Autor
José Antonio Lucero (Rota, 1988) es profesor de Ciencias Sociales y Lengua y Literatura en Educación Secundaria. Licenciado en Historia y Máster en Escritura por la Universidad de Sevilla, colabora con varios medios digitales como blogger y youtuber desde su canal La cuna de Halicarnaso, uno de los canales sobre historia y docencia de habla hispana más seguidos en todo el mundo. En 2018 fue finalista del XXIII Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. La vida en un minuto supone su debut literario.
Sinopsis
Cualquier vida puede cambiar en un minuto
En el invierno de 1943, Madrid se despereza entre las ruinas de la guerra. En los suburbios de la ciudad, Daniel esconde su verdadera identidad y, con ella, su pasado en el conflicto. En el otro Madrid, el de los cafés de tertulia y los escaparates de la calle Serrano, Julita empieza estudiar letras en la universidad y siente la necesidad de separarse del futuro que su familia siempre había prefijado para ella.
El minuto que tardan dos trenes en chocar
Unidos por la fuerza del destino, los dos jóvenes coincidirán en un largo viaje en el expreso desde Madrid hasta La Coruña, huyendo de lo que otros han planeado para ellos. Allí se conocerán y verán nacer su complicidad, sin saber que el tren está abocado a una catástrofe que cambiará sus vidas para siempre.
El minuto que tardan dos miradas en cruzarse
La vida en un minuto rescata un episodio tristemente desconocido de la posguerra, la tragedia de un choque ferroviario que se saldó con cientos de víctimas y que fue silenciado por la prensa del régimen franquista. Lo hace para mostrarnos que el amor y la vida, a veces, pueden nacer entre los escombros.
[Información tomada directamente del ejemplar]
La vida en un minuto supone el debut literario de José Antonio Lucero. Profesor de Ciencias Sociales y Lengua y Literatura en Educación Secundaria, es también divulgador en La cuna de Halicarnaso, uno de los canales de historia y docencia, más seguidos de YouTube. Sobre sus inicios en la literatura y la trayectoria que esta obra ha seguido hasta llegar a nuestras manos, el autor nos habla en la entrevista que pudimos hacerle, y que puedes leer aquí.
La vida en un minuto comienza con un accidente ferroviario real. El correo-expreso 421, que une Madrid con La Coruña, colisiona el 4 de enero de 1944 contra una locomotora en maniobras y un tren de mercancías, a la altura de Torre del Bierzo, León (puedes informarte sobre este accidente en este enlace). Este es el punto de arranque de una novela que se estructura en cuatro grandes bloques. A partir de ese accidente, Lucero conduce al lector al Madrid de posguerra, al Parque del Oeste donde los desheredados de la tierra, los débiles y los desvalidos sobreviven en las antiguas construcciones de guerra. En esas inmediaciones conoceremos a Daniel Baldomero, inquilino de una casamata, cuyas ventanas no son más que dos estrechas aberturas por las que los soldados disparaban, y por la que paga a doña Paquita una peseta y media. El joven lleva cuatro años viviendo en ese sombrío y lúgubre lugar, después de tener que huir de León, donde vivía con holgura, junto a su familia. Llegó a Madrid en abril de 1939, sin un lugar donde caerse muerto, viviendo de la caridad y la rapiña, hasta que consiguió esa casamata, en ese espacio de Madrid lleno de miseria, donde las familias no se resisten a celebrar la Navidad. Pero la vida en aquella especie de ciudad, dentro de otra más grande, tiene los días contados. Desde el gobierno de Franco se plantea la reconstrucción de los parques, eliminar todo tipo de construcción militar, y devolver el esplendor a las zonas verdes de una ciudad que despertaba de una pesadilla. Es entonces cuando Daniel decide regresar a su casa, a aquella que compartió con su familia en los montes de León, para empezar una vida nueva y volver a sus orígenes. Para ello, el joven tendrá que tomar un tren, justamente la línea Madrid-La Coruña.
Paralelamente, el lector conocerá a Julia María Schmidt de Martínez-Touriño, a la que todos apodan cariñosamente Julita. La joven es de buena cuna, de una familia de origen gallego, «cuya boyante economía se vino abajo durante la guerra». Huérfana de padre, un alemán que trabajaba como auxiliar en la Embajada Alemana de Madrid, reside en el barrio de Salamanca, en una casa señorial de dos plantas, aunque sin servicio, junto a su madre y su abuela. Además cuenta siempre con el apoyo incondicional de su tío materno, Manuel Alejandro, un periodista de ABC, asmático y doce años mayor, que es como un padre para su sobrina. Julita, cuyo selecto grupo de amistades está lleno de hijos de abogados y empresarios importantes, lleva tres años de relaciones con Jorge, con el que sin duda contraerá matrimonio muy pronto, a pesar de ser un hombre celoso y controlador. Pero ella no es una mujer hecha únicamente para el matrimonio y la crianza de los hijos. Julita quiere ser alguien y por eso estudia Filosofía y Letras en la universidad, sin el beneplácito de su madre, quien considera que ese edificio no es más que un nido de comunistas. Algo ocurre la noche de Fin de Año de 1943, algo que tambalea el confortable mundo de Julita y su proyecto de futuro. Algo que la hace recapacitar y plantearse su vida desde otro ángulo. Para aclarar sus ideas y alejarse del foco del problema, decide viajar junto a su madre a Monterroso, el pueblo gallego de donde es originaria su familia, y donde reside su bisabuela. Para ello, al igual que Daniel, tendrá que tomar un tren, justamente la línea Madrid-La Coruña.
De este modo, las dos líneas argumentales principales confluirán en ese tren que, como se indica en las primeras páginas de la novela, tendrá un accidente al llega a Torre del Bierzo. Estamos ante una trama que suscita múltiples preguntas en la mente del lector:
* ¿Qué ocurre al inicio y durante la guerra civil para que Daniel acabe solo, sin familia, y desarraigado, teniendo que marchar a Madrid para buscarse la vida?´
* ¿Qué ocurre entre Julita y Jorge para que la relación se haga añicos?
* ¿Cómo se conocen los dos jóvenes?
* ¿Qué consecuencias tendrá el accidente ferroviario? ¿Sobrevivirán los jóvenes?
* Y en tal caso, ¿cómo será su vida posterior a aquel trágico suceso?
Y mientras todo esto ocurre, un tercer hilo nos permite conocer de primera mano la verdadera historia de Daniel, a través de un libro que otro personaje lee, y en el que el joven ha contado todo lo que le ocurrió antes y durante la guerra civil. De su puño y letra, el lector llegará a conocer cómo era la vida familiar de Daniel, cuál fue su primer amor, y que fue aquello que provocó la desgracia de su familia.
Pero si la trama muestra cuestiones importantes y de interés, no lo serán menos los personajes. ¿Quiénes son los principales? Daniel es un joven, natural de Burgos, soltero y de 25 años edad. Al menos, eso es lo que dice su cédula personal de identificación. Sin embargo, cuando un grupo de falangistas van en su busca y lo llaman traidor y judío sefardí, nuestra visión del joven cambia radicalmente. Y es que, efectivamente Daniel es sefardí. Su familia abandonó Grecia, tras el incendio de Salónica, para regresar a la tierra de sus ancestros, a España. Se establecen en León, compran un pedazo de tierra y adquieren ganado. Se dedican a la agricultura y al pastoreo. Pero llega la guerra civil, la lucha entre hermanos, y con ella la desgracia familiar. La vida de Daniel se llenará de secretos.
Daniel me ha parecido un personaje taciturno y esquivo. No es para menos pues tiene mucho que ocultar. Pasa por la vida sin hacer demasiado ruido, sobreviviendo como puede con trabajos esporádicos y poco estables. Añora enormemente a su familia, a la que recuerda cada día, y eso lo sumerge en un estado melancólico constante. Lo único que le da algo de paz es la lectura y contemplar los tres objetos que guarda celosamente, y a escondidas de miradas indiscretas, en un escondrijo de su casamata.
En cuanto a Julita, ella representará a esa mujer que rompe con lo estipulado. Por aquellos años, de las mujeres solo se esperaba que se casaran jóvenes y empezaran a tener hijos. Y si alguna tenía algún otro tipo de inclinación ajena al ámbito doméstico, podía formar parte de la Sección Femenina y colaborar con el Auxilio Social. Sin embargo, Julita no está interesada en una cosa ni en la otra. Lo que a la joven le interesa realmente es ampliar conocimientos y estudiar en la universidad. No obstante, socialmente no se veía bien que la mujer iniciara estudios universitarios porque eso era cosa de hombres. La universidad, la lectura, hacen cambiar a las mujeres, lo que no interesaba bajo ningún concepto, pues entonces se revelarían contra su papel pasivo y la sumisión impuesta por la mano del hombre.
Julita será un personaje que encandile al lector. Vamos a encontrar a una mujer valiente, a la que no le importa sacar los pies del plato. Su madre, una viuda muy conservadora, tratará de encarrilar la vida de su hija, hacerla entender que su papel es uno muy distinto al que la joven quiere desempeñar. En ese sentido, Julita resulta un personaje atractivo, junto al cual vamos a ver de qué manera eran consideradas esas mujeres que no estaban dispuestas a dejarse manipular.
Con respecto al ámbito universitario, resulta interesante la reivindicación de esta joven, en relación a esos autores prohibidos que dejaron de estudiarse por ser manifiestamente rojos o contrarios al régimen franquista.
Pero a Julita y a Daniel no solo los une un trayecto en tren. Precisamente es el amor a los libros lo que consigue que ambos jóvenes conecten de manera más intensa. Y es que la literatura está muy presente en toda la novela. Basta con leer la relación de títulos que se detallan al final de la reseña. Nombres como María Zambrano, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, o Garcilaso de la Vega estarán en boca de los personajes, haciendo referencias a sus obras.
He disfrutado mucho de la lectura de esta novela pues, al margen de una trama interesante, se nota que el autor ha hecho una gran labor de documentación. Sorprende muchísimo todo el desarrollo descriptivo del accidente ferroviario. Lucero ha tenido que realizar una inmersión profunda en los sucesos acaecidos y recogidos en las crónicas periodísticas de la época, para reflejar la sucesión de los hechos. Por otra parte, detalla también el funcionamiento de los trenes, los trayectos que se hacían, la organización de los operarios o los requisitos que estos tenían que cumplir para optar a un puesto. Es decir, el autor se habrá leído el Reglamento de la Compañía Ferroviaria desde la primera página a la última. Si bien es cierto que, en algún pasaje, me he sentido un tanto desbordada por tanta información, hay que reconocer que no le falta ni un ápice de verosimilitud a la narración del accidente.
Escrita en tercera persona, y empleando el presente como tiempo verbal, como dije antes La vida en un minuto está dividida en cuatro partes claramente diferenciadas, más un capítulo introductorio que nos relata de modo periodístico y breve el accidente ferroviario. Un total de treinta y cinco capítulos, algunos de los cuáles termina en el típico cliffhanger, se distribuyen a través de esas cuatro parte tituladas: La huida, donde nos presenta a Daniel y a Julita, y se nos explican las circunstancias que le hacen cada uno huir de Madrid; la segunda, El tren, se centra en el par de días que dura el viaje desde Madrid a Torre del Bierzo, punto de colisión de los trenes; la tercera, El túnel, el accidente y la evacuación de los heridos; la cuarta parte, La llegada, que nos conduce a un desenlace emotivo.
En definitiva, La vida en un minuto es una novela entrañable, y tierna, que mezcla historia y amor, para permitirnos pasear por la España de la época y entender que, tal y como marca el título, todo puede cambiar en un solo minuto.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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