Año: 2023
Nacionalidad: España
Director: Gerardo Herrero
Reparto: Alexandra Jiménez, Fele Martínez, Malena Alterio, Juan Carlos Vellido, Antonio Pagudo, Eva Ugarte
Género: Drama
Sinopsis: Tres parejas acuden a una inusual sesión de terapia en grupo. La psicóloga les ha dejado unos sobres con consignas que las parejas tendrán que abordar y analizar entre todos. Le mecánica propuesta alienta a que todos opinen, discutan y finalmente se acaben mostrando tal y como son. Con el humor como herramienta principal, el encuentro se complicará hasta límites insospechados.
[Fuente: Filmaffinity]
La semana pasada comentaba que debe ser que entiendo poco de cine. Hoy, me reafirmo. ¡Que no, que no, y que no! Que no tengo ni la más remota idea. Conclusión definitiva a la que llego tras ver Bajo terapia, una película que pasó la criba de Los Goya con una única nominación, a Mejor Actor de Reparto para Juan Carlos Vellido.¿En serio? ¿Una única nominación? No sé qué pensar. Creo que esto de Los Goya está perdiendo fuelle o será que los premios y yo empezamos a no llevarnos bien. No soy capaz de entender las votaciones, las nominaciones y los premios. Y es que Bajo terapia es casi de las mejores películas que he visto en los últimos meses. Me faltan unas cuantas que tienen muy buena crítica como Cerrar los ojos, Un amor, Saben aquell (esta la tengo a medio ver; ya os diré), Upon Entry o Creatura. Pero a mí, Bajo terapiame ha dejado muy noqueada y me parece muy meritoria por varias cuestiones que paso a explicaros. De entrada, os cuento un poco su argumento.
Seis personas han sido convocadas a una reunión en un espacio diáfano y multifuncional. Son tres parejas. Las que conforman Laura y Daniel; Roberto y Marta; y Esteban y Carla. Las tres parejas a acuden a la consulta de Antonia, la psicóloga con la que hacen terapia. Sin embargo, en esta ocasión, Antonia les propone una metodología distinta. Al llegar a la consulta no encuentran a nadie. Antonia no está. Tampoco hay personal de administración. Nadie. Inicialmente, esto descoloca un poco a todos. No entienden qué hacen allí y por qué los han convocado a una sesión conjunta. Sin embargo, sobre una de las mesas encuentran unas instrucciones y unos sobres. En las instrucciones, leen que Antonia les propone ser ellos mismos los que dirijan la sesión. Tendrán que ir abriendo cada uno de los sobres por orden numérico (hay ocho en total) y atenerse a las indicaciones que figuran dentro de cada uno de ellos.
Y así empieza todo. A medida que van abriendo los sobres tendrán que ir hablando de diversos temas y de los problemas que tienen cada pareja. La idea es que expongan las dificultades y obstáculos que encuentran en su relación, que cada uno le diga al otro lo que piensa, y que el resto opine, pregunte, manifieste su parecer. De este modo, los afectados tendrán otros puntos de vista y quizá así podrán arreglar los desajustes de su relación de pareja.
Así que irán abriendo sobres, uno tras otro. Entre la apertura de un sobre y otro tendrán que tocar una corneta. Habrá momentos más relajados y otros más tensos. Los hechos se irán sucediendo, desvelando secretos que verán ahora la luz por primera vez, hasta llegar a un desenlace totalmente inesperado y sorpresivo. Algo que te deja en estado de shock, que le da un vuelco total a la trama. A mí me dejó muy impactada. Sin habla, vamos.
Qué me ha gustado de la película
De Bajo terapia voy a destacar unas cuantas cuestiones sobresalientes. En primer lugar, me centro en la trama. No quiero contar muchos detalles pero sí os diré que la propuesta de la terapia de pareja esconde detrás un tema de fondo que es de máxima actualidad. Son de esas cuestiones de las que es necesario hablar una y otra vez, exponer casos, hacer visible ciertas situaciones, para concienciar a la sociedad. Viendo la película me he hecho muchas preguntas. ¿Qué pensará un hombre que está en esta misma situación al ver la película? ¿Qué pensará una mujer? A veces necesitamos vernos reflejados en otros para darnos cuenta de lo que estamos viviendo, para reaccionar por fin. Y orbitando alrededor de ese tema principal, otros tantos de igual calado, como el machismo, la manipulación, el bullying, la ludopatía, los celos, el alcohol,... Lo mejor de cada casa.
En segundo lugar, y para potenciar la trama, las interactuaciones entre unos y otros son muy buenas. Los diálogos entre los personajes son reales, coherentes y lógicos, dentro del papel que desempeña cada uno. Eso le da como solvencia a la película. Te crees perfectamente que lo que estás viendo, sientes que lo que se dicen los personajes, o bien lo has vivido en primera persona o lo has escuchado en tu entorno más cercano.
Como tercer punto, destaco a los personajes, pero de eso os hablo más abajo. Lo que está claro es que no hace falta un gran elenco de personajes para montar una película tan llena de realidad como esta. Como tampoco resulta necesario un rosario de localizaciones. En Bajo terapia todo transcurre en un mismo espacio, en ese lugar diáfano, en el que los personajes se mueven con soltura. Luego os explico por qué no hay más escenarios. Por cierto, sobre las paredes veremos sobreimpreso el letrero La fábrica de gomas (curioso si haces una búsqueda en Internet).
Además añado que la tensión emocional se puede masticar y está muy presente a lo largo de todo el metraje, llegando a un punto más álgido cuando restan siete minutos para el final. Y no es que antes de ese momento el espectador no se sienta interesado por lo que ocurre, es que en esos últimos instantes todo salta por los aires.
La película está llena de señales a las que hay que estar atentos. Hay que escuchar los diálogos, fijándonos en la entrelínea. No es importante sólo lo que dicen sino cómo lo dicen. Los personajes se miran en silencio, pequeños cruces de miradas que, en un primer visionado, se te van a escapar.Bajo terapia la he visto dos veces. La segunda vez me sirvió para fijarme en esos detalles que os menciono y el efecto final fue el mismo. Igual de angustioso, igual de tenso, igual de agobiante. Se me colocó un nudo en la garganta. Ese final es apoteósico. Lo mismo te preguntas si este tipo de situaciones se pueden llegar a dar, si las cosas funcionan así realmente. Yo no lo sé. A mí, sinceramente, como que me parece raro pero, ¿sabéis que os digo? Que me da igual. A mí ese desenlace me dejó tan impresionada que no he dejado de darle vueltas desde entonces. El efecto que ha producido en mí es tan intenso que no me voy a molestar en buscarle tres pies al gato.
Qué no me ha convencido
Antes os he comentado que Antonia pide a sus pacientes que, entre sobre y sobre, toquen una corneta. ¿Por qué tienen que tocar algo? Era algo que no entendía.¿Por qué tienen que tocar precisamente una corneta y no otro instrumento? Tampoco lo sabía. Ahora, más o menos le encuentro una explicación que os puntualizo más abajo. Quizá se trate de ¿un elemento que rebaja la tensión y aporta un toque cómico? Podría ser. En cualquier caso, si te falta información, probablemente este punto te descoloque.
Y otra cuestión que no me ha gustado tiene que ver con los arquetipos. A ver, entiendo que para un argumento como este, en el que se coloca sobre la mesa los temas que se tocan, hay que tirar de clichés. Es decir, ellos y ellas se alinean, cada uno en su bando. Ellos son toscos, machistas, no tienen sensibilidad, son irresponsables e inmaduros. Ellas son más cabales, son capaces de ponerse en la piel del otro, son más sutiles y más responsables. Etiquetas, al fin y al cabo. Me aburren los estereotipos y la cansina lucha de sexos, pero no puedo obviar que es algo con lo que convivimos. Todavía.
Personajes
Sólo son seis los personajes que intervienen en esta película.
* Daniel (Fele Martínez): cuarenta y seis años, y contable de profesión. Es un tipo susceptible, desconfiado e irascible. Todo le parece raro y se cabrea con cualquier cosa. Tiene poca paciencia y quizá no se toma en serio su papel de padre.
* Laura (Alexandra Jiménez): no piensa decir su edad y es abogada. Laura es una mujer de su tiempo. Independiente económicamente, tiene un trabajo que le gusta y al que dedica muchas horas. Aprovecha cualquier ocasión para sacar su lado más sarcástico y atacar a Daniel. Él no se queda atrás.
Daniel y Laura se conocieron en el instituto y llevan toda la vida juntos. Ellos representan a ese matrimonio instalado en la rutina y que ha perdido la chispa. Se soportan, aunque entre ellos no hay más que reproches y desgana. Ambos se disparan dardos envenenados constantemente. La pareja tiene dos hijos y acuden a Antonia, a raíz de un problema con el hijo mayor.
* Roberto (Juan Carlos Vellido): cuarenta y ocho años y ejerce de comercial. Es un hombre con ideas muy conservadoras. Es lo que ha mamado desde pequeño, al criarse dentro de una familia muy tradicional con un sistema educativo muy cuestionable hoy día. Podría añadir más sobre este personaje pero es mucho mejor que lo descubráis vosotros.
* Marta (Malena Alterio): cuarenta y tres años. Trabajaba en una guardería de profesora pero ahora está de baja. Desde entonces se ocupa del marido, que viaja constantemente, y de su hijo. Marta es una mujer sensible y entregada a su familia. Parece que le falta vida, experiencia, aire... Me ha gustado mucho este personaje al que iremos viendo evolucionar.
La pareja se conoce desde la adolescencia. Él siempre mostró interés en ella, incluso desde pequeño, pero ella no daba su brazo a torcer. Llevan juntos nueve años y tienen un hijo de ocho años (Robertito), un niño muy bueno, muy apegado a su madre, que no les da ningún tipo de problemas. Marta fue la que empezó a ir a terapia sin que Roberto lo supiera. Estaba pasando por una mala racha, y tuvo un momento de debilidad. Fue entonces cuando Antonia le pidió a Roberto que se uniera a la terapia.
* Esteban (Antonio Pagudo): cuarenta y un años. Es personal shopper. Se tuvo que reinventar después de tener que cerrar su agencia de viajes. Es un tipo bromista que hace chistes por todo. Algo que incomoda bastante al resto del grupo, a excepción de su pareja Carla.
* Carla (Eva Ugarte): treinta y seis años, y arquitecta de profesión. Es la más joven del grupo y en cierto modo, eso influye. Es una joven insegura e indecisa. Un personaje que parece todo luz pero que también tiene un rincón oscuro en su interior.
Son una pareja joven, que viven su amor con pasión. Tienen otra mentalidad, mucho más abierta. Para ellos el sexo es diversión, juegan, hablan abiertamente sobre el tema, experimentan,... No tienen problemas de ningún tipo. La pareja se conoció en la agencia de viajes que Esteban regentaba. Carla quería hacer un viaje con Alejandro, su anterior novio, para recomponer la relación, pero aquello no tenía salvación. Tiempo después, Esteban y Carla empezaron a salir juntos. Ya llevan tres años y se llevan realmente bien. Él quiere dar un paso para afianzar la relación. Le ha propuesto a Carla vivir juntos. Ella anda con reticencias. Acuden a terapia para limar asperezas, pero conforman una pareja bien avenida.
En cuanto al trabajo interpretativo que hacen los seis me parece que, como mínimo, muy correcto. Están todos estupendos y parece que toda su vida han sido tal y como los vemos en la pantalla. Hay mucha complicidad, están muy conectados, saben desenvolverse bien, dar las réplicas con credibilidad. Pero en algunos casos, y hablo de Fele Martínez, de Alexandra Jiménez, y de Juan Carlos Vellido, sus interpretaciones alcanzan un nivel superior. De hecho, ya he comentado que la única nominación de esta película recaía en favor de este último actor, que no se lo llevó lamentablemente. El Goya se lo arrebató José Coronado por Cerrar los ojos. Pero, ¿no pienso lo mismo de Malena Alterio? Al revés. A ella la coloco en un escalón superior al resto de sus compañeros. Sigo sin comprender por qué le dieron a esta actriz el Goya a la Mejor Interpretación Femenina por Que nadie duerma, un trabajo que ahora, tras ver Bajo terapia, me parece de lo más insulso. En esta película, Alterio está sublime. Le toca una parte dura. La ves en tensión constante, incluso cuando la cosa no va con ella. Su personaje gira y gira, montado en una noria, y pasará por diversos estados emocionales, consiguiendo convencer tanto en la risa como en la congoja.
Voy cerrando. Bajo terapia está inspirado en la obra homónima del dramaturgo y actor argentino Matías del Federico. De ahí que sean tan pocos personajes. Y de ahí también que el escenario sea uno solo. La película tiene una estructura teatral. Busco más información sobre la obra original y llego a la página del autor. Hago clic en la información sobre Bajo terapia y leo comedia. ¿Comedia? Resulta que el texto original está escrito en clave de humor pero Gerardo Herrero, el director del largometraje, le ha dado otro enfoque. Muchos espectadores hablan de humor al ver la película pero yo no me he reído ni en una sola secuencia. Ni siquiera en las iniciales. Obviamente, en los últimos minutos que he mencionado antes, la cosa no es para reírse. En ese momento, el largometraje se transforma casi en género de terror, pero no porque aparezcan fantasmas, sino porque lo que vas a ver y sentir te va a dar pavor.
Insisto, me ha encantado esta película. Creo que Bajo terapia ha pasado demasiado desapercibida por cartelera y merece mucha más atención de la que se le ha dado.
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