Nacionalidad: Reino Unido
Director: Alfred Hitchcock
Reparto: Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, June, Malcolm Keen, Eve Gray, Reginald Gardiner
Género: Intriga
Sinopsis: Un asesino serial conocido como "El Vengador" está matando jóvenes rubias bajo la niebla de Londres. Al mismo tiempo, un nuevo inquilino, Jonathan Drew, llega a la casa de los Bounting y alquila un cuarto. El hombre tiene hábitos peculiares: sale por la noche en medio de la neblina y guarda una imagen de una rubia y joven muchacha. La hija de los Bounting, Daisy, es una modelo de cabello rubio y está comprometida con Joe, un detective de la policía. Daisy comienza a sentirse atraida por Jonathan, y Joe, al darse cuenta, comienza a pensar que Jonathan podría ser el asesino.
De Alfred Hitchcock conocemos grandes obras maestras como El hombre que sabía demasiado, Rebeca, Sospecha, La soga, Extraños en un tren, Los pájaros, La ventana indiscreta,... pero lo que no sabía es que el maestro del suspense había empezado con películas mudas. Me enteré de este hecho a través de las chicas de Las Inquilinas de Netherfield, cuando en un post reciente nos hablaron de la novela El huésped de Marie Belloc Lowndes, publicada en 1913, bajo el título original The Lodger: A Story of the London Fog. Puedes ver la reseña aquí.
Fue en 1927 cuando el gran Hitch adapta dicha novela al cine. Con las interpretaciones de Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, June, Malcolm Keen, Eve Gray, Reginald Gardiner, el maestro del suspense nos adentra en una trama criminal que recuerda mucho a los asesinatos de Jack el Destripador. De entrada, los hechos suceden en la propia ciudad de Londres, en la que se han cometido siete crímenes. Todos ellos ocurren de noche, en martes, y las víctimas son mujeres jóvenes con el cabello rubio, sobre cuyos cuerpos sin vida deja un triángulo de papel, en cuyo interior puede leerse El vengador. La ciudad está consternada. No se habla de otra cosa en la prensa y la radio. Las mujeres de la ciudad tienen miedo, tanto las que trabajan en los cabarets como las que se ganan la vida haciendo pasarela de moda para las damas más refinadas. Daisy Bunting es una de esas jóvenes que le teme a la noche. Vive con sus padres en una casa, donde se ofrecen habitaciones de alquiler, y mantiene una relación sentimental con Joe, un policía que está locamente enamorado de la joven.
Todo se complica cuando los Bunting acogen a un nuevo inquilino. Se trata de un hombre joven y apuesto, pero serio, y con una mirada siniestra. El caballero se comporta de manera extraña, con ciertas peticiones que resultan insólitas. Al cabo de unos días, y tras el hallazgo de un nuevo cadáver, la señora Bunting empieza a sospechar del joven. Lo ha visto salir del inmueble a horas intempestivas. Máxime cuando su hija y el huésped empiezan a intimar, una relación que exaspera a Joe, que arde en llamas por los celos. ¿Quién es ese hombre? ¿Qué secretos son los que oculta? ¿Quién se esconde detrás de los asesinatos de las mujeres de cabellos dorados?
El enemigo de las rubias, un título bastante incoherente, teniendo en cuenta el original de fácil traducción al castellano, nos presenta una trama llena de suspense e intriga en la que habrá que averiguar la identidad del criminal y los motivos que le llevan a asesinar a mujeres rubias. A priori, ese debería ser el punto de partida. Lo que ocurre es que la atención de la cinta se desvía hacia otros lugares. Para ello, la historia se cimienta sobre las apariencias y los prejuicios, que vendrán acompañados por el amor despechado y los celos. Y llegaremos a un final en el que lo más importante no será tanto averiguar la identidad del pérfido asesino, sino el hecho de hacer justicia con los desvalidos.
Tengo que reconocer que la película, incluso muda, es estupenda. En comparación, he visto largometrajes actuales que me ha parecido aburridísimos, y eso que, hoy día, se tienen a mano un sinfín de recursos técnicos, entre ellos el sonido. El enemigo de las rubias mantiene la intriga hasta el final y consigue mantener la atención del espectador. Al menos, eso es lo que a mí me ha pasado.
Además, como anécdota, leo por ahí que Hitchcock ya hizo su primera y habitual aparición momentánea como un extra más en esta película, sin embargo, yo no he sido capaz de localizarlo. Me han entrado ganas de darle al rewind para buscar su oronda figura pero son 90 minutos de metraje y al final he desistido. Y lo de oronda, también habría que comprobarlo porque cuando rodó esta película, el cineasta tenía tan solo 27 añitos.
Siendo una película muda, recurre a los subtítulos aunque, por suerte, no se abusa de los mismos. Tan solo se muestra texto en momentos muy puntuales. El resto de las escenas se comprenden perfectamente con la ayuda del contexto y la gesticulación facial de los personajes. Esta cuestión, la del lenguaje corporal y la expresión facial es de vital importancia en una película muda. Ojos abiertos como platos, bocas constreñidas y miradas penetrantes son las que dan énfasis a las escenas. Sobre esta cuestión, quiero hacer hincapié en la interpretación de Ivor Novello, que encarna al huésped del que todo el mundo sospecha. Me ha encantando este actor al que no conocía absolutamente de nada. Con un porte de galán de cine del momento, tiene una mirada hipnotizadora que lo dice todo. Es un actor muy expresivo, lo que se agradece muchísimo.
Algún plano cenital, el empleo de los primerísimos planos, las luces y las sombras, y por supuesto, el leit motiv de esta trama (del que mejor no digo nada para no dar pistas) son características de esta película y que volveremos a ver, más perfeccionadas, en las que vengan a posteriori. Sin duda, Hitchcock supo sacarle siempre partido a los recursos con los que contaba. Me ha parecido interesante la manera en la que el cineasta transmite el sonido de un caminar nervioso, a lo largo y ancho de una habitación, empleando un primer plano de los zapatos o recurriendo a un techo semitransparente sobre el que se "escuchan" las pisadas. Y el uso de un flashback para justificar la extraña actitud del inquilino también es digno de mencionar.
Si te gusta el cine, si te gusta Hitchcock, creo que podrías darle una oportunidad a esta película. Sé que, al ser muda, te puede echar un poco para atrás pero, verdaderamente, merece mucho la pena. Solo es cuestión de probar.
La tenéis en Filmin.