Título completo: La casa y el cerebro.
Un relato victoriano de fantasmas.
Editorial: Impedimenta.
Fecha publicación: , 2013
Precio. 14,95 €
Nº Páginas: 108
Género: Literatura sobrenatural.
Edición: Rústica con solapas.
ISBN:978-84-15979-02-9
ISBN:978-84-15979-02-9
Autor
Edward Bulwer-Lytton fue un político, poeta y crítico británico, además de un novelista prolífico. Nació en Londres en 1803, en el seno de una prominente familia. Niño delicado y neurótico, pero muy precoz, a los 15 años había publicado un libro, aunque de escasa calidad: Ishmael and the other Poems. Estudió en el Trinity College, en Cambridge y frecuentó la alta sociedad en calidad de dandy. En 1827, contra los deseos de su madre, se casó con la irlandesa Rosina Doyle Wheeler. Debido a los lujosos gastos del matrimonio, Edward tuvo que trabajar y se convirtió en un fecundo y exitoso autor, en la misma medida que Dickens o Thackeray. Publicó novelas, poemas, obras de teatro, ensayos, cuentos, traducciones y volúmenes de historia. Su matrimonio resultó no solo un fracaso, sino además un auténtico escándalo. Rosina denunció en diversos escritos el comportamiento de su marido, y él le retiró su asignación y le negó ver a sus hijos. En 1831 resultaría elegido para el Parlamento, puesto que conservó durante nueve años. Poco después publicaría la obra que lo consagraría, Los últimos días de Pompeya (1834), el único de sus títulos que perduró. Aun así, es autor de una gran cantidad de relatos y novelas macabras, a reivindicar, como Zanoni (1842), la presente La casa y el cerebro (1859), conocida también como The Haunters and the Haunted, y que está considerado por autores de la talla de Lovecraft como el mejor cuento de casas encantadas jamás escrito, o A Strange Story (1862). Para entonces, su fama era tal que ese mismo año, tras la abdicación del rey Otto de Grecia, le fue ofrecida la corona griega, que él rechazó. En 1866, Bulwer-Lytton ascendió a la nobleza como primer Barón Lytton. Falleció el 18 de enero de 1873 de una infección de oído que le afectó el cerebro y le ocasionó un ataque.
Sinopsis
La casa y el cerebro se considera una pieza maestra de la literatura sobrenatural. El narrador de esta desasosegante fábula de fantasmas, desoyendo los consejos de sus allegados, decide pasar una noche junto a su criado y su perro, en una casa encantada situada en Londres, de la que todos los demás huyen despavoridos. Allí, tal y como él esperaba, asiste a una serie de apariciones espeluznantes y descubre, a través de unas cartas, que la casa, muchos años atrás, fue el escenario de unos horribles crímenes. El secreto de todo parece encerrarse en una habitación vacía. Conectada a esta, la voluntad de un ser inmortal y perverso, uno de los que tuvo que ver con la casa en el pasado, ha creado y gobernado a distancia los extraños fenómenos.
Lovecraft se refirió a La casa y el cerebro como uno de los mejores relatos de casas encantadas jamás escritos. Y Lafcadio Hearn afirmó que estamos ante la mejor historia de fantasmas creada en lengua inglesa, pues reproduce con asombrosa fidelidad las vivencias de una auténtica pesadilla.
Esto es Impedimenta. No hace falta decir mucho más.
La casa y el cerebro. Un relato victoriano de fantasmas es una de esas novelas de breve longitud, apenas 100 páginas, que se engloban dentro de lo que se llama el terror gótico, de gran auge en la época victoriana. Se trata de un subgénero en el que encajan autores como Henry James, M.R. James, Sheridan Le Fanu, W. H. Hogdson,... y que se caracteriza por narrar historias centradas en sucesos y hechos extraordinarios o fenómenos paranormales, contra los que personajes de carne y hueso tienen que enfrentarse. Fantasmas, vampiros,... pueblan las páginas de estas novelas.
El argumento de La casa y el cerebro gira en torno a una casa encantada en la que suceden fenómenos sobrenaturales. Muchos son los inquilinos que han intentado residir en este inmueble pero tras una noche o a lo sumo dos, han salido despavoridos, aterrados por visiones o sensaciones escalofriantes. Algo maligno habita en la casa y por lo tanto suele estar la mayor parte del tiempo deshabitada.
El narrador de esta breve novela, del que no llegaremos a conocer su nombre, tiene noticias de la existencia de dicha casa por medio de un amigo. Tras conocer los detalles, decide alquilarla y pasar una noche en compañía de su criado y su perro. Nada más llegar el can se muestra reticente a entrar, muestra evidentes signos de desconfianza y lucha por no traspasar el umbral de entrada.
Lo que parece una noche tranquila, alterada inicialmente por breves susurros que apenas inmutan a los inquilinos, termina por convertirse en una experiencia terrible cuando ellos comienzan a oír pasos sin dueños y a ver cómo las sillas se mueven, las puertas se abren solas y surgen luces de la nada. El narrador no se limita a salir huyendo. Es un hombre curtido en estas lides y cree que tras estos hechos se encuentra la mano del hombre, de un medium o de un prestidigitador. Para él existe una explicación más o menos racional y tras hallar una carta dirigida a una mujer y fechada 25 años atrás en la que un hombre habla de un terrible secreto, conseguirá averiguar la verdad.
El desenlace me resulta bastante original para la época en la que el texto está escrito. Se nota que el autor era una persona interesada en el tema de los fenómenos extraños, del ocultismo, del poder de la mente,... a tenor de las múltiples teorías y disertaciones con las que riega la narración, imagino que fruto de las diversas lecturas en la materia.
Novelas como La casa y el cerebro son demasiado sutiles para el lector del siglo XXI, acostumbrado a historias de terror sanguinolentas y mucho más crueles. Pero aún así, siempre es un placer retrotraerse al siglo XIX y experimentar lo que para aquellos lectores debía ser enfrentarse a estas historias en las que los fantasmas, los seres del inframundo,... rondaban a sus anchas. Son obras en las que la ambientación está muy bien construida, especialmente mediante las luces y las sombras que producen las velas y que sin duda, siempre recrean una atmósfera misteriosa.
La casa y el cerebro está escrito en primera persona y consta de una introducción y dos capítulos sin numerar, siendo el primero de ellos el más largo. En la introducción, escrita por el traductor de la obra, Arturo Agüero Herranz, se nos pone en antecedente sobre la vida del autor, en relación a sus orígenes, su matrimonio con Rosina Doyle Wheeler, que se constituyó en un auténtico fracaso, sus obras, su interés por el ocultismo y su pertenencia a diversas sociedades secretas. Y más concretamente nos habla sobre esta novela en sí.
A lo largo de la narración, se advierten leves alusiones directas al lector, invitándonos a sacar nuestras propias conclusiones a raíz de los hechos descritos y de las teorías de las que el narrador nos hace partícipes. Es una manera de introducir a los lectores en el núcleo de la historia.
Me llama la atención el hecho de que no se especifiquen los nombres completos de los personajes que integran esta narración. Tan solo se usa la letra inicial a la que siguen un número determinado de asteriscos. Da la impresión de querer dar veracidad a la historia, intentando mantener en el anonimato a sus protagonistas.
En definitiva, La casa y el cerebro es una novela corta de terror gótico amena y entretenida. Es natural que los hechos que se describen no pongan los pelos de punta a los lectores de hoy en día pues, como bien se sabe, los tiempos y las personas han cambiado. Sin embargo, es una maravilla leer esta obra de Edward Bulwer-Lytton pues está realmente bien escrita y la atmósfera que se recrea es maravillosa.
Agradezco a Impedimenta el envío del ejemplar.
Esto es Impedimenta. No hace falta decir mucho más.
La casa y el cerebro. Un relato victoriano de fantasmas es una de esas novelas de breve longitud, apenas 100 páginas, que se engloban dentro de lo que se llama el terror gótico, de gran auge en la época victoriana. Se trata de un subgénero en el que encajan autores como Henry James, M.R. James, Sheridan Le Fanu, W. H. Hogdson,... y que se caracteriza por narrar historias centradas en sucesos y hechos extraordinarios o fenómenos paranormales, contra los que personajes de carne y hueso tienen que enfrentarse. Fantasmas, vampiros,... pueblan las páginas de estas novelas.
El argumento de La casa y el cerebro gira en torno a una casa encantada en la que suceden fenómenos sobrenaturales. Muchos son los inquilinos que han intentado residir en este inmueble pero tras una noche o a lo sumo dos, han salido despavoridos, aterrados por visiones o sensaciones escalofriantes. Algo maligno habita en la casa y por lo tanto suele estar la mayor parte del tiempo deshabitada.
El narrador de esta breve novela, del que no llegaremos a conocer su nombre, tiene noticias de la existencia de dicha casa por medio de un amigo. Tras conocer los detalles, decide alquilarla y pasar una noche en compañía de su criado y su perro. Nada más llegar el can se muestra reticente a entrar, muestra evidentes signos de desconfianza y lucha por no traspasar el umbral de entrada.
Lo que parece una noche tranquila, alterada inicialmente por breves susurros que apenas inmutan a los inquilinos, termina por convertirse en una experiencia terrible cuando ellos comienzan a oír pasos sin dueños y a ver cómo las sillas se mueven, las puertas se abren solas y surgen luces de la nada. El narrador no se limita a salir huyendo. Es un hombre curtido en estas lides y cree que tras estos hechos se encuentra la mano del hombre, de un medium o de un prestidigitador. Para él existe una explicación más o menos racional y tras hallar una carta dirigida a una mujer y fechada 25 años atrás en la que un hombre habla de un terrible secreto, conseguirá averiguar la verdad.
El desenlace me resulta bastante original para la época en la que el texto está escrito. Se nota que el autor era una persona interesada en el tema de los fenómenos extraños, del ocultismo, del poder de la mente,... a tenor de las múltiples teorías y disertaciones con las que riega la narración, imagino que fruto de las diversas lecturas en la materia.
Novelas como La casa y el cerebro son demasiado sutiles para el lector del siglo XXI, acostumbrado a historias de terror sanguinolentas y mucho más crueles. Pero aún así, siempre es un placer retrotraerse al siglo XIX y experimentar lo que para aquellos lectores debía ser enfrentarse a estas historias en las que los fantasmas, los seres del inframundo,... rondaban a sus anchas. Son obras en las que la ambientación está muy bien construida, especialmente mediante las luces y las sombras que producen las velas y que sin duda, siempre recrean una atmósfera misteriosa.
La casa y el cerebro está escrito en primera persona y consta de una introducción y dos capítulos sin numerar, siendo el primero de ellos el más largo. En la introducción, escrita por el traductor de la obra, Arturo Agüero Herranz, se nos pone en antecedente sobre la vida del autor, en relación a sus orígenes, su matrimonio con Rosina Doyle Wheeler, que se constituyó en un auténtico fracaso, sus obras, su interés por el ocultismo y su pertenencia a diversas sociedades secretas. Y más concretamente nos habla sobre esta novela en sí.
A lo largo de la narración, se advierten leves alusiones directas al lector, invitándonos a sacar nuestras propias conclusiones a raíz de los hechos descritos y de las teorías de las que el narrador nos hace partícipes. Es una manera de introducir a los lectores en el núcleo de la historia.
Me llama la atención el hecho de que no se especifiquen los nombres completos de los personajes que integran esta narración. Tan solo se usa la letra inicial a la que siguen un número determinado de asteriscos. Da la impresión de querer dar veracidad a la historia, intentando mantener en el anonimato a sus protagonistas.
En definitiva, La casa y el cerebro es una novela corta de terror gótico amena y entretenida. Es natural que los hechos que se describen no pongan los pelos de punta a los lectores de hoy en día pues, como bien se sabe, los tiempos y las personas han cambiado. Sin embargo, es una maravilla leer esta obra de Edward Bulwer-Lytton pues está realmente bien escrita y la atmósfera que se recrea es maravillosa.
Agradezco a Impedimenta el envío del ejemplar.