Toni Hill es uno de esos autores a los que leo siempre. Sus novelas -y ya van seis-, siempre me proporcionan lo que busco cuando me siento a leer. Le soy fiel, desde aquel verano en el que los juguetes estaban rotos. Lo he acompañado a lo largo de una trilogía, junto a él he conocido a ángeles de hielo y me he internado en un barrio, en el que los tigres son de cristal. Sí, me gustan sus libros. Y me gusta conversar con él. Cada vez que ha publicado nueva novela ha visitado Sevilla, y eso se lo tengo que agradecer enormemente.
Desde que hace unos meses anunció por redes que se avecinaba nueva novela, sé que muchos lectores hemos ido tachando días. Teresa Lanza nació hace apenas unas semanas y ya he visto cómo muchos se han lanzado a la lectura.El oscuro adiós de Teresa Lanza nos lleva de nuevo a Cataluña, aunque la acción podría ocurrir en cualquier otro lugar. En Castellverd, un barrio residencial viven familias acomodadas para las que los inmigrantes trabajan como jardineros, cocineros, personal de servicio,... Teresa Lanza limpia casas. Hondureña de nacimiento, llegó a este país en busca de algo mejor. Sin embargo, solo encontró la muerte.Se habla de suicidio, pero no todo está tan claro. Nadie sabe exactamente qué le ocurrió a Teresa. Ni siquiera la propia Teresa lo sabe que, incluso después de muerta, sigue pululando por Castellverd.
Hablamos con Toni Hill.
Marisa G.- Toni, vaya inicio de novela que te has marcado.
Toni H.- Es muy bestia. El punto de partida de la novela es también el punto de partida en mi cabeza. La novela nace así. Me imaginé a Teresa muerta, que sé que es algo muy morboso, pero fue así como empecé a fabular. Todo lo demás, las familias, las casas, los amigos, se genera a partir de la muerte de Teresa Lanza, de esta chica hondureña, que se suicida o que supuestamente se suicida. Lo dejamos ahí.
La voz de Teresa me parecía tan potente que no la quería acallar. En vida, ya estuvo mucho tiempo callada. Todas las Teresas del mundo siempre están calladas. Así que quise darles voz, incluso después de muerta. También me interesaba conseguir que la gente se preocupara por Teresa aunque ya no esté, aunque esté muerta.
M.G.- Y cómo influye la muerte de Teresa en cada uno de los personajes. Eso también es interesante.
T.H.- Claro, claro. En realidad, la novela plantea una dicotomía en todo momento. Por un lado, los vivos y los muertos. Por otro, los privilegiados y los no privilegiados. Ese es el juego que se plantea en la novela. Para mí, darle voz a Teresa era darle voz a toda esa gente que no aguanta más, que no se siente entendida, que ven cómo este mundo, en el que habían depositado sus esperanzas y sus aspiraciones, no es lo que pretendían.
M.G.- La novela se equilibra sobre dos hilos narrativos. La muerte de Teresa y una trama de corrupción en la que, de algún modo, la joven está implicada.
T.H.- Sí, pero hay mucho más. Todo el mundo de Castellverd tiene su trama. En el fondo, todos los que viven allí, queriendo o sin querer, porque aunque sean ricos no implica que sean malas personas, le piden a Teresa algo más, un escalón más de lo que es razonable pedirle a la chica.
M.G.- Con respecto a la relación que se genera entre los ricos y los pobres, siendo estos últimos inmigrantes, el padre Rodrigo dice a uno de los personajes algo así como, esa gente, refiriéndose a los ricos, nos necesita para no sentirse culpables.
T.H.- Es que es verdad. Pero eso nos pasa a todos. No es necesario que seamos muy ricos para sentir eso. Todos tenemos un familiar mayor al que no podemos dedicar todo el tiempo que esa persona necesita. La vida actual no está pensada ni siquiera para ocuparnos de nosotros mismos. Por lo tanto, te ves obligado a buscar una residencia para ese familiar mayor o buscas algún tipo de ayuda externa. Cuando tienes a alguien cuidando de una persona mayor a la que tú quieres, montas una especie de juego perverso. A esa persona que cuida a nuestro familiar se le dice que se la quiere como si fuera de nuestra sangre, porque en el fondo le estás pidiendo que quiera a tu madre, a tu padre, a tu hermana,... como si fueras tú misma. Sin querer, la estás metiendo en un círculo interno. Y cuando ese familiar mayor se muere, esa chica se queda sin casa. Así que, tan de la familia no será.
M.G.- Claro. Mientras me sirves, eres de la familia.
T.H.- Pero no digo que sea mentira ese sentimiento de acogerla como si fuera de la familia. Es difícil de explicar. Cuando dejas a alguien querido en manos de una desconocida, esperas que le dé la pastilla a su hora, que le dé de comer a su hora pero además, esperas también que la quiera porque tú no tienes el tiempo para quererla. Con lo cual, esperas que la otra persona le coja cariño.
M.G.- Que se involucre.
T.H.- Eso es. Por eso no hablamos de la criada, sino de la chica que cuida a mamá, o la chica que nos ayuda con los niños, o el chico que nos ayuda con el jardín. Es verdad que en la novela lo llevo todo al extremo, pero no hace falta ser muy rico para tener este pensamiento.
M.G.- Yo lo hago y no soy rica. He tenido a personas que han cuidado de mis padres y también he pretendido que los quieran como los quiero yo.
T.H.- ¿Verdad? No solo que le den de comer, sino también que se preocupen por ellos, que sean cariñosos. Eso es lo que tú quieres. Otra cosa es que lo consigas. Pero si lo piensas bien, es algo perverso porque no deja de ser una persona contratada. En tu trabajo, no te piden que quieras a alguien, sino que hagas tu trabajo y punto.
M.G.- Visto así, tienes toda la razón. Y hablando de los escenarios, toda la acción ocurre en una zona residencial, en Castellverd, una zona cercana a Barcelona...
T.H.- E inventada.
M.G.- Inventada, sí. Pero luego está el barrio de Las Torres, en Rubí, que sí existe.
T.H.- Eso es. Bueno lo de Castellverd es inventado pero hay gente que vive como se vive ahí. Iñigo, uno de los personajes, dice que vivir en Castellverd es como vivir en un sitio donde siempre es fin de semana. No quise poner un pueblo concreto y real por no ofender a nadie pero, en realidad, está inspirado en uno que existe de verdad, aunque sin castillo. La gente de Cataluña lo va a ubicar rápidamente. Por las indicaciones que doy, no tiene pérdida. En cualquier caso, los hechos de esta novela podían ocurrir en cualquier otra ciudad.
M.G.- Pues es muy curioso lo que comentas porque a mí me cuesta imaginarme la historia en Barcelona, o en España. Te parecerá una paranoia mía pero me he imaginado el escenario como si estuviera dentro de una bola de cristal.
T.H.- Pero existen sitios así, ¿eh? Son antiguas zonas de veraneo. De esas que hace muchísimos años, uno cogía el coche y se iba a veranear a quince kilómetros de su casa. Pero luego, con los años, y con las mejoras en las comunicaciones por carretera, esa misma gente vende el piso de Barcelona, por el que le dan una pasta, y se mudan definitivamente a la casita de veraneo. Y si tienen que ir a la ciudad, por trabajo u otros motivos, pues cogen el coche o el tren y en un momento están en el centro. Hay un montón de gente que ha hecho eso y se sienten unos privilegiados porque claro, en Barcelona, con tanto turista, tanto ruido,... Ellos viven muy tranquilos en esos pueblos.
M.G.- En esa burbuja, porque es eso.
T.H.- Sí, sí, o dentro de esa bola de cristal como tú decías. Para ellos, su casa es su castillo. Están tranquilos, no hay ruidos, no hay vecinos casi, porque están lejísimos unos de otros.
M.G.- Bueno, la novela es muy coral, Toni. Por centrarnos en algunos personajes, te diré que Teresa me encanta. No quiero desvelar mucho, aunque en la sinopsis se deja caer algo sobre la situación del personaje al inicio de la novela.
T.H.- Puedes contarlo sin problemas. Teresa es un fantasma. Sin embargo, más que una novela de fantasmas, este libro juega con el realismo mágico. Aunque hay que decir que, Teresa irá haciendo sus cositas. Hay unos gatitos por ahí, que los pobres,... (risas). De todos modos, esta es una novela inquietante, pero no juega al terror. Hay mucho de la tradición latinoamericana en esta historia, con muertos que no están muertos, como pasa en Pedro Páramo. Y por otro lado, hay algo de novela norteamericana, con casitas en cuyo interior viven familias felices, pero que luego esconden un montón de cosas.
M.G.- Este elemento sobrenatural lo vimos en Los ángeles de hielo, ¿no?
T.H.- Sí, lo que pasa es que en aquella novela era algo distinto y se podía pensar que todo aquello pertenecía más a la locura de Águeda. En esta novela no hay posibilidad de error. Teresa es un fantasma, al que no ve nadie. Tan solo hay una persona que puede verla.
T.H.- Todo eso lo dijo su padre, que fue quien fundó la editorial. Era un editor de la vieja escuela, que pretendía ser ingenioso y soltar la frase ocurrente. De todos modos, algo de eso sí que hay. Tú, casi seguro que conoces a más autores que yo. Ninguno de ellos te habrá dicho: mira es que esta novela no me ha salido bien. (Risas)
M.G.- Hasta la fecha, ninguno. (Risas)
T.H.- Claro, eso no se dice. En su lugar, se podrá decir que la editorial no confía en uno, o que el público no me entiende. Y luego están aquellos a los que le va bien. Bueno, esto es algo muy exagerado porque también hay gente que escribe de una manera mucho más altruista. Pero cuando te profesionalizas, eludir el ego es muy difícil. Si te pasas horas y horas escribiendo es porque intuyes que alguien lo va a leer. Para que lo lea mi pareja, ya se lo cuento. No lo escribo. Pero hablamos de ego bien entendido. Y algo de ego siempre necesitas.
M.G.- En cualquier profesión.
T.H.- Sí, pero especialmente en aquellas creativas, que dependen de que la gente entienda tu mensaje. Necesitas saber que todas esas horas que estás invirtiendo en escribir, cuando podrías estar haciendo otra cosa, les va a interesar a alguien.
M.G.- ¿Y de Olga qué me dices? Es un personaje que me desconcierta, porque me cuesta mucho llegar a él.
T.H.- Es la más desconcertante. Olga no tiene ningún motivo para no ser feliz y, en cambio, no lo es. Ella no está contenta y tampoco sabe por qué.
M.G.- ¿En Rubí existe un padre Rodrigo, como el que vemos en la novela, que ayuda a los inmigrantes?
T.H.- Creo que existió por lo que me contaron el otro día, que acudí a un club de lectura allí. Yo no soy creyente. Pienso que hay una parte de la Iglesia que es muy criticable, o fácilmente criticable. Hay jerarquías, tejemanejes,... Ahora bien, hay otra parte que es elogiable. Insisto, no soy creyente, pero hacen una labor que sí, que la hacen algunas Ong's, pero la Iglesia, también.
Con respecto a los inmigrantes, estos convierten a la Iglesia en su centro de culto pero también en su centro de reunión. Se encuentran con gente como ellos, que tienen sus mismos problemas, se apoyan y se ayudan. Es una forma de hacerse compañía. De otro modo, se sentirían muy solos.
M.G.- Creo que has dado en el clavo. Hay que reconocer lo que hay que reconocer.
La inmigración es uno de los temas fuertes de la novela. Sin embargo, para mí, es clave todo lo relativo a la falsa amistad, y la hipocresía que se respira en el grupo de las amigas con dinero.
T.H.- Sí, aunque bueno, entre los pobres también hay algo de eso. La hipocresía es muy evidente en Castellverd, pero existe en todos lados. La amistad es un tema apasionante y sobre todo, la femenina. Me parece mucho más interesante que la masculina. Vosotras os contáis muchas más cosas, más íntimas,... Aunque ahora va cambiando, los tíos solemos jugar a un juego distinto. Contamos fracasos y éxitos pero no emociones. Dentro de un grupo de cinco amigas, hay muchos subgrupos. Hay dos hermanas. Dos que son muy amigas. Otra que no es tan amiga como el resto. Con las mujeres, todo es mucho más sutil y dais mucho más juego.
M.G.- En esta novela hay un supuesto suicidio. Todos sabemos que es un tema del que no se habla en los medios. No consigo entender muy bien por qué. No veo tan claro que, no hablar del tema, impida que se produzcan más.
T.H.- Mira, no se habla de eso porque está relacionado con otro tema del que tampoco se habla, la salud mental. No lo digo con desprecio, pero un psicólogo de la Seguridad Social es una antítesis. No por el profesional, sino por el tiempo que puede dedicar al paciente. Al final, se limitan a dar pastillas. Poner en cuestión el suicidio es poner en cuestión nuestro sistema de salud mental y, por tanto, nuestro sistema de Seguridad Social.
M.G.- Por ahí sí lo puedo entender.
T.H.- Claro, de los personajes de la novela, ¿quiénes pueden ir a un psicólogo pagando? Ninguno de los inmigrantes. Ni siquiera, el padre Rodrigo, aunque él no lo necesita.
M.G.- Pero yo sí necesito que me hables de la estructura de la novela. Hay unos capítulos que forman como parte de un libro. ¿Qué es eso?
T.H.- Un libro que se llama Los vivos y los muertos, sí. En realidad, tenía dos narradores, uno Teresa y el otro es ese narrador cercano que va contando la historia desde Lourdes, Xenia,... Pero me di cuenta de que necesitaba a alguien más para contar la historia del pueblo. Me inventé esos capítulos en los cuales hay como un narrador que ha escrito un libro. Al final se sabe quién es. Y empecé a jugar con él porque puede anticipar cosas, puede contar hasta un cierto punto parte de la historia, porque ya lo sabe todo. Él sabe todo lo que ha ocurrido con Teresa y con el resto de los personajes. Es un narrador mega-omnisciente y parece que está escribiendo un True Crime. Esto provoca la impresión de que esa gente realmente existe.
M.G.- Estamos ante una trama pre-pandémica.
T.H.- Total. Acaba el 1 de febrero de 2020, pero eso fue casualidad. Las fechas ya estaban puestas. No quise aprovechar y manipular la historia para hacer referencia a lo que se nos venía encima.
M.G.- Oye Toni, ¿no te han planteado hacer películas de tus libros?
T.H.- Sí, lo que pasa es que nunca hemos llegado a cerrar nada. Ahora hay intereses varios pero claro, es un proceso muy largo y complicado. Todo es tan a largo plazo que mejor ni me lo planteo. Yo no hago caso porque además, cuando vendes, pierdes. A ver, ganas dinero pero a partir de ahí, ellos pueden hacer con tu historia lo que quieran. Siempre digo que lo que yo hago son novelas y si luego se hace una serie, pues encantado de la vida, pero no me atrevo a asegurar nada.
M.G.- Seguiremos leyendo tus novelas entonces. Y disfrutando de ellas. Gracias de nuevo por venir, Toni.
T.H.- Gracias a ti.
Sinopsis: Parece un viernes de invierno cualquiera; uno de tantos. Lourdes Ros, la carismática editora de una prestigiosa editorial, se prepara para recibir a sus mejores amigas, a las que ha invitado a cenar: cuatro mujeres triunfadoras que intentan conjugar su reconocida vida profesional con las preocupaciones derivadas de la edad, la pareja, los hijos o la pérdida del estatus social.
Pero el encuentro no será tan divertido como esperaban ya que sobre ellas empieza a planear el recuerdo de una joven a quien todas conocían, una inmigrante que estuvo trabajando en sus casas y que se suicidó, inesperadamente, un año atrás. Poco a poco, las cinco van intuyendo que la trágica muerte de Teresa podría convertirse en una amenaza que destape sus secretos más ocultos, sus prejuicios y sus flaquezas.
Y, cuando un nuevo crimen sacude sus vidas, ya no podrán negar que detrás de las vallas de sus hermosas propiedades se esconde alguien que es capaz de matar para que la verdad nunca salga a la luz. Para que la muerte de Teresa Lanza continúe siendo un misterio insondable.
La muerte no es siempre el final de una historia; a veces no es más que un nuevo e inquietante principio.