Año: 2012
Nacionalidad: Francia
Director: Pascal Chaumeil
Reparto: Diane Kruger, Dany Boon, Alice Pol, Robert Plagnol, Jonathan Cohen, Bernardette Le Saché, Etienne Chicot, Laure Calamy, Malonn Lévana
Género: Comedia
Sinopsis: Una exitosa mujer con suerte en el amor trata de romper la maldición de su familia: el primer matrimonio termina en divorcio; para evitarlo, decide buscar a alguien al azar con quien casarse y divorciarse, antes de casarse con su querido novio.
Si la semana pasada hablaba de cine argentino, hoy me decanto por el cine francés. No son pocas las comedias que se hacen en el país galo, algunas de ellas bastante interesantes, como La cena de los idiotas, Bienvenidos al Norte o Salir del armario,... Hay muchas más y estas tres en concretos son para mí de lo mejor. Dado que me he llevado más de una sorpresa positiva con las comedias galas, no me resisto a ver las que se crucen por mi camino. Por eso, hoy os traigo una película que ya tiene unos cuantos años, pero que os puede hacer pasar un buen rato.
Llévame a la luna comienza durante una cena de Nochebuena. Corinne y su familia han invitado a cenar a Valèrie, su jefa. Hace seis meses que su marido la abandonó por otra mujer y desde entonces arrastra una profunda depresión. Valèrie monopoliza la cena contando su mal de amores y llora desconsoladamente por tanta desdicha. El resto de comensales está tan harto del mar de lágrimas en el que se ha convertido la noche que, Corinne decide contarle una historia para animarla. Se trata de una maldición que acecha a todas las mujeres de la familia desde 1884. Corinne, sus hermanas, su madre, sus tías, sus primas y sus abuelas han sido víctimas de profundas y dolorosas relaciones amorosas, ya que los primeros matrimonios de todas las mujeres de la familia acaban irremediablemente en divorcio.
La última víctima de esta maldición ha sido Isabelle, la hermana de Corinne. Odontóloga de profesión, conoce a Pierre, el hombre perfecto. Comienzan a salir, la relación se consolida y deciden irse a vivir juntos. Todo marcha como la seda. Se conocen a la perfección, se compenetran y tienen una vida plácida y feliz. Sin embargo, Isabelle comienza sentir inmensos deseos de ser madre. Pierre también quiere tener un hijo con ella pero, la familia de él es muy conservadora y no vería con buenos ojos tener un hijo sin estar casados. Y ahí viene el problema. Si Isabelle se casa con Pierre sería su primer matrimonio y, teniendo en cuenta la maldición, este acabaría definitivamente en divorcio. ¿Qué hacer? A Isabelle y Corinne se le ocurre una idea rocambolesca, y muy cara, que puede salvar la situación. El lado negativo de un plan que ellas consideran perfecto es que pueden surgir una serie de inconvenientes con los que no contaban, concretamente un inconveniente de nombre Jean-Yves, y escritor de guías turísticas.
Llévame a la luna es una comedia en la que una situación relativamente fácil se va complicado poco a poco. Lo que podría ser cuestión de unas horas se convierte en un periplo interminable, lleno de obstáculos y malentendidos. La trama de la película está bien. Es simpática y tiene algunos golpes de humor bastante acertados, aunque tiene escenas memorables, tampoco es una película inolvidable. La mayor pega que le pongo es el desenlace, o el pre-desenlace, que me parece muy sacado de la chistera. En cualquier caso, hay un cierre definitivo que resuelve todos los problemas que se han ido planteando a lo largo del largometraje.
En cuanto a los personajes, toda la trama orbita alrededor de Isabelle (Diane Kruger) y Jean-Yves (Dany Boon).Ella es una mujer hermosa, pero muy desesperada, capaz de cualquier cosa con tal de esquivar la maldición y no perder al hombre de su vida. Así que se embarca en una aventura que la llevará por diversos países del mundo, metiéndose en un lío tras otro, y viviendo situaciones muy incómodas, siguiendo los pasos de una estrategia que le deparará más de una sorpresa. El viaje que Isabelle emprende no será solamente geográfico sino también emocional. Descubrirá otro tipo de vida, otro tipo de personas y, por una vez, escuchará a su corazón y abrirá los ojos. Diane Kruger está correcta en su papel.
Jean-Yves es un hombre simple. Su vida es muy aburrida, tanto como lo es él mismo. Es un tipo peculiar, bromista y desconcertante. La típica persona que saca de quicio a los demás con su forma de ser. Eso sí, exige un profundo respeto por su trabajo. Excesivamente parlanchín y obsesionado con su pelo, no se cree su buena suerte al conocer a una mujer como Isabelle. De corazón noble, Jean-Yves representa a todas esas personas de las que los demás se aprovechan. Pero, también existe la justicia poética. El personaje está interpretado por Dany Boon. Me gusta mucho este actor, no os lo podéis perder en Manual de un tacaño o en la misma Bienvenidos al Norte. Para mí, es el que sostiene toda la película.
Aparte habrá algún personaje más secundario, un satélite que también tiene su gracia. Me refiero a Patrick, el marido de Corinne, interpretado por Jonathan Cohen.
Poco más que aportar sobre esta película. Como dije antes, no es ni memorable, y su visionado no es imprescindible, pero cumple su papel de hacerte pasar un rato entretenido e incluso, en algún momento, te puede sacar una sonrisa. En los tiempos que corren, cualquier cosa que nos haga olvidar lo que está ahí fuera, es para tenerlo en cuenta.
Tráiler:
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