Conocer a Sergio Amado ha sido una experiencia inolvidable. Contactó conmigo a través de Twitter y me escribió posteriormente para hablarme de su libro,Ámame, por favor.La información inicial que me envió me hizo pensar que era un libro de autoayuda, un género al que no suelo acudir con frecuencia aunque, los que asomáis por aquí sabéis que suelo mostrar libros de este género de vez en cuando. La idea era leer de forma transversal su libro, informarme sobre su vida, qué le había llevado a escribir esta historia y luego, sentarme a conversar con él. Pero fue abrir el libro y cambiar totalmente de opinión.Lo que me encontré en aquellas páginas me dejó totalmente impactada. No solamente se trataba de una situación de bullying sino de un deterioro personal tan tremendo que enseguida empaticé con Sergio. Al final, leí su libro de principio a fin. No ha sido una lectura fácil, como tampoco lo ha sido la vida del autor pero, por suerte, Sergio ha sabido reconducir su vida y convertirse en un adulto feliz. Casado hace nueve años, homosexual, padre de dos hijos por gestación subrogada y Director de Marketing de una conocidísima empresa sevillana de perfumería y cosmética, hoy converso con Sergio Amado.
Sergio A.- No me gusta hablar de este libro como un libro sobre el bullying porque todos sabemos que es algo muy duro, y a la sociedad le cuesta mucho acercarse a este tema. Prefiero hablar de este libro como un espejo en el que otras personas se pueden reflejar, que los lectores entiendan que, después de lidiar con una realidad muy difícil, se puede salir adelante y conseguir éxito en la vida. Pretendo transmitir un mensaje positivo, que alguien que lo esté pasando mal comprenda que se puede salir.
M.G.- En resumen, quieres comunicar a todas las personas que, viviendo situaciones difíciles del día a día, que no tiene por qué ser bullying concretamente, pueden superarlas todas con esfuerzo y voluntad, ¿no?
S.A.- Sí, sí... Para mí es un libro de superación personal. Por eso hago mucho hincapié en la actitud positiva que todos debemos tener, para conseguir nuestros logros.
M.G.- ¿Y en qué momento te planteas escribir este libro?
S.A.- Nunca he tenido verdadera conciencia de la magnitud de todo lo que había vivido. Cada uno vive su realidad de un modo determinado pero, a veces, hasta que no llega alguien y te da un toque en el hombro, no abres los ojos y ves los hechos tal y como son.
A raíz de mi homosexualidad y el rechazo que siempre he recibido, he tenido que visitar a muchos terapeutas y psicólogos. En una ocasión, tuve que enfrentarme al fallecimiento de un perro al que amaba profundamente. Para ello acudí al psicólogo porque me encontraba muy mal anímicamente. Estaba tan sumergido en ese duelo, que a la psicóloga le costó trabajo sacarme de ese pozo. Ella me propuso escribir una autobiografía donde conté muchas cosas de mí. Cuando mi psicóloga lo leyó, me dijo que tenía muy claro que todo lo que le había contado no podía quedarse en la consulta sino que debía darlo a conocer a otras personas que también lo estuvieran pasando mal. A mí aquella idea me pareció muy ostentosa, pero empecé escribiendo unos folios y la narración empezó a cobrar más fuerza.
A raíz de mi homosexualidad y el rechazo que siempre he recibido, he tenido que visitar a muchos terapeutas y psicólogos. En una ocasión, tuve que enfrentarme al fallecimiento de un perro al que amaba profundamente. Para ello acudí al psicólogo porque me encontraba muy mal anímicamente. Estaba tan sumergido en ese duelo, que a la psicóloga le costó trabajo sacarme de ese pozo. Ella me propuso escribir una autobiografía donde conté muchas cosas de mí. Cuando mi psicóloga lo leyó, me dijo que tenía muy claro que todo lo que le había contado no podía quedarse en la consulta sino que debía darlo a conocer a otras personas que también lo estuvieran pasando mal. A mí aquella idea me pareció muy ostentosa, pero empecé escribiendo unos folios y la narración empezó a cobrar más fuerza.
M.G.- Pero sé que, al margen de este libro, también hay unos podcasts. ¿Las dos cosas nacen a la vez?
