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EL PACIENTE SIEMPRE LLAMA DOS VECES de Enfermera Saturada

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megustaleer - El paciente siempre llama dos veces -  Enfermera Saturada
Editorial: Plaza & Janés
Fecha publicación: Octubre 2018
Precio: 11,90 €
Género: Humor
Edición: ilustrada
Nº Páginas:  128
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 97884401031205
Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]


Autor

Enfermera Saturada se define como una enfermera española que busca hacerse un hueco en la sanidad. Empieza los turnos en planta, baja a la UCI, sube a prematuros y termina en urgencias. Esta enfermera se maneja como pocas en las redes sociales, desde donde a diario decenas de miles de personas ven cómo repasa, con humor y descaro, la actualidad de su hospital y la de cualquier hospital de España.

Sinopsis

¿En serio creías que Satu ya lo había contado todo? Las aventuras de nuestra enfermera favorita continúan. Porque los pacientes siempre llaman dos veces, pero la mujer de la bolsa de empleo solo una, y más te vale estar atenta.

El suero se ha terminado, las bombas han dejado de pitar y a Satu le toca despertar del que había sido el mejor contrato de verano, o no. Porque la vida de una enfermera da más vueltas que un vendaje compresivo, y los caminos del cuidado nunca sabes por dónde te van a llevar.

Bienvenidas una vez más al mundo de la enfermería con humor. Bienvenidas a la aventura de vivir en primera persona la profesión más bonita del mundo.

[Información tomada directamente del ejemplar]



megustaleer - El guardián entre el ibuprofeno -  Enfermera SaturadaEntre mis lecturas de humor se encuentran tres o cuatro autores incondicionales y Enfermera saturada es una de ellas. Hasta la fecha, he leído y reseñado cuatro títulos de toda la colección: La vida es suero, El tiempo entre suturas, Las uvis de la ira y Suero de una noche de verano. Consciente de que aún me quedan dos títulos más y que acaba de publicar El Guardián entre el Ibuprofeno, es hora de ponerse al día con los que están aún pendientes. Así que, hoy vengo con El paciente siempre llama dos veces

Los libros de Enfermera Saturada siempre portan un título en clave de homenaje a la literatura. Desconozco su intencionalidad circunstancia pero, más allá del sentido cómico, quizá sirva como nexo de unión entre el humor y la seriedad de lo que se acostumbra a llamar Literatura (con mayúsculas). Porque, el humor, con lo importante que es, no siempre ocupa el lugar que le corresponde en el universo de los géneros. Y no entiendo muy bien por qué. Siempre he pensado que es mucho más difícil hacer reír, que hacer llorar y, por lo tanto, un libro de humor debe ser reconocido como se merece. En cualquier caso, yo jamás digo no a un libro de Enfermera Saturada. Son de consumo inmediato y de fácil digestión. 

En El paciente siempre llama dos veces, Enfermera Saturada vuelve a cogernos de la mano para adentrarnos en el mundo de la sanidad. Más concretamente, en el de la enfermería,lo que para mí siempre ha sido la guardia de asalto de los médicos. El cuerpo de enfermería está en primera línea de batalla, es el que más contacto tiene con el paciente y al que más ve la persona enferma. Aún a riesgo de parecer pesada, por hablar tantas veces de mi madre en este espacio, quiero contaros algo muy personal. En su último ingreso, cuando la pobre ya no podía más, a primerísima hora de la mañana y tras el cambio de turno, entró en su habitación una enfermera para evaluar cómo se encontraba mi madre. La vio mal. Lo estaba. Me miró y me dijo: "Voy a hablar con el médico. La veo muy mal y no vamos a permitir que sufra". A mí aquello me cayó como un jarro de agua fría. El mundo se me vino abajo. Aquella enfermera me estaba diciendo que ya no había nada más que hacer, a pesar de que el médico me había dicho el día antes, que tal y que cual. A mis palabras, ella respondió: "El médico viene a hacer su visita y está aquí quince minutos, a lo sumo. Pero somos nosotros, las enfermeras y los enfermeros, los que sabemos cómo es su hora a hora, su minuto a minuto, su segundo a segundo. Y yo no voy a dejar que tu madre lo pase mal. Sé que es duro para ti, pero es lo mejor". Y eso hizo, habló con el médico, que volvió a evaluarla, y ella descansó en paz. No he olvidado los ojos de aquella mujer, que me habló con tanta claridad, pero también con tanta ternura. Cada día que recuerdo aquellas palabras, siento que tenía razón. El médico hace la visita, evalúa, da instrucciones y se va. Pero es el cuerpo de enfermería el que está ahí 24 horas al día, al que el familiar acude cada vez que la angustia le roba el oxígeno, el que posibilita un mínimo de dignidad al paciente en la lucha contra su enfermedad.

Pero dejémonos de cosas serias y tristes, y vayamos al libro que está cargadísimo de humor, y también de ternura. De hecho, nada más abrir sus páginas, vamos a encontrar una breve introducción, que no por ser breve es menos hermosa. En ella se habla con mucho cariño de la relación de confianza y reciprocidad que se establece entre el paciente y el enfermero, de cómo los cuidados de uno son pagados con las sonrisas del otro. Son apenas unas líneas, pero evidencian el amor que el autor, en la piel de Satu, siente por su profesión.

