Nacionalidad: España
Director: Alberto Rodríguez
Reparto: Miguel Herrán, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Fernando Tejero, Xavi Sáez, Catalina Sopelana, Polo Camino, Alfonso Lara, Javier Lago, Iñigo Aranburu,
Género: Drama
Sinopsis: Cárcel Modelo. Barcelona, 1977. Manuel (Miguel Herrán), un joven contable, encarcelado y pendiente de juicio por cometer un desfalco, se enfrenta a una posible pena de entre 10 y 20 años, un castigo desproporcionado para la cuantía de su delito. Pronto, junto a su compañero de celda, Pino (Javier Gutiérrez), se une a un grupo de presos comunes que se está organizando para exigir una amnistía. Se inicia una guerra por la libertad que hará tambalearse al sistema penitenciario español. Si las cosas están cambiando fuera, dentro también tendrán que hacerlo.
Modelo 77 la he visto dos veces. La primera, me quedé traspuesta, cuando tan solo quedaban 20 minutos de metraje. Al margen de perderme unas cuantas escenas importantes, no salí muy contenta del cine. A ver, debo aclarar que aquel día no era el más apropiado para meterme en una sala oscura y silenciosa, y menos para ver una película de dos horas de duración. Me dormía de pie y aguanté demasiado. Así que, he vuelto a verla una vez que llegó a plataforma. Mi impresión ha cambiado radicalmente, aunque sigo diciendo que últimamente se están haciendo películas un pelín largas. Pero entremos en la cuestión.
Modelo 77 narra la historia de una fuga. ¿Real? Bueno, Alberto Rodríguez se basa en los hechos ocurridos el 2 de junio de 1978, cuando 45 presos de la cárcel Modelo de Barcelona, consiguen huir del centro penitenciario, vía cloacas. Aquel suceso es el que ha inspirado al cineasta para hacer esta película pero entiendo, por lo que he leído, que luego ha dejado volar su imaginación. De hecho, si lees algún artículo sobre el suceso advertirás ciertas diferencias en cuanto al proceso de fuga. Pero es igual.
La acción se inicia en febrero de 1976. Hace tres meses que Franco ha fallecido y ya se huele un cambio en la política del país. A la cárcel Modelo llega Manuel, un joven trajeado al que se le acusa de sustraer la cantidad de un millón de pesetas de su lugar de trabajo pero, en realidad, el joven asegura que solo cogió cincuenta mil (el adelanto de una nómina), en complot con el hijo del dueño de la empresa. Parece que ha sido víctima de una encerrona. No se entrará en detalle en esta cuestión. Manuel tendrá que esperar a su juicio pero, es probable que le caigan seis años de prisión.
Desde el primer momento, no entra con buen pie en la cárcel y uno de los boqueras (funcionario) le hace la cruz. Será recluido en aislamiento durante quince días. Las condiciones en las que es encarcelado son infrahumanas. Frío, bichos, comida que huele mal y sabe peor, y sin posibilidad de asearse. Desde el principio Manuel protestará y exigirá que se respeten sus derechos y no sea tratado como un animal. Será un preso marcado y señalado desde que pone un pie en la cárcel, un recluso conflictivo para el personal laboral del centro. Sus exigencias provocarán un trato más descarnado por parte de los funcionarios.
Poco a poco, se irá adaptando a la vida en la cárcel. Compartirá celda con Pino (Javier Gutiérrez), un preso veterano con larga condena por delante (y por detrás), al que nadie le tose. Pinto es dueño de sus dominios, cuida sus objetos y trata de mantener una vida tranquila dentro de la cárcel. Sus trapicheos le permiten tener acceso a algunos privilegios pero, en general, mantiene una actitud tranquila. En la misma celda duerme Negro (Jesús Carroza), un joven más dicharachero, un soñador que cree que, tras la muerte de Franco, todo irá a mejor. Manuel hará buenas migas con ambos, mientras intenta salvar el pellejo de los conflictos, golpes y peleas que vendrán de diversos flancos.
Pero la actitud de Manuel llamará inmediatamente la atención de otro grupo de presos que luchan por cambiar las cosas dentro de la cárcel. Así nace COPEL, la Coordinadora de Presos en Lucha, que estarán respaldados por abogados altruistas que tratarán de aligerar juicios y reducir penas, mientras esa democracia en la que tenían tantas esperanzas, no termina de dar los frutos esperados. No, al menos, en el mundo carcelario. Entre las paredes de la Modelo sigue imperando la dictadura. La violencia, el maltrato, los supuestos traslados, las muertes ocurridas en extrañas circunstancias se irán sucediendo, y todo ello dará lugar a un ambiente cada vez más caldeado. Los presos están dispuesto a todo, incluso aquellos que abogaban por una convivencia tranquila; incluso aquellos que son considerados los más peligrosos y a los que todo el mundo da la espalda. La unión entre presos será férrea.
Modelo 77 irá desgranando los sucesos mientras el tiempo pasa hasta el desenlace final que da pie a esa fuga que tuvo lugar en el año 78. Tras alcanzar la calle, ¿qué futuro les depara? Ah, eso queda para la imaginación del espectador.
Qué me ha gustado de la película
En primer lugar, la película me descubre un acontecimiento que ocurrió en este país cuando yo era una «micurria». Por cierto, ¿os he contado alguna vez que, hasta los ocho años, yo viví frente a una cárcel? Recuerdo unas movidas impresionantes, con los presos metiéndole fuego a los colchones, y accediendo a los tejados del edificio. Tuve una infancia muy divertida. Y ahora que lo pienso, y teniendo en cuenta que lo de COPEL y la lucha de los presos llegó a todas las cárceles españolas, lo mismo fui testigo de una revuelta similar que la que se vivió en la Modelo. Lo que para mí fue algo aislado en la cárcel de Ranilla, quizá fuera una acción colectiva a nivel nacional. Estoy hablando del año 77, así que, bien podría ser. Pero, volviendo a la película, la trama me ha empujado a buscar más información sobre aquella fuga y he encontrado un documental estupendo, que se emitió en TVE en 2016, titulado La fuga de los 45. Lo dejo aquí por si os interesa. A mí me gustó mucho y me parece un complemento perfecto para esta película.
Por otra parte, nunca está de más asomarse a la política de tu país en un determinado periodo. La muerte de Franco parecía que iba a abrir las puertas a lo grande y de un día para otro, pero todo requirió su tiempo. Había que anular leyes de la dictadura y sustituirlas por otras democráticas y, aunque en el tema carcelario había cierto consenso, Modelo 77 nos muestra que la modificación de la legislación penitenciaria no salió adelante como se esperaba. A los presos les tocaba esperar mucho más que al resto de la población civil.
La época está muy bien recreada. Se cuidan mucho los detalles de vestuario, peluquería, y todo lo que ayude a trasladarnos a aquella época. Hay un personaje a través del cual iremos viendo cómo era la vida en aquellos años, por medio de una serie de recortes de prensa que nos muestras los avances en distintas esferas.
Modelo 77 no te aburrirá sino que hay tanta acción y la tensión es tan palpable, que te mantendrá en vilo (olvidemos que yo me dormí la primera vez que la vi).
Qué no me ha gustado de la película
Únicamente la duración de la misma. Ya digo que tiene mucha acción y ocurren muchas cosas, pero a mí me parece que dos horas sentada en la sala de un cine, para mí (ojo, para mí) es mucho tiempo. En tu casa, ya es otra historia.
Y luego hay algo que no entendí bien. Uno de los reclusos es médico de profesión. De vez en cuando, él se encarga de atender a los presos que tienen heridas o cualquier problema médico. Lo curioso es que este personaje cuenta con un arsenal de medicamentos e instrumentación que no sé hasta qué punto podía tener en su celda. A mí me resultó extraño.
Reparto e interpretación
En una cárcel, hay mucho recluso y, tratándose de una película, hay mucho personaje, pero Pino y Manuel serán los dos grandes protagonistas. Sin embargo, también resaltarán otros tantos, entre ellos el Marbella, un preso muy chungo de la sexta planta (por lo que se ve, en la sexta está lo peor del género carcelario) e interpretado por Fernando Tejero.
Pino es un hombre curtido en el mundo de la cárcel. Conoce bien el terreno en el que se mueve y no espera gran cosa de los cambios que se avecinan. Aunque inicialmente lo veremos más como un lobo solitario, que no necesita ayuda, será uno de esos personajes que irá evolucionando poco a poco. La resignación y la desgana se irán transformando en un deseo de libertad, como hasta ahora no había experimentado. Conoce bien las entrañas del edificio en el que lleva desde hace tantos años y eso será una gran ventaja a la hora de orquestar la fuga. Interpretado por Javier Gutiérrez, me ha gustado mucho su trabajo en esta peli, en el que lo he visto algo más lejos de los papeles que suele hacer. El actor aporta a su personaje matices y registros que no le he visto hasta ahora. Debo decir que, metido en el papel, se ríe de una forma peculiar que me ponía nerviosa, pero eso va en la interpretación. Si ves alguna fotografía de su personaje podrás preguntarte por qué le han colocado esas gafas de culo de botella, y esa profusa barba. Espérate a las fotografías que acompañan los créditos finales y lo entenderás
Manuel es un joven con sangre nueva. Es hijo de otra generación, aunque ha nacido en dictadura. Su juventud, y la idea de que tiene un futuro por delante que puede quedar marcado y truncado para siempre, lo animarán a unirse a la lucha. Manuel oculta sus verdaderos orígenes y creerá estar por encima de los demás pero la cárcel pone a todo el mundo en su sitio. Al final, se sentirá uno más. Y si Gutiérrez está correcto, Manuel Herrán no se queda en absoluto atrás, más bien diría que casi le hace sombra a otros nombres más consagrados. Este chico va dando pasos agigantados. Cada vez me gusta más en todo lo que se mete.
Jesús Carroza encaja en su personaje. Fernando Tejero también está extraordinario en su papel.
En definitiva, Modelo 77 hay que verla. Desconozco si sigue en sala en algunas ciudades (siempre es mejor ver las pelis en pantalla grande) pero como ya la tenéis en alguna plataforma, no os la podéis perder. La segunda vez que la he visto la he disfrutado un montón, al margen de que, me fui fijando en más detalles.
Nota 1: Ah, lo que no se cuenta en la película es que los presos que se fugaron volvieron a ser apresados a lo largo de los años.
Nota 2: Ya sabéis los Goya que se ha llevado esta peli, ¿no? Aquí.
La tenéis en Movistar+
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