Quantcast
Channel: Lecturápolis
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2535

CINCO LOBITOS (DRAMA - 2022)

$
0
0

Año: 2022

Nacionalidad: España

Director: Alauda Ruiz de Azúa

Reparto: Laia Costa, Susi Sánchez, Ramón Barea, Mikel Bustamante, José Ramón Soroiz, Amber Williams, Lorena López, Leire Ucha, Elena Sáenz, Asier Valdestilla García, Nerea Arriola, Juana Lor Saras, Justi Larrinaga, Isidoro Fernández

Género: Drama

Sinopsis: Amaia (Laia Costa) acaba de ser madre y se da cuenta de que no sabe muy bien cómo serlo. Al ausentarse su pareja por trabajo unas semanas, decide volver a casa de sus padres, en un bonito pueblo costero del País Vasco, y así compartir la responsabilidad de cuidar a su bebé. Lo que no sabe Amaia es que, aunque ahora sea madre, no dejará de ser hija.

[Fuente: Filmaffinity]


Cinco lobitos. Cinco premios, incluyendo Mejor película y Mejor guion, en el Festival de Cine de Málaga. Candidata a representar a España en los Oscars 2023, junto a Alcarrás y As bestas. Y confío en que le lluevan premios en los Goya del próximo año. Porque Cinco lobitos es fabulosa, magnífica, grande. Os adelanto que no es una película fácil de digerir, pero es tan hermosa, tan bella, tan llena de verdad, que indudablemente merece la pena verla. Os cuento.

Amaia (Laia Costa) es una joven que acaba de dar a luz a su primera hija. Como madre primeriza, la maternidad es un mundo desconocido en el que no sabe cómo moverse. Cuidar de un recién nacido, tan vulnerable ante las agresiones del mundo, le asusta. En los primeros días contará con la ayuda de sus padres, Koldo (Ramón Barea) y Begoña (Susi Sánchez), que se han trasladado a la capital desde el País Vasco para ayudar a su hija. También le echará una mano Javi (Mikel Bustamante), su pareja y padre de la pequeña Ione. Amaia se siente desbordada, exhausta y deprimida. Su madre tratará de ayudar todo lo posible, descargando a Amaia de las tareas domésticas más básicas, organizandotoda la logística que supone la llegada de un bebé. Pero esos primeros días con la pequeña resultan agotadores. Las tomas cada dos horas, los llantos desconsolados de la pequeña, las noches sin dormir y el cansancio comienzan a pasarle factura a la joven. Está irritable, irascible, alterada y más aún cuando los padres, pasados esos días iniciales, deciden regresar al País Vasco. Amaia y Javi se quedan solos al cuidado de la pequeña. La llegada de la niña irá generando más tensión cada día. Son demasiados cambios a la vez, muchas rutinas rotas, noches en vela, ignorancia en el manejo de las situaciones, porque los niños no traen un manual de instrucciones bajo el brazo. El malestar irá in crescendo, mientras Javi trata de capear el temporal emocional de su pareja como puede. Todo empeora cuando a él, diseñador de iluminación para el teatro, le ofrecen un trabajo en otra ciudad. No puede decir que no. La economía de la pareja es precaria y ya se sabe que criar a un hijo resulta muy caro, pero Amaia monta en cólera, explota, se sube por las paredes. Escupirá reproches, dará rienda suelta a su rabia, y dará a entender que tener un hijo no ha sido tan buena idea como pensaban. Aun así, sabemos que el amor que siente por su hija es inconmensurable. Aun así, se quedará sola. 

Esto que os he contado transcurre en los primeros diez minutos de metraje. A partir de ahí, la película narra la gran labor que debe desarrollar Aiama para cuidar de su hija, sola, sin su pareja, adaptándose la una a la otra. La veremos en escenas cotidianas, en los cuidados más primordiales: alimentación, baño, sueño, paseo,... Habrá momentos de paz y tranquilidad, pero tratar de volver al trabajo, con un bebé, se convierte en una dificultad descomunal.¿Qué hacer? Tras un percance que le pone el corazón al borde del infarto, Amaia toma una decisión. Y en ese camino, al margen de las dificultades propias de la crianza de un recién nacido, de la necesaria asimilación de que tu vida ya no es tuya, sino de tu hija, que has dejado de existir para pensar únicamente en ella, en ese complicado trayecto irán surgiendo nuevas complicaciones, nuevas angustias, nuevos miedos y temores, que también tendrá que asimilar e incorporar a su existencia, tratando de mantenerse a flote.

El final no podía ser de otro modo. La vida no siempre es un camino fácil de recorrer, pero no cabe duda de que es un continuo aprendizaje, que te enseña a entender lo que verdaderamente importa, que te muestra lo insustancial que resultan algunas de nuestras preocupaciones, que te quita la venda de los ojos. La vida sigue, aunque tengas que echarte otra piedra más en tu mochila.

Qué me ha gustado de esta película

En primer lugar, su verdad. Creo que, toda mujer que haya sido madre, se verá reflejada en Amaia. Y lo digo yo que no he tenido hijos. Pero es que Cinco lobitos retrata una situación que todos, de un modo u otro, conocemos. O lo hemos vivido directamente, o tenemos a alguien cerca que se ha visto en la misma piel del personaje. Cuando se tiene un hijo, una se convierte en un cero a la izquierda. Y digo «una» porque la película narra el punto de vista femenino. ¿Cómo es para una mujer tener un hijo? ¿Qué lugar ocupa la mujer en la estructura familiar? Que sí, que me podréis decir que, hoy en día, el hombre está al mismo nivel, que colabora en la crianza de los hijos tanto como la mujer, que se involucra y que se implica. Sí, todo eso está muy bien, pero a mí me parece que los hijos siguen siendo de sus madres y que, salvo excepciones, ellas son las que soportan el mayor peso de la crianza.

Así que la maternidad será uno de los temas que aborde la película, el que ocupa el centro de atención. Sin embargo, también explora otras temáticas: las relaciones madres-hijas, las relaciones conyugales de nuestros padres, la importancia de los abuelos en la crianza de los hijos, o lo complicadísimo que se hace ejercer de cuidador, cuando nuestros progenitores se hacen mayores o están enfermos. En todas estas cuestiones se profundiza lo suficiente como para dar una visión general de la vida de Amaia. ¿Quién no se ha peleado con su madre alguna vez, sintiendo que se inmiscuye demasiado en nuestras vidas? Begoña es una mujer que ya ha recorrido un importante trecho de la vida. Ya tiene experiencia como madre. Ya sabe cuándo hay que preocuparse y cuándo no, en relación a los hijos. Lo que ella intenta es ayudar a Amaia, pero a la joven tanta directriz y consejo de su madre le resulta insoportable a ratos. Pero es su madre, y sabe que solo quiere echarle una mano. Es su madre y siempre lo será. ¿Y quién no lo ha pasado mal viendo cómo sus padres discuten y ha tenido que ejercer de intermediario? Cuando una pareja lleva tantos años juntos y se ha vivido de todo, cualquier chispazo puede dar lugar a un aguacero de reproches y, sin embargo, a veces, surge un simple gesto o una mirada que se convierte en un océano de amor. ¿Y quién no ha dejado a sus hijos al cargo de los abuelos, para que los lleven o los recojan del colegio, para que le den el almuerzo? Los abuelos, incluso aquellos que ya son demasiado mayores, sacan fuerzas de donde no las hay para atender a los nietos, y qué poco valoramos la ayuda que nos prestan. ¿Y quién no ha sentido un dolor inmenso al ver cómo la vejez va apagando a nuestros padres? No resulta fácil para un hijo asimilar que un día ellos ya no estarán. Es tremendamente doloroso verlos abatidos por la enfermedad, postrados en una cama de hospital, cuando tan solo hace unos años eran fuertes como robles y parecía que iban a estar con nosotros para siempre.

Pues bien, Amaia discutirá con su madre, verá cómo sus padres se enzarzan en una discusión, y acudirá a los abuelos de su hija cuando ya no pueda más. Y de todos los temas que aborda, a mí me ha dejado hecha polvo esa parte de la narración en la que la joven, no solo tiene que cuidar de su hijo, sino también de sus padres. Si las cosas no eran lo suficientemente complicadas, algo lo dificultará todo aún más. Los papeles se invertirán y Amaia tendrá que ejercer de madre para todos. Qué difícil es el papel de cuidador y qué poco se habla de ese tema.

Y no quiero dejar de lado otro asunto que también se recoge en esta preciosa película. Hay un hilo colateral que viene a demostrarnos que nuestras madres fueron un día y siguen siendo mujeres. Que más allá de olvidarse de sí mismas cuando se casan y tienen hijos, su corazón sigue latiendo y la sangre sigue circulando por sus venas. Lo dejo ahí.

Cinco lobitos me ha hecho llorar amargamente. Los últimos veinte minutos son demoledores, un desgarro en el corazón que, en según qué casos, te reconciliará contigo mismo. Saber que no eres la única que se ha sentido como Amaia genera cierto consuelo. Por eso, al final de esta película, no me quedó un resquemor de amargura, sino que me invadió una tranquilidad densa y pesada. 

Qué no me ha gustado

Por ponerle una minúscula pega, quizá en la parte más intermedia se vuelve algo lenta, pero no importa cuando estás ante la vida misma.

Personajes e interpretaciones

Toda la acción de la película gira alrededor de cinco personajes: Amaia, Javi, Koldo, Beatriz y la pequeña Ione. Amaia es el personaje principal por excelencia. La película trata de mostrar el aluvión de emociones que la invaden.  Es una mujer joven, trabajadora, que solo ha querido formar una familia. Nos adentraremos en su vida justo en el momento en el que ella llega a casa con el bebé en sus manos. No sabremos si vivió un embarazo con ilusión, si la decisión de tener un hijo fue consensuada o ella se ha dejado llevar por influencias externas. Sea como fuere, de los diálogos deduciremos que nada es como ella esperaba. Sin embargo, es lo que hay. Habrá que apechugar.

El nacimiento de su hija supone abandonarlo todo, incluso a ella misma. La veremos sin tiempo para ducharse tranquila, ni para peinarse o vestirse de forma conjuntada. Bastará con recogerse el pelo en un moño de cualquier manera y ponerse lo primero que pille. No importa, si ella es una secundaria en su propia vida.

Yo no sé si Laila Costa tiene hijos o no, pero la ves en esta película, tan irritada y alterada cuando todo se le va de las manos, y a la vez demostrando tanto amor y delicadeza por la pequeña Ione, que da la impresión de que la actriz ha tenido una decena de hijos y posee una gran experiencia. La naturalidad con la que interactúa con el bebé salta de la pantalla. Costa hace un trabajo extraordinario. Sus gestos, su lenguaje corporal, su mirada subraya cada una de las palabras de su texto. Ella será uno de los personajes más potentes de esta película.

El otro será Begoña, la matriarca. Es la que se encarga de dirigir la familia, incluso la de la hija. Es la que sabe lo que hay que hacer en cada momento. Es nuestra madre, la madre de todos nosotros. Begoña hace por su familia todo lo que puede pero siente que, a veces, no la valoran. Por eso ese secreto que Amaia descubre sobre su madre, a los treinta y cinco años. Y por eso a veces los platos vuelan por los aires, en señal de hartazgo e indignación.

Y estamos tan acostumbrados a que las madres estén ahí, a que lo hagan todo, a que nos ayuden incondicionalmente, a que sean las encargadas de mantener la familia a flote, que no lo apreciamos. Pensamos que eso será así para siempre, y para cuando nos demos cuenta de que estamos equivocados, apenas queda tiempo para cambiar las cosas. Y en ese momento, la hija mirará atrás pero también lo hará la madre. Begoña se cuestionará su papel como progenitora y lamentará sus defectos. Su personaje llega a conclusiones que nos hacen estremecer:


«A veces, una es feliz y no lo sabe»


Susi Sánchez está colosal en el papel de Begoña. Madre mía (nunca mejor dicho), qué pedazo de interpretación hace en esta película. La actriz desaparece para dar paso a la madre, a la que trata de arreglar los problemas rápidamente, a la que explota, a la que reprocha y se queja, pero también a la que ha dado tanto amor en su vida. Susi no es Susi sino esa madre que organiza el futuro cuando otros no quieren ni siquiera pensar en ello. Y con qué solvencia se mete en el papel. Sinceramente, solo espero que, tanto a ella como a Laia, le reconozcan su trabajo en este largometraje con una lluvia de premios, porque vaya papelón hacen las dos, qué escenas más intensas viven.

Sobre los hombres, sobre Koldo y Javi, solo se puede decir que son dos buenos apoyos para sus compañeras. Ellos son las parejas de dos mujeres que son pura fuerza. Ramón Barea en el papel de Koldo aporta el lado más amable de la película, el que trata de conciliar, de restar importancia a los graves problemas para evitar preocupaciones mayores, aunque su paciencia también tendrá un límite en algún momento. 

En cuanto a Mikel Bustamante, encarnando a Javi, hace bien el papel de pareja, de padre primerizo, que no sabe muy bien por donde le van a venir los golpes. Su personaje hace encaje de bolillos para adaptarse a los continuos vaivenes emocionales de Amaia. Su interpretación es la que menos me ha motivado pero, como digo, tanto él como Barea, tanto sus personajes como sus interpretaciones, son un buen respaldo. En cualquier caso, son ELLAS las que llevan el peso de la trama.


Cinco lobitos me ha parecido muy real, en sus emociones y en sus acciones. Para mí, es lo que se suele decir un peliculón. Y aunque es dura, no os voy a engañar, y me ha hecho llorar incluso en un segundo visionado, también tiene algún toque de humor y momentos luminosos que no por dolorosos son menos bellos. 

Recomiendo muchísimo ver el primer largometraje de la directora, tan lleno de sensibilidad, y que te dejes llevar, y que llores si tienes que llorar, y que te vacíes por dentro, y que renazcas de nuevo después de verla. Como siempre, dejo el tráiler pero no lo veas si tienes interés en la película.

La tenéis en Orange Tv y también en Amazon Prime (alquiler).



Tráiler:




Viewing all articles
Browse latest Browse all 2535

Trending Articles