A partir de aquí, el libro se estructura en cuatro capítulos donde Satu, nuestra Satu, nos cuenta en primera persona algunas de sus vivencias. Nos hablará de los pacientes escapistas, es decir, de esos que burlan todo tipo de vigilancia y salen por la puerta del hospital porque tienen que atender sus cosas fuera, pero que luego regresan, como si no hubiera pasado nada. También nos contará su experiencia con las estudiantes de enfermería en prácticas, sus meses como enfermera en un colegio, el apoyo que se prestan mutuamente los compañeros, o los contratos tan precarios que tienen. Y es que, nuestra Satu, aún no ha obtenido plaza y es frecuente que la veamos angustiada porque pasa un día y otro día, sin que la llamen de la bolsa de empleo. 

Pero el humor deja, a veces, espacio a reflexiones más serias, como cuando denuncia el favoritismo que se produce en la bolsa, los baremos injustos o las zancadillas que algún compañero puede ponerle. Porque, a pesar de que aquella enfermera que velaba por mi madre era un ángel, también las había que dejaban el tridente y los cuernos en la taquilla, antes de comenzar el turno.  De todo hay en la viña del Señor, como se suele decir. Y, de esas partes más trascendentales, me decanto por ese alegato que Satu hace en favor de las auxiliares de enfermería, apoyo imprescindible para los enfermeros. Me ha parecido un gesto precioso, que deja de lado la estructura jerárquica. Todo el personal sanitario debería conformar una unidad compacta, en el que no primara los estatus jerárquicos y las distintas categorías, especialmente porque ellos tienen entre las manos la salud de una persona.


El paciente siempre llama dos veces cuenta con consejos a los compañeros del sector, con una carta dirigida a una recién graduada (o graduado) y un epílogo en el que se aborda el duro tema de la muerte. La visión de una persona que convive a diario con la dama de negro es sumamente interesante y estoy segura de que tiene una percepción muy distinta a la del resto de personas que no pertenecemos al sector sanitario. En este epílogo, Satu reflexiona sobre cómo el hombre acostumbra a enfrentarse a su final, y defiende el derecho a una muerte digna, con un buen sistema de cuidados paliativos. Sus palabras me han hecho pensar mucho. 

Por último, el libro tiene un anexo final en el que nos regala unas cuantas actividades, como una sopa de letras o un peculiar bingo, recursos simpáticos que ponen un divertido broche final al libro.

Como personajes recurrentes y que asoman un poquito, tenemos las vecinas de Satu, a las que ella llama las EnferMerys, tres residentes de enfermería que viven en el piso de arriba. Y por supuesto, no podía faltar la mujer de la bolsa de empleo, tan parca siempre en palabras y tan seca, que lleva a nuestra Satu por la calle de la amargura pero que, a la vez, le da alguna buena noticia de vez en cuando. 

En el libro podemos encontrar términos propios de la profesión, como "artefactar" y "telemetría", que no te hacen falta saber qué son ni qué significan, porque no afecta a la historia y, en cualquier caso, es fácil de deducir el significado por el contexto. Pero esto no quiere decir que el libro esté únicamente dirigido a trabajadores del sector sanitario. Ya veis que todo tipo de lector puede asomarse a este mudo y pasarlo bien. 

Acercándonos al final de esta reseña, quisiera hacer un aparte para hablaros de las ilustraciones, de las que jamás he mencionado nada en las reseñas anteriores. Craso error, y por ello pido disculpas a Clara Lousa, encargada de dar color a las palabras de Satu desde el primer libro.  Ella es la que pone rostro a esta enfermera tan chisposa. Siempre la ha dibujado como una chica joven, muy moderna y desenfada que se aleja muchísimo de la conocidísima Florence Nightingale, cuya presencia flota siempre entre los libros de Satu. Ilustraciones en tonos pastel, donde destacan el verde menta (en honor a buena parte de la indumentaria sanitaria), junto con el blanco. Solo en la sección de actividades vamos a encontrar una paleta de colores algo  más amplia.

En definitiva, con mucho humor, mucho desparpajo y mucha ternura. Satu vuelve a ponernos un sonrisa en los labios con este nuevo libro. El paciente siempre llama dos veces te lo va a hacer pasar bien, te vas a reír con las ocurrencias de Satu, y te va a dejar un regusto muy dulce.¿Qué más se puede pedir? Yo seguiré siendo fiel a esta enfermera, y en unos días me lanzo a devorar otro de sus libros, El silencio de los goteros, el último que me falta antes de su última publicación.

Por cierto, si aún no sabéis quién se esconde detrás del seudónimo Enfermera Saturada os contaré que se trata de Héctor Castiñeria, un enfermero gallego que ha ido recogiendo todas sus vivencias en el sector sanitario de la pública. Decidió volcarlas en un blog primero y luego autopublicar en Amazon. Aquello le abrió las puertas de la editorial Plaza & Janés, con la que ha publicado hasta la fecha siete volúmenes. En 2017 tuve la oportunidad de entrevistarlo, cuando publicó Suero de una noche de verano. Te dejo la entrevista aquí, por si te apetece saber más sobre él.




Y añado que es interesante seguirlo en redes sociales porque, en estos tiempos de pandemia, nos ha mantenido informados con veracidad, nos ha dado consejos, y nos ha ofrecido muchas sugerencias, siempre desde su profesionalidad, con criterio y honestidad. 





[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:



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