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FANTASMAS DEL PERIODISMO de Antonio Manfredi

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Fantasmas del periodismo - Librería Carmen
Editorial: Niebla
Fecha publicación: octubre, 2019
Precio: 15,00 € 
Género: Relatos
Nº Páginas: 250
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788412039948


Autor

Antonio Manfredi (Madrid 1959) es periodista. Hijo de emigrantes onubenses, ha desarrollado toda su carrera profesional en Andalucía (DIARIO ODIEL, EL CORREO DE ANDALUCÍA, RADIO SEVILLA, TVE y CANAL SUR); también ha sido corresponsal de EL PAÍS en Huelva y en la agencia EUROPA PRESS en Sevilla. Profesor de Periodismo, participa en grupos de investigación y es autor de varios capítulos de libros profesionales. Desde el año 2016 ejerce como Defensor de la Audiencia de Canal Sur. Fue el primer decano del Colegio de Periodistas de Andalucía. Es autor de El último Papel (1993), biografía del actor Antonio Ferrandiz (Chanquete) y de la novela Piel de Destierro (2013) relacionada con la psoriasis como patología, ya que es un activo voluntario en Acción Psoriasis, la asociación española de pacientes. Autor también de Relatos Experimentales (2015)

Sinopsis

Antonio Manfredi salda algunas cuentas emocionales pendientes con esta sucesión de relatos que no dejará indiferente a nadie. Si es usted periodista, entenderá muchas respuestas y se le abrirán nuevos interrogantes. Si no es profesional de la información, adivinará que el trabajo de quienes ejercen esta hermosa profesión también está lleno de trampas y de desalientos diarios que, paradojas de la vida, se ocultan mucho más que en otros lugares; porque es necesario mantener siempre una sonrisa falsa que oculte las tristezas y los desengaños y muestre superioridad ética donde hay miseria moral.

[Información tomada directamente del ejemplar]



En 1988 finalicé mis estudios de C.O.U, y posteriormente aprobé la Selectividad con una calificación poco destacable, todo hay que decirlo, y un insomnio que arrastro desde entonces. Tocaba elegir carrera universitaria, así que barajé las distintas posibilidades que se abrían ante mí, con mi paupérrima media de 5,95 puntos, una puntuación suficiente para varias carreras de Humanidades que tenía en mente. En el primer puesto de la lista figuraba Periodismo pero, por entonces, estos estudios no se podían cursar en Sevilla. Mi gozo en un pozo porque, además, mis padres no se podían permitir el lujo de enviar a su tercer vástago a estudiar fuera. Descartado el objeto de mis amores, pasé al segundo puesto, las filologías, y en eso me convertí, en filóloga. Admito que fue una carrera que me gustó, en la que me lo pasé muy bien, y que me sirvió para estrenarme en el mundo laboral, como muchos sevillanos de mis tiempos, trabajando en Expo'92. Pero confieso que el periodismo no ha dejado de llamar mi atención desde jovenzuela. Por eso, en cuanto tengo la menor oportunidad, me dedico a interrogar a todo aquel profesional del sector que se cruce en mi camino. Oyendo a unos y a otros, he aprendido mucho. Pero leyendo, he aprendido más. Y así me ha ocurrido al zambullirme, en estos días de insufrible confinamiento, en Fantasmas del periodismo de Antonio Manfredi, profesional de dilatada trayectoria periodística y actual Defensor de la Audiencia de Canal Sur

Fantasmas del periodismo es un compendio de relatos, compuesto de veintidós piezas más epílogo con el que he disfrutado mucho más de lo que esperaba. A priori, y dada la profesión del autor y la temática del libro, pensé que estaba ante un ensayo, un análisis crítico de la profesión, lleno de consejos sobre lo que se debe o lo que no se debe hacer, lo que es ético y lo que no lo es, o sobre la evolución del periodismo a lo largo del tiempo, pero no. Análisis y algo de crítica hay, pero este libro cuenta con otros tantos elementos, muchos más amables y placenteros, que lo convierten en una delicia hecha con cariño. 

Siguiendo el curso de diferentes estilos, entre estos relatos vamos a encontrar periodistas de toda índole y condición. Algunos lobos solitarios que se refugian en la oscuridad de la noche, al amparo del silencio de una redacción en horas bajas, profesionales que vienen de vuelta, pero a los que le sigue emocionado el olor de una buena noticia. Los habrá fieles a su particular juramento de Hipócrates, periodistas íntegros que no se dejan sobornar aunque estén con el agua al cuello, que pierden su trabajo por desvelar casos de corrupción, que terminan convertidos en detectives privados, capaces de ver, con sus ojos de periodistas, lo que los ojos de un policía no son capaces de apreciar. Aunque, como toda moneda, también habrá una cruz por la que pasean aquellos otros que danzan a las órdenes del mejor postor, léase publicistas, políticos, entidades financieras, incluso la Iglesia asoma su patita por estas páginas, por no hablar de algún que otro juez que teje un tapiz en el que los intereses personales y los sobresueldos vuelan sobre muchas cabezas. 

Es habitual que, al enfrentarnos a una recopilación de cuentos, no todos gusten por igual. Reconozco que, de todos los que nos regala Manfredi, tengo mis predilectos. Palabras claves es uno de mis preferidos en el que se definen, al estilo Manfredi, los términos más esenciales en el mundo del periodismo, tales como noticia, compañero -tan cercanos en lo personal y tan antagonistas en lo profesional-, jerarquía, jefe, redacción... Son definiciones que se alejan de las que nos ofrece la RAE, pero que rezuman de la sabiduría atesorada dada por los años de ejercicio. Palabras claves es de esos relatos para releer o, como decimos por estas latitudes, "es para ponerle un marco". Chapó.

Y por mencionar otro de mis predilectos, os hablaría de Caminos, con una trama inteligente en el que el lector no es un mero espectador. A través de un divertido juego, Manfredi nos ofrece un relato lleno de variables, diferentes caminos por los que los personajes se podrán mover, y seremos nosotros quienes elijamos la suerte de todos ellos. Los hechos, así como el desenlace, variará en función de nuestra elección, de tal modo que, un solo relato se vertebra en tres.

En Fantasmas del periodismo hay piezas más íntimas, más vinculadas con la persona que ejerce el periodismo, que lo lleva ejerciendo toda su vida. Me aventuro a pensar que hay mucho de Antonio Manfredi en esos textos, llenos de pasajes y hechos que huelen a pasado, a nostalgia y a recuerdo. A través de estas historias he llegado a ver los inicios del autor en la profesión, precedidos por las tardes en las que un nieto leía, en voz alta, todas las noticias del periódico a su abuelo, aquel hombre que alentaba al niño para conseguir sus sueños. Pero también hay piezas más críticas, más profesionales, que analizan el periodismo desde distintos ángulos: la mala baba con los becarios; la vida en aquellas redacciones llenas de humo de cigarrillos donde no dejaban de sonar las máquinas de escribir, mucho más reales que las de hoy que parecen "cementerios donde da miedo levantar la voz"; la pornografía informativa; el periodismo digital frente al tradicional; el poder de los periodistas deportivos, "los únicos que se pueden permitir opinar de lo divino y de  lo humano, sin que nadie se lo impida, más bien al contrario"; o el de las empresas que cotizan en el Ibex 35. Todo lo que realmente importa en la profesión tiene cabida en estas páginas, incluso el egoísmo, la envidia, la soberbia o la venganza. 

En general,  me han gustado tantísimo que me he quedado con ganas de más. En alguno de ellos he advertido una ligera precipitación en el cierre y en otros, la historia era tan interesante que no quería llegar al final. En esos hubiera preferido un recorrido algo más largo, pues la trama y los personajes así lo permitían. Habrá que animar a Manfredi a escribir un segundo volumen con el que todos, periodistas y no periodistas, podrán disfrutar, porque, no lo he dicho pero aprovecho ahora. Si bien todos estos textos giran alrededor de la profesión de periodista, no están únicamente dirigidos a los que forman parte del sector. No cabe duda que los ejercitantes disfrutarán el doble, porque es posible que se vean reflejados, no solo en alguna situación sino también en algunas emociones, sin embargo, a poco que conozcas un poco la actualidad y pasees la vista cada mañana "por los papeles", entenderás perfectamente de lo que el autor habla en cada relato, algunos de los cuales transcurren en Sevilla, una ciudad que asoma levemente en unas ocasiones, o que figura en primer plano en otras, especialmente en aquel año 1992, en la que se convirtió en capital del mundo, ocupando portadas y portadas de muchísimos periódicos, a lo largo y ancho del planeta. 

Centrándome en otras cuestiones, os puedo comentar que cada relato, de longitud variable, se abre con una cita relacionada con el periodismo y con la vida del periodista. Por destacar alguna, menciono la siguiente:




El volumen se inicia también con dos prólogos, uno más cercano y otro algo más profesional. En el primero, firmado por Nuria Gispert Vila, se define este libro como "un retrato sincero" que pretende mostrar el mundo del periodismo "sin tapujos", donde se pueden encontrar "cuentos cortos con diferentes estilos". Creo que es una visión muy acertada de lo que el lector puede encontrar en este libro, un prólogo que destaca la personalidad de Antonio Manfredi, así como su ironía, pero también su ternura. En cuanto al segundo, de Carlos Castro, destacaría el siguiente párrafo:

"Estas historias también podrían leerse como la reconstrucción literaria de la mirada de un periodista, una mirada que puede, mediante las formas de una escritura trabajada y puesta en tensión tanto a favor como en contra de los estereotipos del cuento, captar y señalar (nunca descifrar, desde luego) los misterios de la vida humana en un puñado de instantes profesionales, rodando en un carrusel de romance, soledad, vocación, sexo, familia, indulgencia, amistad, traición, pero también de fake news, propaganda, burocratización, redes sociales, filtraciones, confabulaciones ideológicas, cinismo"[pág. 14]

Escritos desde el cariño, como crítica pero también como homenaje, empleando voces en primera o en tercera persona, según la intención y el efecto que se pretenda conseguir, metiéndose en la piel de hombres y mujeres, Antonio Manfredi, visionario y proclive por lo digital en detrimento de lo analógico, nos regala un volumen digno de tener en cuenta, con relatos que contagian su amor por la profesión, su entusiasmo y su pasión. Por todo ello, seas periodista o no, no puedo más que recomendaros la lectura de este volumen.

Lástima que la Facultad de Comunicación no abriera sus puertas en Sevilla hasta 1989. Hubiera formado parte de su nómina de alumnos.




[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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