Año: 2014
Nacionalidad: Española.
Director: Marc Carrete.
Reparto: Lluís Marco, Clàudia Pons, Marta Belmonte, Pepo Blasco, Silvia Sabaté, Irene Montalá.
Género: Terror.
Sinopsis: Sigue los pasos del pastor Eloy de Palma y a su nieta Alba durante cuatro días, en una Barcelona asediada por lo diabólico. Su misión es ayudar a los poseídos por el mal, cuyas almas han sido infectadas. En cada nuevo enfrentamiento con el maligno se descubren pistas sobre el misterioso pasado de los protagonistas, un enigma que puede cambiar el mundo.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Mira que soy valiente. Desde luego nadie podrá negar mi valor por lanzarme a la piscina sin agua. Ya sabéis que yo defiendo mucho el cine español pero, en este caso, me he dado tal batacazo que apenas puedo mantenerme en pie.
Con este título tal sugerente y este cartel, es normal que una amante del cine de terror caiga sin remisión ante este largometraje. Su sinopsis, como veréis, habla de posesiones, enigmas y misterios. ¿Qué más quiero? Visto lo visto y puestos a pedir, se me ocurren unas cuantas cosas que sí podría haber pedido.
Asmodexia arranca con una escena pelín desagradable, un extraño parto en el que la llegada de un recién nacido no viene acompañada de felicidad y regocijo. Al alumbramiento, aparte de la parturienta, asiste una mujer que no quiere mirar y un hombre que hace las veces de comadrona pero sabremos que algo va mal por el mal rollo que se respira en el ambiente y porque, según dice uno de los personajes, «con el Señor no se juega».
Con un salto en el tiempo de 15 años hacia delante conoceremos a Eloy de Palma y a Alba, abuelo y nieta, cuando solo quedan tres días para una hipotética resurrección y recorren los caminos ayudando a hombres, mujeres y niños aquejados de posesiones demoníacas. Transcurre el mes de diciembre del año 2012, apenas tres días para el supuesto final del mundo que, según las predicciones de los mayas, ocurriría el día 21 de diciembre de ese año. En estas fechas, lo lógico sería que el invierno hubiera arrasado España pero misteriosamente el país sufre una ola de calor que los científicos no se explican y para reforzar el efecto son frecuentes las escenas con filtro que muestran un cielo desvaído, de tonos algo anaranjados y con el sol brillando con fuerza. El transitar de Eloy y Alba vendrá acompañado de la aparición de una misteriosa furgoneta negra conducida por un encapuchado y del que ellos dos recelan.
Eloy habla a su nieta de los ancestros, de los designios del Señor, de la tarea que le ha sido encomendada. Alba, con aspecto demacrado y ojeras profundas, escucha atentamente a su abuelo, rememora a su madre, y no deja de ayudar a Eloy en los exorcismos a los que se enfrentan. Parece que Alba tiene un poder sobrenatural.
Este hilo argumental se asienta en diálogos a medias, en carencia de información, en insinuaciones que se dejan caer para que el espectador intente montar el puzle pero no tiene suficiente fuerza como para engancharnos.En cualquier caso, la historia de Eloy y Alba se alterna con la de Ona, una mujer joven encerrada en un hospital psiquiátrico desde hace mucho años. De Ona sabremos poco, si está loca o no es algo que se nos escapa aunque sí la veremos mirar a las demás reclusas con ojos desorbitados, echar las cartas del tarot, actuar de manera violenta porque, en el hospital, ocurren cosas extrañas. Las internas se quejan, padecen convulsiones, dicen ver ángeles... y a duras penas las enfermeras pueden luchar con lo que ocurren entre las paredes de aquel edificio. Nada nuevo bajo el sol y cuando pensé que la cosa no podía ir peor, aparece un tal doctor Wilson que se hace llamar el Arquitecto y que termina por echarme abajo mis escasas expectativas.
Este hilo argumental se asienta en diálogos a medias, en carencia de información, en insinuaciones que se dejan caer para que el espectador intente montar el puzle pero no tiene suficiente fuerza como para engancharnos.En cualquier caso, la historia de Eloy y Alba se alterna con la de Ona, una mujer joven encerrada en un hospital psiquiátrico desde hace mucho años. De Ona sabremos poco, si está loca o no es algo que se nos escapa aunque sí la veremos mirar a las demás reclusas con ojos desorbitados, echar las cartas del tarot, actuar de manera violenta porque, en el hospital, ocurren cosas extrañas. Las internas se quejan, padecen convulsiones, dicen ver ángeles... y a duras penas las enfermeras pueden luchar con lo que ocurren entre las paredes de aquel edificio. Nada nuevo bajo el sol y cuando pensé que la cosa no podía ir peor, aparece un tal doctor Wilson que se hace llamar el Arquitecto y que termina por echarme abajo mis escasas expectativas.
La conexión entre un hilo y otro se irá viendo con el tiempo, cuando, a modo de flashbacks, podamos ver escenas del pasado en la que un grupo de jóvenes (Ona entre otros) bailan felices, entonando cánticos que hablan del Señor. Parecen ser un grupo de fanáticos religiosos, aparentemente inofensivos, unidos por un pastor (Eloy).
La trama, a simple vista, no deja de ser algo muy manido. Los exorcismos han sido la base argumental de muchas películas de terror, así como los hospitales psiquiátrico por lo que, por ese lado, nada nos sorprende. Pero por otra parte, la película está llena de símbolos. Quizás esas escenas que reflejan las inusuales temperaturas que sufre el país pueden venir a representar el calor abrasador del infierno. El fruto prohibido también tiene su presencia, los símbolos cabalísticos, las sectas,... Pero no nos confiemos. Hay engaño. Nada es lo que parece. Al final todo se vuelve del revés y reconozco que ese giro no me lo esperaba pero luego, el desenlace no está bien desarrollado, no cautiva como tampoco impresiona las escenas de los supuestos exorcismos que son bastante cutre y más allá de la caracterización, los poseídos dan más bien risa. Si acaso un ligero sobresalto alterará muy brevemente nuestro ritmo cardíaco. Y a todo ello, hay que unirle que en el plano interpretativo no hay nada que destacar. La credibilidad brilla por su ausencia.
En definitiva, Asmodexia parte de un base en la que ya se ha escarbado demasiado para ofrecer un argumento que carece de la suficiente intriga y suspense como para darle una valoración medianamente aceptable, un largometraje que quiso ser y no pudo, que se quedó a mitad de camino con unos sermones que aburren a cualquiera. A mí me ha resultado bastante soporífera.
En definitiva, Asmodexia parte de un base en la que ya se ha escarbado demasiado para ofrecer un argumento que carece de la suficiente intriga y suspense como para darle una valoración medianamente aceptable, un largometraje que quiso ser y no pudo, que se quedó a mitad de camino con unos sermones que aburren a cualquiera. A mí me ha resultado bastante soporífera.
Trailer: