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MARÍA REIG: ❝Siempre he sido una enamorada de la Historia❞

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María Reig. Treinta años. Nacida en Barcelona. Primeramente enfocó su carrera profesional al periodismo pero desde muy pequeña le gustó fantasear e inventar historias. Su oportunidad literaria llegó en 2019 cuando, tras tratar de publicar Papel y Tinta a través de Amazon, la editorial Suma de Letras llamó a su puerta. Han pasado tres años desde entonces y María no ha perdido el tiempo. Tras el éxito de aquella historia protagonizada por Elisa Montero, llegaría Una promesa de juventud en 2020, y ahora nos presenta Los mil nombres de la libertad. Tres serán los personajes principales de esta nueva historia -Inés, Modesto y Alonso-, a los que la autora hará correr aventuras y desventuras en una época con grandes cambios socio-políticos.

María Reig estuvo en Sevilla hace unas semanas y tuve oportunidad de conversar con ella. Aquí os dejo nuestro encuentro.

Marisa G.- María, un placer tenerte en Sevilla y conocerte.

María R.-  Igualmente.

M.G.- Como es la primera vez que hablamos, quisiera preguntarte sobre cómo ha sido publicar con una editorial. Sé que, con Papel y Tinta, tu intención fue publicarla en Amazon. De hecho montaste una campaña de crowdfunding que no hizo falta.

M.R.- Exactamente. La manera en la que conseguí llegar a la editorial fue muy bonita. Al principio intenté ir por el cauce tradicional, mandar propuestas editoriales a diferentes sellos, pero no tuve suerte. Fue cuando me planteé la auto-edición y lanzar la novela en Amazon. Tenía muy claro que el lanzamiento tenía que acompañarlo con una campaña de marketing y comunicación. Para eso desarrollé la campaña de crowdfunding. Funcionó muy bien, gracias al boca a boca, y el alcalde de la población donde vivía, Colmenar Viejo, me invitó al ayuntamiento. Allí les conté mi propuesta y me dieron respaldo. Borja, la persona que trabaja en el área de comunicación del ayuntamiento, me comentó que él conocía a gente del sector editorial, a Gonzalo Albert, mi actual editor, quien se puso en contacto conmigo y me pidió el manuscrito para valorarlo. Al final decidieron publicarlo. Así que me dirigí a los mecenas, las personas que habían puesto su dinero para el proyecto, y les propuse devolvérselo. Me dieron una lección de generosidad porque decidieron quedarse conmigo, y con el dinero pude hacer otras cosas a las que no llega la editorial, como crear la página web, las primeras fotografías de autora, y cosas así.

M.G.- Esta es tu tercera novela publicada. Si miramos todas esas novelas vemos que eres una autora de grandes historias, de novelas históricas. ¿Qué te atrae especialmente del género?

M.R.- Siempre he sido una enamorada de la Historia. En mi casa siempre ha estado muy presente y ha sido algo que me han inculcado, tanto en las lecturas como en los viajes. La novela histórica fusiona dos de mis grandes pasiones: la creación de ficción con el contexto histórico, y esa sensación de viajar al pasado. Como lectora y como autora, el hecho de poder decir que estoy en 1921 y poder moverme por las calles de ese Madrid, de manera casi visual, es algo que me encanta.

M.G.- Apasionada de la Historia pero estudiaste Periodismo. 

M.R.- Sí, estudié Periodismo porque me llamaba mucho la atención la profesión y también para poder desarrollar y pulir mi escritura y redacción. Es algo que conseguí con el periodismo. Creo que es una carrera bonita porque te abre muchas puertas. Ves muchas asignaturas diversas y eso me ayudó a interesarme más por la Historia, desde un punto de vista académico. Me cogí todas las asignaturas de Historia que pude, y bueno, ahora mismo estoy estudiando Historia. Era una asignatura pendiente y la estoy haciendo poco a poco.

M.G.- ¿Y dónde encuentras la inspiración para tus novelas?

M.R.- Creo que hay dos fuentes principales. Por un lado, la vida misma: una escena cuando estoy paseando, una situación que haya vivido, un diálogo con alguien conocido o desconocido. Y por otro lado, toda la documentación. Puedo tener ideas perfiladas pero cuando me documento es cuando empiezan a tomar forma. Para mí es importante que los personajes y las situaciones estén aterrizadas en el contexto. Leer sobre el contexto histórico es algo que me va nutriendo para ir construyendo la historia.

M.G.- ¿Y es esa curiosidad la que te lleva a escribir esta novela y a adentrarte en el siglo XIX?

M.R.- Sin duda. Me llama la atención las épocas sobre las que tengo muchísimas preguntas. En este caso, era una época que siempre me había llamado la atención. Me parecía que había muchísimo de donde sacar y todavía tengo mucho que aprender. Al final, mientras más te informas e investigas sobre algo, más cuenta te das de todo lo que tendrías que aprender. 

M.G.- A grandes rasgos, ¿qué van a encontrar los lectores en Los mil nombres de la libertad?

M.R.- Es un viaje a la España de principios del siglo XIX. Nos situamos en el año 1815, que será el punto de partida. Nos encontraremos a tres personajes principales. Por un lado tenemos a Inés de Villalta, hija mediana de una familia de burgueses de Santa Cruz de Tenerife, que decide emprender un viaje a la Península, con el conocimiento de su familia, porque tiene que ayudar en un asunto de gran importancia. Pero cuando llega a la Península empieza a tomar una serie de decisiones que harán que, poco a poco, pierda el control de su destino, que se meta en una serie de aventuras y desventuras que la harán crecer como persona. 

Por otro lado, tenemos a otros dos personajes en Cádiz. Modesto Andújar es un joven jerezano que llega a Cádiz para estudiar Comercio. Su verdadera vocación es la política. Ha estado muy aislado durante la guerra y la ocupación, y muy sobreprotegido. Pero ha escuchado hablar de lo que ha ocurrido en Cádiz durante esos años y cuando llega a la ciudad trata de buscar lo que queda de ese Cádiz de la Constitución.  En su empeño, irá descubriendo qué queda y qué puede hacer para satisfacer su vocación. Y luego está Alonso Guzmán con quien se topará Modesto en las calles gaditanas. Es un hombre que vive entre su casa y la taberna, echado a perder. Su obsesión es casi desaparecer, quiere olvidarse de su pasado, huir de él, pero al final va a recibir un encargo especial porque no puede desaparecer como a él le gustaría, y va a tener que enfrentarse a todos sus fantasmas. 

A partir de estos tres personajes vamos a iniciar un viaje por diferentes ciudades españolas: Cádiz, Sevilla, Madrid, Aranjuez, Salamanca,..

M.G.- Y esas tres vidas conectarán en algún momento, ¿no?

M.R.- Puede ser que sí o puede ser que no. Ese es uno de los misterios que dejo a los lectores (Risas)

M.G.- De acuerdo. En tus anteriores novelas, si no me equivoco, el protagonismo lo tenían principalmente las mujeres -Elisa, en Papel y Tinta; Charlotte y Caroline en Una promesa de juventud-. En esta ocasión, trabajas dos personajes masculinos. No sé si eso te ha supuesto mayor dificultad.

M.R.- Lo cierto es que no. Como autora me ha resultado muy enriquecedor plantearme ese triple protagonismo, cada uno con su peso específico dentro de la trama. A nivel de dificultad ha sido un reto porque no lo había hecho antes. Pero me interesaba tener esos personajes masculinos para, según el contexto y la época, meterme en según qué espacios. 

M.G.- Pero aparecen también muchos personajes reales. De hecho, al final de la novela, incorporas un anexo con todos los que asoman en esta historia. Introducir personajes reales siempre es un riesgo.

M.R.- Intento siempre apoyarme en documentación. Nos movemos dentro del terreno de la ficción pero, aun así, intento no tomarme grandes licencias. Si no tengo información suficiente o muchos datos, procuro no jugármela. En cualquier caso, es muy interesante jugar con estos personajes históricos, cuando se cruzan con los personajes ficticios. En esta novela se cruzarán con personajes de nivel, bastante conocidos, y con gran peso en este momento histórico. Para documentarme me he leído biografías que me han ayudado a reflejar el personaje lo más fielmente posible, sabiendo que, al final, el pasado es algo que se nos escapa. Aunque te documentes muchísimo, reconstruir casi a la perfección es una quimera.


[Dale al play si quieres escuchar nuestra conversación]


M.G.- El título de la novela ya nos da alguna pista sobre la temática. Hablas de 1815, de Cádiz, la cuna de la Constitución, de un periodo convulso, de muchos cambios. Cuéntanos cómo era ese contexto, esos años en los que transcurre la historia.

M.R.- El arranque de la novela es un punto en el que se inicia el sexenio absolutista, que parte de la vuelta de Fernando VII en 1814, con el fin de la Guerra de la Independencia y, por tanto, con el fin de la ocupación francesa. Fernando VII lo que hace es borrar todo lo que ha ocurrido durante los años que él no ha estado en España. Quiere que todo vuelva a como estaba en 1808. No acepta reconocer la Constitución y persigue a los diputados liberales. Es un momento de levantamiento, de conspiraciones, de sociedades secretas. Poco a poco, en la sombra se va gestando esa oposición al absolutismo, a ese poder sin límites del monarca, y se va planteando lo que luego va a cristalizar en el trienio liberal de forma muy breve y no exitosa, aunque posteriormente sí, con la muerte de Fernando VII. Es un momento muy convulso de infidelidades, de conjuras, de muchos personajes diversos en la Corte, de persecuciones y de un mercado de opiniones como no se había producido antes.

M.G.- Es una novela histórica pero, ¿el lector encontrará amor entre estas páginas?

M.R.- Sin duda. Hay trama romántica. Me gusta jugar con diferentes ingredientes. Los mil nombres de la libertad tiene esa parte de trama romántica, tiene intriga, aventuras, venganza y la amistad, que trato que esté muy presente. Son los ingredientes de la vida misma. 

M.G.- Hablas de 1815 pero ¿hasta qué fecha llega esta historia?

M.R.- La fecha límite es 1823.

M.G.- Muchos años para manejar todo lo que ocurrió en aquella época.

M.R.- Sí, además, cuando abordo la documentación no me circunscribo a esos años. Sobre todo porque primero hago un tanteo de la época en general, adelantándome y atrasándome en la década en la que me quiero centrar. Así tengo perspectiva y puedo saber en qué mundo me moveré.

M.G.- En cuanto a la documentación, has hablado de biografías para retratar a los personajes reales pero, ¿qué otras fuentes has consultado?

M.R.- Principalmente, manuales sobre el siglo XIX, libros genéricos como Breve Historia de la Moda y el Traje de James Laver, memorias de personajes, crónicas de la época, mapas del Instituto Geográfico Nacional o la Biblioteca Virtual de Defensa. En algún momento he podido ver cabeceras de periódicos en la hemeroteca. Y también he podido consultar algún documento de la Biblioteca Nacional o del Archivo General de Palacio, como papeles reservados de Fernando VII, los inventarios del Palacio de Aranjuez, o los expedientes de los viajes de la familia real. 

M.G.- Al visitar tu página web, y ver los vídeos que cuelgas, observo que eres una persona muy detallista, que cuidas mucho los pormenores. ¿Ese gusto por el detalle lo vuelcas también en tus novelas a la hora de crear la ambientación?

M.R.- Sí, pero intento no pasarme aunque hay lectores a los que les encanta la profusión de detalles. Es cierto que la novela histórica pide detalles. Necesitas zambullirte en la época y procuro contar muchas cosas pero sin concentrar todo en el mismo aspecto o en el mismo momento. Pero sí me gusta aludir, por ejemplo, a un tipo de tejido, o a un atuendo, para que también el lector haga un viaje multisensorial.

