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CAJA NEGRA de Francisco Narla.

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Editorial: Planeta.
Fecha publicación: mayo, 2015.
Nº Páginas: 352.
Precio: 18,90 €
Género: Novela negra y de misterio.
Edición: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-08-14342-0
[Disponible en ebooK, 
puedes leer primer capitulo aquí]
Autor

Francisco Narla (Lugo, 1978) es comandante de línea aérea y escritor. Ha publicado novela, relatos, poesía, ensayos técnicos y artículos. Como conferenciante, ha participado en diferentes foros, como centros universitarios o programas de radio y televisión (Cuarto milenio, El guardián de la noche o Milenio). 

En 2009 publicó su primera novela, Los lobos del centeno, tras cuyo éxito en España es editada en México para toda Latinoamérica. En 2012 nos sorprendió con Assur, con la que recibe el aplauso del público y conquista las listas de los más vendidos. Y al año siguiente nos presenta Ronin, con la que se consagró como uno de los más versátiles y talentosos escritores de novela histórica de nuestro país.

En Caja negra, un potente thriller, une misterios oscuros y arcaicos como una trama de intriga actual enmarcada en el mundo de la aviación. 

Sinopsis

«La novela que anticipó la tragedia del Germanwings», Informativos Telecinco.

Thomas Rye es un piloto de una línea aérea low cost que esconde un oscuro secreto. Sinesio Amorós es un parapsicólogo aficionado que graba unas inquietantes psicofonías que son la primera pista para resolver un misterio de origen celta que no debería ser desvelado. Cuando ambas tramas se encuentran, se inicia una angustiosa cuenta atrás de devastadoras y asombrosas consecuencias.

Caja negra, publicada pro primera vez en 2010, es un magistral thriller que se recupera ahora tras convertirse en un fenómenos mediático con motivo de sus desgraciadas y asombrosas similitudes con el trágico accidente de los Alpes franceses.

[Biografía y sinopsis facilitadas por la editorial]


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Lamentablemente hay hechos que convulsionan el mundo de una punta a otra. Todos los años ocurren catástrofes de dimensiones extraordinarias -no puedo apartarme de los ojos las imágenes que muestran las devastadoras consecuencias de los terremotos de Nepal u otras que generalmente abren los informativos de televisión-. ¿Y qué decir de la tragedia del Germanwings? Amanecimos un día pensando que había ocurrido un accidente aéreo, uno más de los que ocurren en alguna ocasión, un hecho que sesgó la vida de manera inmediata a más de una centena de personas, pero lo realmente impactante fue conocer los resultados de la investigación. El avión había sido estrellado de manera consciente. El piloto, en vuelo desde Barcelona a Düsseldorf, decide dirigir la nave hacia las montañas de los Alpes franceses y encastrar el avión en los alrededores de la localidad de Le Vernet. A bordo, 144 pasajeros y 6 tripulantes. No hay sobrevivientes. El impacto fue tan brutal que los equipos de rescate se las vieron moradas para llegar a una zona de difícil acceso. Además el avión quedó hecho añicos y desperdigado por una amplia superficie de la montaña. Fue una tragedia sobrecogedora que nos tuvo pegados a las noticias, en prensa, radio y televisión.

No mucho después y ya en el plano literario comencé a leer noticias de esta índole.



Reconozco que me resultó un titular de lo más llamativo. Pensar que un escritor había narrado en una novela un hecho de similares características a la tragedia aérea que era noticia de cabecera en aquellos momentos despertó mi curiosidad y también mi morbo. Así que me propuse leer el libro. El momento llegó durante el pasado mes de julio. 

Caja negra se estructura en dos planos. Bueno, sería más correcto decir en tres pero es algo que os aclararé más adelante. Digamos que los hechos de mayor peso se  desarrollan durante el año 2009. Se podría decir que esa fecha constituye el presente de la novela, pero hay otra línea temporal que nos conduce al año 1977, momento en el que se recoge otra historia de índole muy distinta. 

Los hechos que se narran en el año 2009 tienen como protagonista a Thomas Rye, un piloto de aviación comercial. Thomas es un tipo extraño. Resulta frívolo, clasista, inconformista, solitario, estirado, antisocial y que irradia un odio tan rotundo hacia todo lo que le rodea, que bien podría ser tachado de enfermizo. A Thomas le disgusta absolutamente todo del ser humano, de los demás claro. Es difícil que se sienta a gusto con otro miembro de su especie, ya sea hombre o mujer, pues su intransigencia llega a límites exacerbados. 

Si la opinión que él tiene del resto de la humanidad deja mucho que desear, no será menos la que los demás tengan de él. Sus compañeros de trabajo y todos los que lo tratan lo consideran un individuo frío, de mirada penetrante y gélida, huraño, esquivo y poco adicto a estrechar relaciones personales. De ahí que la interacción con Thomas solo se limite a temas estrictamente profesionales. Más allá de eso, nadie sabe nada de su vida, salvo el lector, que descubrirá en este piloto a un auténtico psicópata con un terrible modus operandi para saciar la intranquilidad e inquietud que siente en su interior y que se manifiesta con terribles dolores de cabeza. 


Por otra parte, en 1977, encontramos a Sinesio Amorós. Un hombre de 40 años, funcionario de profesión y con una curiosa afición, el mundo de la parapsicología. De su manos vamos a conocer a la familia de Diego Rafael Xián de Villafins y Castro, un gallego de buena cuna al que la tragedia le persigue. La muerte de sus padres en un accidente de tráfico y la supuesta desaparición de su hermana Maria del Carmen se unen a la terrible enfermedad que azota su cuerpo, pues Diego padece tuberculosis. Con la aparente intención de congratularse con Dios, Diego manda construir una capilla a toda prisa pero en vez de ubicar la iglesia junto al pazo señorial, la manda construir en medio del bosque, en un lugar apartado, una ubicación bastante inusual para un lugar de culto.

Sinesio es un hombre taciturno, gris y apático que prefiere anteponer su afición a su profesión. Habitual oyente de programas de misterio y ávido lector de la prensa especializada, encuentra en la capilla de los Villafins y Castro, un motivo para alentar su rutinaria y solitaria vida. Gracias a su tía Paulina, que le contará los extraños acontecimientos que giran en torno a la capilla, un edificio sobre el que planea múltiples sospechas y al que nadie parece querer acercarse, Sinesio vivirá toda una aventura llenas de voces siniestras y sensaciones escalofriantes.

En un principio no vamos a tener muy claro qué relación tiene una historia con otra, no solo porque entre una y otra medie un lapso temporal de treinta y dos  años, sino porque la temática de una dista mucho de la otra. La historia de Sinesio se encamina más hacia el terror, con psicofonías, extrañas presencias, secretos oscuros,... mientras que la de Thomas se asemeja más a un thriller o a una novela policíaca, pero al final todo queda conectado, de una manera sencilla pero satisfactoria.

Pero aún hay más. Brevemente el autor desarrolla una tercera historia que tiene lugar en 1981 y que vincula a Takeda, un estudiante japonés en París, y a Monique, una compañera de clase, con un desenlance terrible. Es una historia que confunde inicialmente porque no sabremos muy bien a qué viene y qué relación tiene con las demás. Realmente, sería una subtrama menor pues tan solo se aborda en un par de capítulos y tiene más parecido con la subtrama de Thomas que con la de Sinesio. En cualquier caso, y como he dicho, esta parte me descolocó un poco pero al final comprobé que todo concordaba. 

Tanto Sinesio como Thomas son dos personajes bien delimitados, muy diferentes entre sí, de épocas distintas y distantes, con lo que eso conlleva, pero también con rasgos comunes pues ambos viven de espaldas a la sociedad. De Sinesio se destaca su tacañería, algo que me pareció un rasgo hasta simpático. A pesar de ser un hombre solitario y taciturno, tiene la suerte de conocer a Rosalía, una mujer que será fundamental en su vida y que rescatará la parte más tierna del personaje. Rosalía se convertirá en pilar esencial, no ya a nivel personal sino también en lo concerniente a su investigación en la capilla de los Villafins y Castro. Gracias a la construcción de este personaje, lectores como yo, aficionados al suspense y a los casos de misterio, tenemos acceso a información sobre asuntos tan peculiares como las caras de Bélmez, tema del que en la novela se hace un repaso, narrando todo el proceso que se originó alrededor de este fenómeno, desde la aparición de las caras, el intento de averiguar su origen, y todas las investigaciones que se hicieron en torno a este singular hecho. Con Sinesio aprenderemos de conjuros, o «conxuros» ya que estamos en tierras galegas, para conseguir nuestros propósitos o deshacernos de un mal, «"escritos" contra el maldecir y el malhacer», y posesiones.

Thomas es un personaje que provoca miedo. Conocer su profesión y saber qué tipo de pensamientos cruzan su mente ponen la piel de gallina y da pie a un debate interesante que se desarrolla en la novela, sobre el que he reflexionado bastante y del que os hablaré más adelante. Pero relacionado con Thomas surgen otros personajes pues tratándose de una historia en la que tienen lugar asesinatos, es lógico que la figura de un policía o investigador termine por salir a la palestra. En este caso, ese papel lo interpretará Günther Kadden, jefe de la OIJ (Organismo de Investigación Judicial) en Costa Rica. Su implicación en el caso no solo será de tipo profesional sino que llega a convertirse en una cuestión personal. No hay una investigación policial al uso porque las averiguaciones de Günther son prácticamente anecdóticas. 

Y después de hablaros del argumento y los personajes, ,¿qué tiene que ver Caja negra con la tragedia del Germanwings? Si los medios de comunicación anunciaron que se trataba de la novela que anticipó la tragedia, es normal esperar un accidente aéreoen el argumento y no debido a un fallo técnico sino a la mente retorcida y enferma de un piloto. Sinceramente, y visto el reclamo, yo esperaba que la trama se centrará con más precisión en un accidente de similares características a la tragedia del Germanwings pero he decir que Caja negra va más allá. De aquel piloto que llevó a la muerte a 144 pasajeros más 6 miembros de la compañía se supo que tenía problemas de salud, que estaba en tratamiento y que incluso tenía una baja médica que no llegó a comunicar a la empresa. Ahora también se ha publicado que tenía deudas importantes y había sido declarado en quiebra. Thomas Rye no tiene problemas económicos, más bien todo lo contrario. Posee una sólida posición financiera que le permite moverse con libertad y hacer grandes dispendios. Además no ha sido diagnosticado de ninguna enfermedad por ningún médico pero bastará con pasearse por sus pensamientos para saber que no está en sus cabales. Así pues, entre aquel piloto alemán y nuestro protagonista hay diferencias en cuanto a estilo de vida. No obstante, ambos cometieron el mismo acto atroz pero en Caja negra se abarca muchos más hechos y por lo tanto no se limita únicamente a la tragedia aeronáutica.

A groso modo, los dos grandes temas colaterales que se tocan en el transcurso de la novela es el misticismo gallego y la aviación. Francisco Narla no solamente es oriundo de las tierras del Santo Patrón sino que además es piloto de profesión. Sobre el primer punto, todos sabemos que la cultura gallega es rica en leyendas y cuenta con una historia en la que los pequeños pueblos y tribus dejaron una profunda huella. Una parte de todo ese mundo místico se puede apreciar en el argumento de Caja negra y es un deleite leer sobre antiguos pueblos, sus formas de vida, sus rituales y creencias. 

En cuanto al mundo de la aviación, y aquí voy a retomar la reflexión que mencioné anteriormente, resulta inquietante pensar lo vulnerables que somos en manos de terceras personas. Viajar en un autobús, tren o en un avión es poner nuestra vida a merced de una persona de la que no sabemos absolutamente nada. Incluso cuando viajamos en un coche conducido por un amigo o un familiar,¿cómo estar seguros de que al conductor no se le cruza un pensamiento suicida por la cabeza? A este respecto, y más enfocado a los vuelos comerciales, en las páginas finales se plantean algunas cuestiones sobre las compañías aéreas y los mínimos legales exigidos, especialmente en relación a las empresas de bajo coste que, con el objeto de ofrecer vuelos económicos, pasan por alto ciertas cuestiones que sin ser fundamentales, sí pueden llegar a influir en algún momento determinado en cuanto a la seguridad de los pasajeros. Por otro lado también está la capacitación de los pilotos, supuestamente sometidos a estrictos exámenes y pruebas, aunque tragedias como la de los Alpes franceses ponen en entredicho los controles a los que están sujetos.

Francisco Narla se conoce los mandos de un avión como yo los cachivaches que guardo en los cajones de mi casa y a este respecto me gustaría destacar que quizás el autor se explaya demasiado en explicaciones aeronáuticas, sistemas de comunicación y diversos instrumentos de vuelo que se emplean en el interior de una cabina. Son explicaciones que, a no ser que seas piloto, se te van a escapar de las manos y en lo que a mí respecta, me he sentido un poquito abrumada. Pero, más allá de eso, el resto del argumento es impecable.  

Y estilísticamente la novela va mejorando con el paso de las páginas. Inicialmente me chocó un poco un estilo un tanto rizado, con demasiada concatenación de largas frases que, en alguna que otra ocasión, me obligaron a retroceder al principio del párrafo para entender el significado. Sin embargo, esto es algo que se va diluyendo en el avance de la lectura, dando lugar a un estilo más sencillo y menos pesado. De igual modo, me resultó llamativo el uso de los signos de puntuación.  Hay pasajes en los que, a mi juicio, no se hace un uso correcto y se presupone una revisión que no ha tenido lugar. 


«Como resultaba imposible que, sobrevolando el océano, alguna estación terrestre de radar tuviese alcance como para recibir el eco de su A340, o de cualquier otro avión. El único modo de asegurar que,...». [pág. 35]

«Pusieron a los peces en el bote de cristal que aguardaba en la mesa los pobres bichos parecieron perdidos durante unos segundos. Como aturdidos por el repentino cambio».[pág. 162]

Estructuralmente, los distintos hilos temporales se van alternando aunque una misma trama puede englobar varios capítulos seguidos, de este modo, ambas historias avanzan al mismo ritmohasta confluir en un único punto, cuando nos estemos aproximando al desenlace. En cualquier caso siempre sabremos en que punto temporal estamos pues queda debidamente especificado al inicio de cada capítulo, hasta llegar a un epílogo en el que el autor hace un despliegue de múltiples aclaraciones sobre la novela. 

En líneas generales me ha gustado leer Caja negra. Es cierto que me esperaba algo mucho más concreto y relacionado con el accidente del Germanwings pero de igual modo, he disfrutado mucho de toda la subtrama de Sinesio, con esa capilla llena de misterios y ese aire denso que se respira en su interior. Además, todo lo relacionado con Thomas Rye ha supuesto una lectura cargada de inquietud pues, sabiendo la vinculación que tiene la novela con la tragedia aérea de los Alpes franceses, leía temiendo que llegara el momento de la colisión. Así que, desde aquí, yo te recomiendo que leas este libro y no solamente por leer una novela con un argumento interesante, sino también porque así podrás saber la grabación que recogió la caja negra del airbus A340 que pilotaba Thomas Rye tras estrellar la nave. 


¿No sientes curiosidad?

Antes de marcharme, te comento que Caja negra fue publicado primeramente en el año 2010 y que ahora ha sido reeditada por Planeta. 

Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.



[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

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