S.A.- No, cuando comienzo a escribir el libro, empiezan a ocurrirme cosas muy duras. En ese momento, mi madre padecía Alzéihmer, algo que también narro en el libro. Yo lo estaba pasando realmente mal porque, ya sabes que los homosexuales solemos tener un apego muy fuerte con las madres. Al margen de la enfermedad de mi madre, tuve enfrentamientos muy duros con mis hermanos que nunca han aceptado mi homosexualidad. Nosotros trabajamos todos juntos en una empresa familiar. La guinda del pastel viene cuando fallece mi madre. Al salir a la luz su testamento, recibo mejoras respecto al resto de herederos y ello no fue de su agrado. Lo que sucedió después no ha sido agradable y prefiero quedármelo para mí, porque está en manos de la justicia. Pero, como digo en el libro, hay que aprovechar un periodo de crisis para sacar todo el potencial en vez de hundirnos. Así que, de Ámame por favor no solo hay un libro sino que también pensé en hacer unos podcast y abrir el canal de Youtube "Sergio Amado". A raíz de ahí, me llamaron para colaborar en Radio Sevilla F.C., y desde hace dos semanas soy también colaborador en un programa de radio en Argentina.
M.G.- Pero, ¿qué haces en estos podcast?
S.A.- Ayudar a todo el que lo necesite. Me apoyo mucho en la espiritualidad, donde he encontrado solución a mis problemas. Soy maestro de Reiki, y me he formado también en otras disciplinas. En estos podcast doy consejos basados en mi experiencia, en mis reflexiones. Todo es fruto de lo que he vivido. También entrevisto a distintos terapeutas, psicólogos, coach,... profesionales que nos pueden ayudar en un mal momento.
M.G.- En el libro narras tus vivencias, desde que eres muy pequeñito. Algunas son terroríficas, la verdad. Has vivido situaciones espantosas dentro de tu propia familia, en el colegio, en el instituto. Perdona que toque este tema pero creo que es interesante que lo hablemos. Hay un momento, en el que ya no puedes más y empiezas a tener pensamientos suicidas.
S.A.- Sí, desde que tenía ocho o nueve años tenía estos pensamientos. Nunca he tenido duda sobre mi sexualidad. Desde siempre he sabido que soy homosexual, aunque la sexualidad no es lo verdaderamente importante en el libro. Me importa mucho más la experiencia. Pero sí tuve siempre muy claro que, en mi entorno, no gustaban los homosexuales. Eran personas tachadas de viciosas. He escuchado infinidad de comentarios que me hacían sentir aún peor. ¿Cómo iba a decir que yo también era homosexual? Ni siquiera me lo planteaba. No podía decir nada.
M.G.- ¿Te sentías culpable?
S.A.- Sí, durante muchos años me sentí culpable por ser homosexual. Salí del armario siendo muy mayor. Mi primera pareja la tuve a los veinticinco años. Cuando empiezo a tener mis primeros contactos íntimos, no podía evitar sentirme sucio. Me habían metido tanta basura en la cabeza que yo mismo pensaba mal de mí. Mi proceso de reconstrucción ha sido de pies a cabeza.
M.G.- Narras en el libro un episodio que a mí me ha dejado muy tocada. En una ocasión, acudes a una psicóloga y te dice que no puedes jugar con juguetes de niñas.
S.A.- Eso es verdad. Ahí tendría unos siete años. Eran otros tiempos. Han pasado más de treinta años de todo aquello. Ella me ponía juguetes de niña a mi alcance pero yo no hacía más que disimular. Yo mismo me boicoteaba, no me acercaba a los juguetes, ni siquiera los miraba. Era como si hubiese pulsado el botón de off, como si me hubiera desconectado. Yo no quería señalarme, ni saber nada. Es más, hasta que no fui muy, muy mayor, no supe que existían parejas de hombres.
M.G.- Qué perdido estabas...
S.A.- Muy perdido. Es que no sabía nada. Lo único que tenía claro es que si me mostraba como realmente era, con mis ademanes, me insultaban. Los demás siempre han tratado de reeducarme, de corregir mis posturas, mi forma de expresarme. Todo en mi vida era un puro teatro. Muy triste.
M.G.- ¿Escribir el libro ha supuesto una liberación o también lo has pasado mal redactando algunos episodios?
S.A.- No, no... En mi caso ha sido una liberación total. Ya no me afecta lo que puedan decir esas personas que critican la homosexualidad o que hablan mal de mí.
M.G.- Haces muy bien. ¿Dónde encuentras la fuerza para decir esta gente no va a poder conmigo?
S.A.- Para eso te tendría que responder desde mi lado espiritual. Pienso que yo no he decidido mi sexualidad porque, de poder elegir, hubiera elegido ser heterosexual y lo hubiera tenido todo mucho más fácil. Si Dios, la divinidad, el universo, lo que sea, me ha puesto aquí y tengo estas experiencias es por algún motivo. Te podrá sonar raro pero, a raíz de lo que me ha ocurrido, he tenido mucha ayuda desde "el otro lado". Con todos los problemas familiares que he tenido por la herencia de mi madre, a veces me ha llegado ayuda a través de los sueños.
