cuando viviste en el barrio. Uno de ellos me ha parecido muy interesante, ese personaje que se crió entre lobos.
C.O.- Era mi vecino, su historia es real y seguimos siendo muy amigos. Con ese personaje quería dar un origen campesino a Madrid porque en realidad es más un pueblo que una gran ciudad. Si subes a un piso alto y miras las techumbres de las casas te encuentras cubiertas de tejas como en los de los pueblos. Quería que hubiera inmigrantes pero también gente que viene de los pueblos porque madrileños como tal, hay muy pocos en la ciudad.
M.G.- Pero entre los personajes, los hay también históricos. Rescatas incluso a Marcela, la hija de Lope de Vega.
C.O.- Sí. Mientras su padre escribía ella, para hacerlo, tuvo que meterse a monja. Fantaseo que fue monja junto con Isabel, la hija de Cervantes, única hija legítima que no fue monja pero sí estuvo recogida en un convento. Hay quien dice que estuvieron juntas pero yo eso lo he fantaseado.
También recojo la memoria de Elena Fortun, la escritora de 'Celia', que vivió en esa calle, de Luisa Caramel que fue exiliada en México, una escritora que se acaba de recuperar. Es un libro que también cuenta con las mujeres que pasaron por el barrio.
M.G.- Clara, ¿los extranjeros conocen mejor las ciudades en las que viven que los oriundos?
C.O.- Creo que sí. Cuando algo no es habitual investigamos poco. Yo llegué a Madrid como quien llega a Europa. Ya había leído a Cervantes y a Lope, pero para mí fue llegar a un lugar muy especial y eso me hizo investigar y mirar sin prejuicios. El extranjero cuenta mejor la ciudad que los que son nacidos en ella. Es como si entraras en una familia que no es la tuya. Con la propia familia solemos tener muchos prejuicios, de amor, de odio,... En cambio si yo entro en tu familia, la veré con más claridad, con menos afectos probablemente.
M.G.- Algo curioso es la construcción del libro. Dices en la introducción que este volumen es un palíndromo porque se puede leer de principio a fin y de fin a principio. Según el sentido de la lectura, el libro cobra un sentido u otro.
C.O.- Algo inquietante en este caso es que el orden de los factores altera el producto. Y luego, si lees el libro de principio a fin, verás una ciudad que se está sumergiendo pero si lo lees de fin a principio, te darás cuenta que la ciudad emerge a la superficie, que se va construyendo. El nivel de información que tienes según leas de un modo u otro, determina mucho cómo son las historias. Lo que es un secreto en un cuento al leerlo de una forma, resulta que no lo es, si lo lees de otra manera distinta. Lo que interesa en esta lectura es que sea el propio lector el que se encargue de reconstruir.
M.G.- Para este juego que tú propones, es muy interesante las conexiones que estableces. Hay objetos que aparecen en varios cuentos, una persona que en un cuento no es significativa en otro sí lo es,... Para hacer eso hay que hilar muy fino. Todo tiene que cuadrar. Me parece un proceso muy complicado.
C.O.- La literatura es básicamente forma. Las historias están a nuestro alcance pero el problema está en saber cómo se cuentan. A mí me gusta investigar en las formas, y por eso este volumen no es ni cuento ni novela. Evidentemente es un trabajo exquisito sin querer ser pedante. Ese es mi oficio. Los escritores somos como los ebanistas. No puedes ser un ebanista si haces muebles de Ikea. Yo no hago muebles de Ikea ni tampoco quiero vender muchos libros, aunque si los vendo seré muy feliz pero no voy a bajar la calidad para vender, de ninguna manera.
M.G.- Cuando un escritor publica cuentos, el resultado es, por regla general, la agrupación de una serie de historias que hay ido escribiendo con el paso de los años. En tu caso, no es así.
C.O.- No. Yo tengo un proyecto de libro, más parecido a un proyecto de novela, y una vez que lo tengo busco una figura abstracta matemática, que me ayuda a construir lo que estoy armando. Suena más difícil de lo que es. Antes de armar el libro sé perfectamente los resortes que tengo que tocar. Como decía Cervantes, las ciencias y las letras están mucho más cerca de lo que parecen.
M.G.- Fue será fácil Clara pero a mí me parece complicadísimo (Risas)
C.O.- Lo sé pero no lo es tanto, de verdad. (Risas)
M.G.- Bien. Hablemos ahora algo que interesa mucho últimamente, la gentrificación. ¿El barrio de las letras se ha visto tan afectado como Chueca?
C.O.- En este momento es un espanto. El barrio de las letras se convierte en un parque temático donde una loca como yo, es capaz de ver las trazas del tiempo. Los vecinos han sido por regla general expulsados. Fíjate que el primer cuento comienza con una chica norteamericana. No tengo nada en contra del extranjero que llega, cómo voy a tener algo en contra, pero sí estoy en contra del vaciamiento por el turismo pero el turismo salvaje, porque turistas somos todos.
M.G.- Sin embargo algunos establecimientos que tú conociste siguen perdurando en el barrio, ¿verdad?
C.O.- Uno solo... En el paseo que dimos durante la presentación le pedimos la actual dueño que sacara el retrato de su abuelo y nos contó que durante la guerra estuvo preso tres veces porque era republicano y que ponía en el escaparate jamones de escayola porque había hambruna. Eso me dice a mí más del barrio que todos los folletos sobre Góngora y Quevedo. Esas historias cuenta cómo eran la vida de los que tenían que sobrevivir frente a la violencia.
Ahora, cuando paseo por el barrio, me doy cuenta perfectamente qué casas cayeron durante la guerra y fueron de nuevo reconstruidas.
M.G.- Por el cambio de estilo.
C.O.- Sí, y por eso el libro se llama 'La biblioteca de agua' porque puedo leer el barrio y seguir las pistas de lo que pasó.
M.G.- Encuentro en tus cuentos muchas reflexiones. ¿Es ese el fin último de la literatura, incitarnos a pensar?
C.O.- Hay un dicho que dice 'Si un libro no merece ser quemado, quizás no merezca ser escrito'. Bajo mi punto de vista, la filosofía es la que nos hace pensar pero la cultura también debe ocupar el espacio de reflexión del ser humano. Convertir la cultura en un bien de consumo, que es lo que hacen las grandes editoriales en general, me parece que es traicionar el sentido del arte. La música, la pintura, la literatura,... invita a reflexionar y a hacernos preguntas, que rara vez nos hacemos.
M.G.- Tengo curiosidad por los subtítulos de los cuentos. En todos aparece una palabra relacionada con el agua, salvo en dos. En 'La biblioteca de agua', el subtítulo es 'Fuego' y en 'Génesis' es El océano de lava.
C.O.- ¿Tú sabes cómo llegó el agua a la Tierra?
M.G.- Ni idea.
C.O.- Nadie lo sabe. Ni eso nos preguntamos. (Risas)
M.G.- (Risas) Es que no nos preguntamos nada de nada.
C.O.- Nada. Ni yo tampoco pero si lo averigüé fue gracias a este libro.
M.G.- Pues ya que estamos, cuéntamelo.
C.O.- En un meteorito. Así que vino del espacio. Y no es cierto que falte agua. Lo que ocurre es que está en otro lado. Es como el dinero. No es verdad que no haya dinero, lo que ocurre es que está en otro bolsillo. (Risas)
M.G.- (Risas) Ahí estamos de acuerdo.
C.O.- Me pareció que el agua es metáfora de la vida, que nuestro cuerpo es agua, nacemos del agua. Todo lo que somos viene de ese medio. Un meteorito impactó contra la tierra y parte del agua de la tierra saltó al espacio. Algo de nosotros se ha ido. Eso está en el epígrafe y me parece fascinante.
M.G.- No deja de ser curioso. Clara, no te robo más tiempo. Muchas gracias por venir a Sevilla y por escribir este libro tan fabuloso con el que he disfrutado tanto.
C.O.- Muchas gracias a ti. Un placer.
Los cuentos de 'La biblioteca del agua' tienen algo especial. Enfrentarse a ellos es saltar de sorpresa en sorpresa, estableciendo conexiones que a mí me resultan de una complejidad increíble. Así que uno no solo lee historias bien contadas sino que además sale maravillado de una lectura trenzada con el ingenio de Clara Obligado.
Editorial: Páginas de Espuma.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 184
Publicación: Abril, 2019
Precio: 17,00 €
ISBN: 978-84-8393-257-5
Disponible en e-Book
Puedes empezar a leer aquí.
Ficha completa aquí.
C.O.- Me pareció que el agua es metáfora de la vida, que nuestro cuerpo es agua, nacemos del agua. Todo lo que somos viene de ese medio. Un meteorito impactó contra la tierra y parte del agua de la tierra saltó al espacio. Algo de nosotros se ha ido. Eso está en el epígrafe y me parece fascinante.
M.G.- No deja de ser curioso. Clara, no te robo más tiempo. Muchas gracias por venir a Sevilla y por escribir este libro tan fabuloso con el que he disfrutado tanto.
C.O.- Muchas gracias a ti. Un placer.
Los cuentos de 'La biblioteca del agua' tienen algo especial. Enfrentarse a ellos es saltar de sorpresa en sorpresa, estableciendo conexiones que a mí me resultan de una complejidad increíble. Así que uno no solo lee historias bien contadas sino que además sale maravillado de una lectura trenzada con el ingenio de Clara Obligado.
Ficha libro
Editorial: Páginas de Espuma.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 184
Publicación: Abril, 2019
Precio: 17,00 €
ISBN: 978-84-8393-257-5
Disponible en e-Book
Puedes empezar a leer aquí.
Ficha completa aquí.