Editorial: Acantilado.
Fecha publicación: septiembre, 2011.
Precio: 11,00 €
Género: Narrativa breve.
Nº Páginas: 64
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788415277347
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Autor
Stefan Zweig (Viena, 1881- Petrópolis, Brasil, 1942). Acantilado ha publicado la mayor parte de su obra narrativa y ensayística.
Sinopsis
En esta historia, tan pícara como moral, a pesar de la advertencia del autor, nos habla Zweig de la idea del doble, en este caso representado por dos hermanas: Sophia (la razón) y Helena (la pasión). Ambas compiten por recuperar, cada una a su manera, el esplendor perdido de su familia. Una, a través de la virtud, la otra, a través de la pasión. Pero, ¡cuán delgada es la línea que separa la templanza de la voluptuosidad! Precisamente esto es lo que Helena pretende averiguar cuando pone a prueba a su hermana, sin sospechar el sorprendente final que el destino le depara.
[Información tomada directamente del ejemplar]
Stephan Zweig vuelve a aparecer por aquí, como ya ocurrió con las reseñas de Miedo, Mendel, el de los libros o Veinticuatro horas en la vida de una mujer. Poco a poco, voy adquiriendo todas sus obras y, hasta la fecha, solo me ha dado grandes lecturas. Este autor tiene una habilidad prodigiosa a la hora de analizar lo más íntimo del ser humano, construyendo personajes sumamente emotivos e historias conmovedoras e intimistas. Sin embargo, en esta ocasión, me he topado con una pieza bien distinta, una obra que dista mucho de lo que había leído de Zweig hasta ahora, y no lo digo por su prosa, que sigue siendo igual de deliciosa, sino por el tono de la historia. Hoy os hablo de Las hermanas.
Las hermanas se inicia con un pasaje introductorio, cuyas primeras líneas me han recordado al comienzo de El Quijote, haciendo mención a un lugar indeterminado, del que no se desea dar más pistas. En estas primeras páginas, el narrador hace referencia al hallazgo de un edificio soberbio, con aspecto monacal aunque de construcción profana, que llegó a sorprenderle por su solemnidad y por las dos torres que lo flanqueaban. Aguijoneado por la curiosidad, decide preguntar a un lugareño y será el relato de este ciudadano el que constituya la trama principal de esta pequeña novela, sin que tengamos la certeza de si la historia es real o simple leyenda.
Las dos hermanas narra la historia de Sophie y de Helena, dos hermanas gemelas, hijas de Herilunt, un capitán de la caballería, a las órdenes del rey Teodosio, y de una tendera, una mujer pobre y humilde, vendedora de especias y panes de miel. A pesar de formar parte de distintos estamentos sociales, el capitán se enamora tan profundamente de la joven, que no duda un instante en casarse con ella y colmarla de lujos. Después de un tiempo, entregados a la pasión, Herilunt tiene que regresar a la batalla y pronto se alza con grandes victorias por las que el rey Teodosio lo recompensa. Sin embargo, el joven guerrero es ambicioso y pretende hacerse con el reinado. Su ambición lo conduce a la muerte.
Mientras todo esto ocurre, y sin que ella sepa nada sobre la suerte que ha corrido su marido, la esposa da a luz a dos niñas exactamente iguales, dos gotas de agua, tan parecidas que, ni siquiera la madre las puede distinguir. Pero la alegría del nacimiento pronto se nubla cuando la joven madre descubre que su marido ha muerto y el rey Teodosio la despoja de sus bienes, a causa de la traición del marido. La madre, con sus hijas recién nacidas, tendrá que regresar a su casa, en los barrios bajos de la ciudad, para volver a vender especias y panes de miel.
Sophie y Helena, -nombres cargados de significado-, heredarán la belleza de su madre pero también la ambición de su padre. A medida que van creciendo, se vuelven más egoístas y repelen su condición humilde. Ellas quieren deslumbrar, ser las mejores en todo, y no solo con respecto a las demás niñas, sino también entre ellas. Los años irán pasando, y mientras más hermosas, más ambiciosas también. Tanto es así que Helena pone en marcha un plan. Convertirse en la mujer más deseada, en un objeto de pasión, a cuyos pies caigan rendidos todos los hombres del lugar. Su meta es desplumar a todos los amantes que caiga en sus redes, cosechando una gran fortuna. Por su parte, Sophie busca la manera de superar a su hermana y procurará hacerlo a través de la virtud. De este modo, se inicia una competición entre ambas, cada una en un papel opuesto: Helena, como la prostituta más codiciada, y Sophie, como la novicia más pura. Pero mejor no os desvelo ningún detalle más. Solo os diré que, Las hermanas es un cuento enorme en pequeño formato. Como siempre, Zweig muestra una habilidad sorprendente para escarbar en la naturaleza humana y mostrar al hombre (o la mujer, en este caso), tal y como es.
Este cuento de Zweig lleva por subtítulo "Conte drolatique", es decir, cuento humorístico y es que la comedia está muy presente en esta breve historia. Es la primera vez que leo una obra del autor austriaco de corte humorístico, pero debo admitir que su humor es fino y elegante. La ambición de las hermanas por ser mejor que la otra, llega a tal extremo que ponen en práctica un plan descabellado, con el que el lector no dejará de sonreír. En cada línea nos vamos regodeando más y más, hasta llegar a un desenlace con moraleja.
Las hermanas es un cuento lleno de simbolismo y dualidades, poniendo sobre la mesa la pugna más sobresaliente, el honor y la virtud, el escándalo y el recogimiento. En definitiva, las dos caras de una misma moneda porque, como veremos, incluso en la pureza del individuo tiene cabida la tentación.
De los dos personajes me ha gustado más Helena. Definitivamente es ella la que maneja los hilos de este teatro de títeres y la que más sonrisas arrancará al lector. Ambas hermanas son muy inteligentes pero Helena es, además, astuta, pícara, ladina,... Siempre va por un paso delante. Algo que entenderéis cuando leáis la obra. En cualquier caso, Zweig acostumbra a perfilar muy bien a sus personajes. En ningún momento te vas a encontrar con uno que te resulte plano, con el que no conectes de un modo u otro.
Con largos párrafos, llenos de subordinadas, y unas descripciones ricas en matices, Zweig vuelve a sorprenderme. No sabría decir qué tienen sus obras pero hay algo de mágico en sus palabras, tiene una prosa que embelesa y te atrapa. Tanto es así que, este cuento, tan breve, te deja con tan buen sabor de boca que la he leído por segunda vez. Es como si, la primera lectura me sirviera únicamente como toma de contacto, para conocer la trama y a los personajes a grandes rasgos. Luego, en la segunda lectura es cuando me paro en los detalles, en la manera que tiene de describir, de revestir psicológicamente a los personajes. Me ha pasado más de una vez, sentir esa necesidad de hacer una segunda lectura. Es como más se disfruta de Las hermanas.
Dicho lo cual, estamos ante Zweig. ¿Quién puede resistirse? Además, es una nouvelle tan brevísima, con su toque de humor tan ácido, tan llena de psicología humana, tan magistralmente urdida, que hará las delicias de cualquier lector. Aunque la lea una única vez.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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