Por otra parte, siempre he pensado que no valgo para nada pero poco a poco, comienzo a hacer cosas, me llaman de la radio, colaboro con asociaciones contra el bullying. Digamos que son cosas que han reforzado mi autoestima. He tenido que ir desprendiéndome de capas y capas porque yo vivía totalmente oculto a los demás. Ahora es cuando muestro mi verdadero yo.
Por otra parte, siempre he pensado que no valgo para nada pero poco a poco, comienzo a hacer cosas, me llaman de la radio, colaboro con asociaciones contra el bullying. Digamos que son cosas que han reforzado mi autoestima. He tenido que ir desprendiéndome de capas y capas porque yo vivía totalmente oculto a los demás. Ahora es cuando muestro mi verdadero yo.
M.G.- Cuando eras estudiante, por no mostrarte como eras, te refugiabas mucho en los estudios. Lo cual te ha venido muy bien.
S.A.- Sí. Cuando era estudiante, yo vivía peleado con el sistema y los profesores me tachaban de rebelde. Era una manera de llamar la atención. Pero es que querían que jugara con los niños en el recreo y a mí no me apetecía eso. En aquellos años sentí que no me valoraban, así que me escudé en los estudios. Siempre me ha gustado formarme. De hecho, lo sigo haciendo incluso ahora, con un trabajo y unos hijos que atender.
M.G.- Has hablado de tu familia. Ellos fueron los primeros que mostraron rechazo por tu homosexualidad. Y, por lo que cuentas, ahora tampoco lo tienes muy bien con ellos.
S.A.- No. Es duro.
M.G.- ¿Pero ya han aceptado, al menos, tu identidad sexual?
S.A.- Mi familia es muy de galerías y muy conservadora. Cuando se tiene una empresa y contactos, hay que guardar las apariencias.
A mi madre también le costó aceptar mi homosexualidad pero cuando por fin lo aceptó, me dijo que había hablado con mis hermanos para que me aceptaran tal y como era. Claro, ella no podía imponerle eso a nadie. Mis hermanos me tenían que aceptar porque ellos quisieran, y no porque lo dijera mi madre. Cuando estaba preparando mi boda, mi hermana me dijo que yo era muy buena persona y muy buen trabajador y que, por eso, tenían que ir a mi boda. No lo entendí. Se supone que deberían venir porque me quieren, porque les importo y se alegran por mí. ¿Qué tiene que ver que sea buen trabajador o un vago?
A mi madre también le costó aceptar mi homosexualidad pero cuando por fin lo aceptó, me dijo que había hablado con mis hermanos para que me aceptaran tal y como era. Claro, ella no podía imponerle eso a nadie. Mis hermanos me tenían que aceptar porque ellos quisieran, y no porque lo dijera mi madre. Cuando estaba preparando mi boda, mi hermana me dijo que yo era muy buena persona y muy buen trabajador y que, por eso, tenían que ir a mi boda. No lo entendí. Se supone que deberían venir porque me quieren, porque les importo y se alegran por mí. ¿Qué tiene que ver que sea buen trabajador o un vago?
M.G.- En el libro das nombres, de familiares y amigos. ¿Son reales?
S.A.- Con mis hermanos, mi marido y mis hijos he usado seudónimos. Pero sí aparecen nombres reales de amigos como Rosalía o Diego y Javi.
M.G.- ¿Nunca te han pedido perdón los que te hicieron daño?
S.A.- No he vuelto a tener contacto con las personas que se portaron mal conmigo. Solo una amiga de la EGB, al publicar el libro, me dijo que ella recordaba haberme apoyado y defendido. No lo recuerdo y si ella lo dice, será así. De todos modos, lo peor no fue en el colegio sino en el instituto.
M.G.- El libro cuenta con ilustraciones. No son meros dibujos en sí, sino que tienen un importante significado.
S.A.- Todas las ilustraciones han surgido de momentos de meditación. Hice un borrador de cada una y se las pasé a la editorial para que las realizaran. Las ilustraciones tienen un mensaje que explico en el libro.
M.G.- Sergio, antes de conocerte y después de leer tu libro, me imaginé que me iba a encontrar con una persona muy tímida, reservada, desconfiada,... Pero me alegra haberme encontrado con todo lo contrario, una persona abierta, alegre, espontánea.
S.A.- Siempre he creído que era muy tímido pero parece ser que no. Ahora hablo por radio y tengo mi canal de Youtube. Ahí me muestro tal y como soy y digo abiertamente que soy gay. Siempre hay algún tonto que tiene que dejar algún comentario estúpido, pero eso me pasa a mí por ser gay, y a otro por tener gafas. De todos modos, ahora creo que lo mío no era timidez, sino cerrazón. Si me abría, se iba a notar que era homosexual.
M.G.- Pero Sergio, estando ya en pareja, a ti te daba pudor que te vieran en bares de ambiente. Esto no lo he entendido.
S.A.- Es que toda la vida me han estado diciendo que ser homosexual es algo malo. Mi mente estaba programada para pensar así. Recuerdo que mi madre me decía: " Tienes que estudiar porque si la gente se da cuenta que eres así, por lo menos que vea que también tienes una carrera. Ni siquiera se atrevía a decir la palabra homosexual, gay o maricón. He tenido que trabajar mucho mi interior para poder liberarme.
M.G.- Pero Sergio, estando ya en pareja, a ti te daba pudor que te vieran en bares de ambiente. Esto no lo he entendido.
M.G.- ¿Tú culpabilizas a alguien de lo que te ha ocurrido?
S.A.- Si veo a las personas que me lo hicieron pasar tan mal, no sé cómo reaccionaría. Pero prefiero sentirme dichoso por haber vivido todas esas experiencias. Bueno, eso lo pienso hoy, aunque si me preguntaran si volvería a pasar por lo mismo, obviamente diría que no. Sin embargo, todas esas experiencias son las que me han hecho fuerte. De no haberlas vivido, no sería tan maduro como soy hoy.
M.G.- Sé que eres padre de dos niños por gestación subrogada. La sociedad es cruel, ¿cómo se portan los demás con tus hijos?
S.A.- Fue algo que, tanto a mí como a mi marido, nos preocupaba bastante pero hablamos con profesionales que nos orientaron y nos ayudaron muchísimo. Nos contaron que se habían entrevistado a los hijos de parejas homosexuales en distintas etapas de su vida, y todos los datos demostraban que había más grado de empatía de estas personas hacia la sociedad, que tienen una buena salud mental, a pesar de que hayan podido recibir algunos insultos. Pero ellos mismos manifiestan que son insultos como los que podía haber recibido otra persona por tener a un padre en silla de ruedas o a una madre separada. Así que nos animamos y dimos el paso.
A día de hoy, mis hijos no han tenido ningún problema. Además, han sido muy bien acogidos en los centros púbicos. Ahora están en primero de Primaria y están muy adaptados. Nos contaron una vez que, hablando de los padres de cada uno, mi hijo comentó que su papá hacía tal y su papi cual. Una compañera nueva, que no los conocía, intentó corregirlos pero toda la clase salió gritando y diciendo que mi hijo tenía un papá y un papi. Por lo visto, la pobre niña se quedó muy cortada. El colegio ha hecho mucho hincapié en la diversidad.
A día de hoy, mis hijos no han tenido ningún problema. Además, han sido muy bien acogidos en los centros púbicos. Ahora están en primero de Primaria y están muy adaptados. Nos contaron una vez que, hablando de los padres de cada uno, mi hijo comentó que su papá hacía tal y su papi cual. Una compañera nueva, que no los conocía, intentó corregirlos pero toda la clase salió gritando y diciendo que mi hijo tenía un papá y un papi. Por lo visto, la pobre niña se quedó muy cortada. El colegio ha hecho mucho hincapié en la diversidad.
M.G.- Sergio, ¿tú has perdonado?
S.A.- Sí. Para liberarte tienes que perdonar. Los problemas con mi familia me condujeron a episodios de ansiedad y me tuve que medicar durante dos meses y coger la baja. En ese periodo, mi psicóloga, Isabel Esmeralda, que durante muchos años fue la directora del Teléfono de la Esperanza me dijo que no podía volver al trabajo en aquel estado. Pero al mes comencé a practicar con una herramienta que recomiendo mucho, el Ho'oponopono. Se basa en cuatro expresiones: lo siento, perdóname, te amo y gracias. Comencé a repetir esas cuatro palabras, dirigiéndolas a mis hermanos, por lo que me habían hecho y empecé a sentir que el dolor iba desapareciendo, que el rencor se evaporaba. Me resultó muy sorprendente sentir ese cambio en mis emociones hacia esas personas que habían causado tanto dolor.
M.G.- Dieciséis capítulos y cada uno de ellos termina con un consejo o una reflexión.
S.A.- Sí, como te dije antes, el propósito de este libro es ayudar a otras personas a salir de su pozo oscuro. No era tanto contar mi historia, como sacar lecciones y aprendizajes que cada uno pueda llevar a su propio territorio.
M.G.- Hay ejercicios de meditación, ¿de dónde proceden?
S.A.- Bueno, comencé con el Reiki gracias a mi psicóloga. En Jerez hice el segundo ciclo, el tercero y la maestría. También he hecho otros cursos en distintos puntos de España. Te diré que asistí en San Fernando (Cádiz) a un curso de Conexión con los ángeles. No te lo vas a creer pero en la práctica de aquel curso, tuve una experiencia brutal. De repente me vino a la mente el nombre de una mujer -Marisela-, que luego resultó ser el nombre de la mujer que nos ayudó con la gestación subrogada.
S.A.- Bueno, comencé con el Reiki gracias a mi psicóloga. En Jerez hice el segundo ciclo, el tercero y la maestría. También he hecho otros cursos en distintos puntos de España. Te diré que asistí en San Fernando (Cádiz) a un curso de Conexión con los ángeles. No te lo vas a creer pero en la práctica de aquel curso, tuve una experiencia brutal. De repente me vino a la mente el nombre de una mujer -Marisela-, que luego resultó ser el nombre de la mujer que nos ayudó con la gestación subrogada.
M.G.- Pues sí que es curioso. Oye, para terminar, ¿qué opinas sobre cómo se está gestionando el bullying en nuestros tiempos?
S.A.- Mal. La formación sobre bullying para los profesores es algo voluntario. NO están obligados a ello y claro, alegando la falta de tiempo, ninguno se forma en este tema. Luego, cuando se activa un protocolo, hay que hacer pruebas de caballo para reconocer la situación como una situación de acoso escolar. Y mientras eso se lleva a cabo, el niño o la niña sigue expuesto a esa situación. ¿Qué opciones quedan? Pocas porque, cambiar a un niño de colegio no es tan fácil y desescolarizarlos puede acarrear consecuencias judiciales para los padres.
M.G.- La pescadilla que se muerde la cola.
S.A.- Así es.
M.G.- Pues Sergio, lo dejamos aquí. Me ha gustado mucho conocerte y verte tan bien. Me alegra mucho de que hayas superado una situación tan dramática como la que has vivido toda tu vida.
S.A.- Muchas gracias. Estoy muy feliz.
Nuestra conversación duró una hora. Podíamos haber continuado conversando durante toda la tarde porque Sergio tiene mucho que contar y se le nota que está deseando compartir su experiencia. Es lo que hace en su canal de Youtube, en los podcast y en su web www.sergioamado.com.
Sinopsis: Tras cientos de noches de tinieblas y tempestades, cuando ya pensaba que el mundo no tendría compasión conmigo, el Sol salió resplandeciente.
M.G.- La pescadilla que se muerde la cola.
S.A.- Así es.
M.G.- Pues Sergio, lo dejamos aquí. Me ha gustado mucho conocerte y verte tan bien. Me alegra mucho de que hayas superado una situación tan dramática como la que has vivido toda tu vida.
S.A.- Muchas gracias. Estoy muy feliz.
Nuestra conversación duró una hora. Podíamos haber continuado conversando durante toda la tarde porque Sergio tiene mucho que contar y se le nota que está deseando compartir su experiencia. Es lo que hace en su canal de Youtube, en los podcast y en su web www.sergioamado.com.
Sinopsis: Tras cientos de noches de tinieblas y tempestades, cuando ya pensaba que el mundo no tendría compasión conmigo, el Sol salió resplandeciente.
Ámame, por favor narra la experiencia vital de una persona que ha sufrido bullying. El protagonista de esta historia vivió una infancia marcada por la incomprensión de su familia y el rechazo de la sociedad.
Ignorado en su sentir y reprimido en sus juegos, logró sobrevivir, aunque ello dejara huellas imborrables en su alma. Anorexia nerviosa, ansiedad, discriminación y la nube del suicidio merodearon durante su infancia y adolescencia.
Hoy Sergio Amado se ha transformado profundamente. Ha cambiado rechazo y humillación por empoderamiento, perdón, liberación y amor. Tras evolucionar y sentirse merecedor de la vida, Sergio ha conseguido grandes metas en el ámbito profesional y personal. Hoy viste un nuevo traje, el de la ayuda para aportar luz al crecimiento personal de cientos de personas.
Formado en diferentes terapias energéticas y tras un intenso trabajo de introspección, Sergio ofrece al lector una auténtica joya para evolucionar.
Un mensaje que llega desde su conexión espiritual para aportar al mundo una visión de la vida más amorosa y plena.