M.G.- Los personajes se mueven por distintos escenarios. Eso te habrá obligado a hacer un retrato de las ciudades en aquellos años. ¿Cómo has hecho para recrearlas?

M.R.- Ha sido un compendio de fuentes. No solo están los mapas sino que también he recurrido a estampas o grabados de esas ciudades, en ese momento histórico. Me han ayudado las mismas crónicas, como te decía, que he podido consultar en las hemerotecas. Todo esto me ha permitido descubrir establecimientos, calles, edificios, todo lo que es la estética de la ciudad. He intentado que el lector se sienta en cada una de estas ciudades.

M.G.- Abrimos el libro y en el prefacio encontramos unos versos que se retoman al final de la obra. ¿Qué significado tiene este poema en la novela?

M.R.- Está muy vinculado con el título. Hace una reflexión sobre la palabra libertad, un término que ha sido muy debatido y sigue siendo muy debatido, hasta el punto de que, a veces, pierde su significado real. Esos versos aluden de forma poética a esa reflexión.

M.G.- ¿Con qué te gustaría que el lector se quedara tras leer tus novelas?

M.R.- Uno de mis sueños o alicientes es generar interés, que el lector se interese por la época en la que desarrollo la historia y que también coja cariño a algún personaje. Ojalá disfruten de estos viajes.

M.G.- María, se me ocurre ahora preguntarte si alguno de los personajes de las tres novelas podría tener una segunda vida.

M.R.- No es algo que tenga sobre la mesa pero nunca se puede decir no. Si lo pienso sobre la marcha, se me ocurre que eso podría pasar con algún personaje secundario al que le haya cogido cariño. Eso sería lo más factible. 

M.G.- Sería un reto.

M.R.- Sí, lo sería. Absolutamente.

M.G.- Y has abordado los inicios del siglo XX, el periodo de la II Guerra Mundial, ahora nos haces viajar al siglo XIX. ¿Alguna vez te planteas escribir algo de nuestra actualidad?

M.R.- A corto plazo, no. Me gusta mucho la Historia y es un ingrediente fundamental a la hora de crear. Además hay muchas épocas que me gustaría descubrir todavía. La actualidad la vivo y la disfruto de otra manera. 

M.G.- Muy bien. Pues, un placer conversar contigo, María.

M.R.- Muchas gracias a ti.

Sinopsis:  Año 1815. Un momento histórico convulso. Una mujer dispuesta a salvar a su familia.

¿Cuál es el verdadero nombre de la libertad?

1815. La familia De Villalta, burgueses acomodados de Santa Cruz de Tenerife, recibe una carta preocupante y misteriosa en medio de la noche. Tiene que ver con los tristes eventos que han asolado a la familia en los últimos tiempos. Inés, la hija mediana, emprenderá un viaje a la península con la única intención de salvar a su familia.

Modesto Andújar llega a Cádiz desde el cortijo de Jerez de la Frontera para estudiar Comercio, aunque su vocación es la política. En su búsqueda de lo que queda del Cádiz de las Cortes, cuna de la Constitución de 1812, se topará con Alonso Guzmán, un tipo de vida pendenciera que busca huir de su pasado. Pero lo que una vez fue irá a su encuentro, en forma de un encargo muy especial.

Después del éxito de Papel y tinta y Una promesa de Juventud, María Reig vuelve a hacer alarde de rigor histórico y de una documentación profusa para construir tres vidas marcadas por las consecuencias de la guerra de la Independencia y el nacimiento del estado liberal.

Un viaje trepidante por la España de principios del XIX —Madrid, Cádiz, Salamanca, Sevilla, Aranjuez, Asturias- en un momento crítico de unión y división. Intrigas palaciegas, logias masónicas, sociedades liberales, amor, amistad, venganza y aventura se dan cita en una novela prodigiosa.


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