Año: 2013
Nacionalidad: Española.
Director: Eugenio Mira.
Reparto: Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter, Kerry Bishé, Allen Leech, Tamsin Egerton, Dee Wallace, Mino Mackic.
Género: Thriller.
Sinopsis: Un pianista se sienta al piano y se encuentra una nota amenazadora, en la que se le conmina a ejecutar el mejor concierto de su vida si quiere salvar su vida y la de su esposa.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Grand Piano. La imagen de Elijah Wood en el cartel. John Cusack en el reparto. A todas luces una producción americana, pero seguimos con la ficha técnica. Director: Eugenio Mira. Rodrigo Cortés y Antena 3 Media en la producción. Vale, ya está aclarado. Película española con pintas de querer ser una proyección internacional, como otras que todos recordamos.
A golpe de notas de piano que generan un ambiente de suspense asoman los créditos para dar paso a las escenas iniciales en el interior de un avión. A bordo viaja Tom Selznick (Elijah Wood), un joven prodigio, virtuoso pianista, alumno del que fue el gran maestro Patrick Godureaux, un excéntrico magnate de la música fallecido el año anterior y cuya fortuna familiar está desaparecida. Tom viaja a Chicago donde ofrecerá un gran concierto después de cinco años de ausencia de los escenarios. En el pasado tuvo una mala experiencia, una interpretación errónea de lo que se denomina la pieza maldita, una composición para piano de complicadísima ejecución compuesta por Godureaux y que lleva por nombre La Cinquette.
En Chicago le espera su esposa Emma (Kerry Bisé), una de las actrices más hermosa y famosa del panorama cinematográfico. El éxito de la actriz empaña el de su marido. Emma apoya a Tom de manera incondicional. Tiene mucha fe en él y cree que su regreso será un rotundo éxito.
El concierto tendrá lugar en el Antoine Michelle Hall donde compartirá escenario con la Filarmónica de Chicago. Para tal ocasión, y a modo de homenaje al gran compositor Patrick Godureaux, Tom interpretará todas las piezas con el piano propiedad del compositor fallecido que él adoraba. Se trata de una pieza única traída exclusivamente desde Suiza y vigilada bien de cerca por los empleados de una aseguradora.
Tom está aterrado. El miedo escénico se ha apoderado de él y apenas puede respirar, obsesionado con la idea de volver a equivocarse. Está sometido a mucha presión, piensa en su maestro, en la pieza que él compuso, en la posibilidad de volver a decepcionarlo aunque él ya esté muerto y más aún hacerlo con su piano. Aún así, intenta sobreponerse a sus miedos y sube al escenario. Comienza el espectáculo. Los minutos van pasando, los instrumentos suenan, los compases se adaptan al ritmo, el público disfruta. Cuando todo parece ir sobre ruedas, Tom gira una de las hojas del libreto de partituras y ahí está. Un mensaje entre las notas musicales:
Falla una sola nota y morirás.
Aquí es donde comienza la parte más interesante de la película. Uno tras otro los mensajes se suceden cada cual más inquietante. Entre el público un francotirador amenaza al concertista con matar a su mujer, que asiste al concierto desde un palco, en caso de no seguir todas sus instrucciones.
Sí, como he dicho, aquí es donde empieza la parte más intrigante del filme pero lamentablemente también la parte más absurda. Y es que a continuación el argumento se desarrolla apoyado en escenas que no son nada creíbles. Bajo mi punto de vista es pedir demasiada fe al espectador. Para explicároslo tengo que echar mano de un spoiler. Os muestro una escena muy concreta que os paso a detallar:
El pianista pone su móvil tras la hoja de una partitura y mientras con la mano derecha interpreta una pieza de ritmo frenético, con la izquierda teclea y envía un mensaje a un amigo para pedir ayuda. A ver, yo no es por desconfiar pero a mí este gesto tan habilidoso me parece propio de McGyver. Vamos, que el pianista te monta los muebles del Ikea con una mano mientras que con la otra toca una serenata y se queda tan pancho.
Siento ser tan dura pero hay cosas en este largometraje que no me convencen en absoluto y no me vale la teoría de que esto es cine, que es ficción,... No. Una cosa es que el espectador tenga que echarle imaginación y otra cosa esperar que creamos cualquier cosa que nos pongan por delante. Vamos, que ni los equilibristas del circo. Hay cosas por la que nos paso.
Y la cuestión es que la idea original es buena. Me atrevería a decir que bastante buena. Tenemos un asesino, una víctima, una centena de testigos, pero ¿y el motivo? ¿Qué busca el francotirador? ¿Dinero? ¿Está loco? ¿Por qué se hace tanto hincapié en el piano? ¿Por qué se le exige al concertista que ejecute las piezas musicales con absoluta perfección? Estas son las incógnitas que guarda este largometraje como digo, con buena base pero desarrollada por medio de actos poco verosímiles y encima en el final me dejan con dos palmos de narices.
En cuanto a la interpretación no tengo mucho que decir. Ni Elijah Wood, ni Kerry Bisé, ni el resto de secundarios aportan mucho. La interpretación que Wood hace de un hombre desesperado, temeroso por si un loco hace saltar los sesos de su mujer ante un auditorio lleno de público no emociona. No me ha transmitido su angustia, ni sus miedos. Lo he visto sufrir sí, pero no me ha hecho sufrir con él.
Y a todo esto, os estaréis preguntado dónde anda John Cusack. Pues aquí también hay miga porque el actor pondrá su voz en la versión original pero lo que es en la versión española asoma unos escasos 10 minutos. Él es quién interpreta al francotirador y con tan breve presencia física poco se puede decir de su papel.
En conclusión, Grand Piano ha supuesto una decepción que podía haber conseguido el aprobado si no exigiera a los espectadores un exceso de fe. Insisto que la idea es buena, y como entretenimiento puede pasar pero eso sí, se te puede quedar la típica cara de mandíbula descolgada. Creo que aquí hemos querido tirarnos a la piscina con solo dos palmos de agua. Me da la impresión de que se ha intentado emular a otras producciones españolas de mayor valía con el simple hecho de echar mano de dos actores norteamericanos muy reconocidos para cubrir las posibles lagunas y así el resultado termina por ser mediocre. Y lo que es más grande, también se habla de posible emulación de las películas de Hitchcock o de De Palma, ahí es nada.
Sinceramente pienso que hubiera sido mucho mejor invertir el dinero del caché de Wood y especialmente el de Cusack en contratar a actores españoles «de buena familia», y con el dinero que se hubieran ahorrado podrían haber ejecutado la idea de manera más brillante. Una lástima.
Eso sí, al menos oyes música clásica en abundancia.
Con todo el dolor de mi corazón, porque puedo imaginarme lo que cuesta hacer una película y las ilusiones que se pone en el empeño, no puedo valorarla de otro modo que:
Trailer: