Año: 2020
Nacionalidad: Reino Unido
Director: Florian Zeller
Reparto: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots, Rufus Sewell, Olivia Williams, Mark Gatiss, Evie Wray, Ayesha Dharker
Género: Drama
Sinopsis: Anthony (Anthony Hopkins), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada uno de las cuidadoras que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Está desesperada porque ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad. Anne sufre la paulatina pérdida de su padre a medida que la mente de éste se deteriora, pero también se aferra al derecho a vivir su propia vida.
Ándate con ojo porque esta película te puede hacer pupita en función de tu situación personal. Anda con cuidado porque, si tienes una edad, y tus padres son mayores y están enfermos, puede ser que este largometraje sea para ti como un espejo. Mira lo que haces porque, si andas sensible estos días, esta cinta te puede poner un nudo en la garganta. Pero qué peliculón más maravilloso. Me ha parecido de una absoluta belleza, tan verosímil y tan terrible, tan dulce y tan doloroso.
Cuántas ganas tenía de ver El padre. Creo que fue Norah de En el rincón de una cantina la que me dijo por Instagram que esta película me iba a gustar. Y no es que me haya gustado, es que me ha encantando. Me parece de esos largometrajes que hay que ver más de una vez, o de los que apetece tener una copia porque es una joya. Paso a contaros de qué trata, aunque hoy prefiero ser muy escueta.
El padre narra la difícil situación a la que Anne tiene que enfrentarse cuando su padre empieza a mostrar un evidente deterioro cognitivo. Anthony es un hombre mayor. Cabezota e independiente, vive solo desde que falleció su mujer, pero su mente ya no es tan lúcida como antes. Su hija trata de atenderlo siempre que puede, pero tiene un trabajo y una vida propia, y no siempre puede estar pendiente de él. La solución es buscar a una cuidadora a lo que él se niega en rotundo. Lamentablemente la situación irá a peor y Anne tendrá que tomar la decisión más dolorosa de su vida.
Por hacerlo de manera esquemática, os resumo la situación:
Padre
☑ tiene lagunas mentales
☑ a veces no se acuerda de dónde dejó las cosas
☑ se niega a reconocer que necesita ayuda
☑ no quiere ninguna cuidadora
☑ con todas las que ha tenido se ha peleado; incluso a alguna la ha insultado, aunque él lo niega
☑ las acusa de robar sus objetos personajes
☑ odia que siempre le estén recordando que tiene que tomar sus pastillas
☑ reprocha a su hija que lo abandone y haga su vida
☑ adopta una actitud egoísta, sin valorar lo que hace la hija por él
☑ piensa que todos conspiran contra él
☑ cree que la hija se lo quiere quitar de en medio para quedarse con su piso y con su dinero
Hija
☑ no puede atender al padre como quisiera
☑ se siente desesperada y desbordada por la situación; su padre no quiere o no puede entrar en razón
☑ le invade un sentimiento de culpa
☑ le resulta muy doloroso ver al padre así, tan desvalido, como si fuera un niño
☑ tendrá que plantearse tomar una decisión dolorosa y complicada
☑ el padre le hace vivir situaciones bochornosas ante los demás
☑ su desesperación es tal que a veces se le pasa por la cabeza cometer una locura
☑ la situación delicada del padre también acarrea problemas en la relación conyugal de la hija
☑ psicológicamente agotada
¿Os suena de algo todo esto? Si como dije al principio, vuestros padres son ya mayores y con algún tipo de deterioro, estoy convencida de que os reconoceréis en la situación de la hija. Ya lo comentaba cuando reseñé Las manos de mi madre (puedes leerla aquí), que es muy difícil para los hijos hacer frente al deterioro de los padres. El actual ritmo y estilo de vida imposibilita poder atenderlos. Recuerdo que mi abuela materna vivió con nosotros hasta que falleció, al cuidado de mi madre. Recuerdo también cómo una tía mía se casaba, pero seguía viviendo en el domicilio de mis abuelos paternos, para poder cuidar de ellos al hacerse mayores. Hoy día todo esto es imposible. Salvo que estés en paro y no tengas familia propia, cuidar de los padres es una quimera. Anne lo sabe y por eso tratará de buscar una solución, mientras se hunde pensando que un día su padre dejará de reconocerla.
Más allá de todo esto, la película plantea un enigma. El padre recuerda constantemente a Lucy, su hija menor pero, ¿realmente existe esa persona? Y en tal caso, ¿dónde está? Esta incógnita se mantendrá a lo largo de buena parte del metraje, para dejar constancia de esos recuerdos del pasado que se imponen a los del presente.
El padre tiene dos cuestiones sobresalientes. Por un lado, un guion que nos va a permitir sentir lo mismo que siente Anthony, esa confusión y caos mental que experimenta el personaje. Él confunde pasado y presente, mezcla caras, pliega la línea el tiempo, creyendo que han pasado unos días cuando resulta que han pasado años. El complicado laberinto de su mente le juega malas pasadas. Se siente confuso, enfadado e irritado porque cree que están jugando con él. En esta historia y en su mente, entran y salen personajes, que dicen ser alguien que para Anthony no son. El propio espectador se sentirá un poco aturdido, tratando de encajar los hechos que ocurren. Y es que el guion está muy bien diseñado para crear una atmósfera de descontrol y desasosiego. Tan solo hay un detalle que no cuadra. Anthony toma medicación, posiblemente para frenar ese deterioro, una ingesta medicamentosa que es totalmente incompatible con el consumo de alcohol. Pero el personaje se toma un whisky. Aquí sale mi vena puntillosa porque, de otra cosa no, pero de este tipo de situaciones sé un rato.
Por otro parte, otro punto a favor de la película es la magnífica interpretación de Anthony Hopkins y Olivia Colman, en el papel de padre e hija. Ambos están brillantes. Hopkins demuestra una vez más su capacidad para dar vida a cualquier tipo de personaje. En este caso, anda con la mirada perdida, como si buscara dentro de su mente esa pieza que falla, que no cuadra con la realidad que lo rodea. En cuanto a Colman, se mete tanto en el papel que parece ser realmente la hija de Anthony. Su desesperación ha sido la mía en algún momento.
El padre cuenta con escenas duras y crueles, que te pueden llegar a romper el corazón. De ahí mi advertencia inicial. Es una película que genera debate. ¿Se le puede achacar a la hija lo que hace? Mucho se podría hablar sobre el tema y seguro que nos encontraríamos con opiniones muy dispares. Yo siempre digo que, hablar desde el otro lado es muy fácil. Lo complicado es vivir ciertos momentos en propia piel.
Basada en la novela homónima del propio Florian Zeller -libro que se va convertir en mi próxima compra- me permito ser hoy especialmente breve. Solo me queda recomendárosla.
La tenéis en Netflix
Tráiler: