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PARTICIPANTES SORTEO "EL ALMIRANTE MEDIOHOMBRE".

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¡Buenos días! Hoy traigo la lista de participantes al sorteo de un ejemplar de la novela histórica El almirante Mediohombre de Fernando de Artacho. Creo que todo está correcto salvo una incidencia que os detallo más abajo. Los números serán asignados una vez que la incidencia se resuelva.

Tenéis de plazo hasta el próximo día 27 de marzo (viernes) para comunicar cualquier fallo o error. El domingo 29 de marzo conoceremos el nombre del ganador. Muchas gracias a todos por participar y ¡¡suerte!! 



ParticipantesPuntosNúmeros
Agniezka5 puntos
Lady Aliena (*)9 puntos
Manuela9 puntos
Maribel (Vanedis)5 puntos
Martiti9 puntos
Jessica Rodríguez11 puntos
Rmaria Camacho9 puntos
Ángeles Arca5 puntos
Isaura BP13 puntos
Rosa Cortina7 puntos
Porlomenix13 puntos
Lunilla9 puntos
Elenusqui7 puntos
Libros Eris15 puntos
Maidafeni5 puntos
Kelika15 puntos
Ángela León13 puntos
Teresa7 puntos
Rocío11 puntos

(*) Incidencia: Lady Aliena yo te cuento 9 puntos aunque tú te computas 13; por favor, comprueba si todo es correcto.



LA FIESTA DEL CINE 2015.

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Hoy es miércoles pero no vengo a hablaros de una película en concreto sino de todas en general. 


Como ya ocurrió el año pasado, se ha puesto en marcha una nueva edición de La Fiesta del Cine. Para los que no lo sabéis se trata de una promoción que te permite conseguir una acreditación con la que podrás comprar tu entrada de cine a 2,90 € durante los días 11, 12 y 13 de mayo. Creo que ya somos muchos los que nos acogemos a esta promoción tan interesante para poder disfrutar de esta actividad de ocio que, a mi juicio, es tan cara. 

Para que no te quedes sin tu acreditación, puedes informarte aquíBasta con seleccionar si quieres una acreditación individual o en grupo,  rellenar un formulario y te enviarán tu acreditación a tu correo electrónico.

Yo ya tengo la mía, ¿y tú?


[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

ENTREVISTA A NURIA BARRIOS (Ocho centímetros).

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Autora

Nuria Barrios (Madrid, 1962) es escritora y doctora en Filosofía. Es autora de las novelas Amores patológicos (1998) y El alfabeto de los pájaros (2011); de los libros de poemas El hilo de agua (2004), que fue ganador del Premio Ateneo de Sevilla, y Nostalgia de Odiseo (2012); del libro de relatos El zoo sentimental (2000); y de un libro de viajes, Balearia (2000). Sus relatos están presentes en numerosas antologías, entre ellas: Páginas amarillas, Vidas de mujer, Cuentos de mujeres solas, Pequeñas resistencias, Tu nombre flotando en el adiós, Comedias de Shakespeare y Cuentos breves para ir y venir. Su obra ha sido traducida al holandés, al italiano, al portugués, al croata y al esperanto. Colabora habitualmente como crítica con el suplemento literario de El País y con la revista Mercurio. Más información en www.mbagencialiteraria.es


Sinopsis

¿Qué distancia separa el dolor de la felicidad? Un pastor evangélico gitano proclama ante sus enardecidos fieles que la distancia entre uno y otra es de ocho centímetros. En ese intervalo mínimo se sitúan las historias de Nuria Barrios, intensas y vibrantes: allí donde no todo está perdido, donde la escritura hace visibles umbrales que raramente se nos muestran. Estos once relatos tienen aristas y brillan con dureza. Son once diamantes. Cortan. ¿No es acaso lo que esperamos de la literatura? Que indague, que ilumine, que nos duela.



[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Hace unos días publiqué la reseña del libro de relatos Ocho centímetros de Nuria Barrios (puedes leerla aquí), un volumen que recoge historias duras pero también «ternura, cariño y amor». Me interesaba mucho hablar con la autora. Quería preguntarle por qué embarcarse en relatos de esta índole, llenos de dolor, tristeza, angustia,... ¿Qué mensaje quería transmitir a los lectores con sus historias? La ocasión llegó la semana pasada. Esto fue lo que nos contó.  


Marisa G.- Nuria, es la primera vez que leo algo tuyo.

Nuria B.- Por algo se empieza

M.G.- Has escrito novela, escribes cuentos, también has probado con la poesía, de hecho ganaste el Ateneo con poesía. Eres una escritora que no se encasilla, ¿no?

N.B.- No, según lo que vaya a escribir lo enfoco por un lado u otro. El tema mismo me pide la estructura que requiere.

M.G.- Ocho centímetros se compone de once relatos. Algunos de ellos tienen continuación, como una segunda parte que abordas en otros relatos posteriores. ¿Por qué usas esta estructura?

N.B.- Cada cuento se puede leer de forma autónoma, incluso los que están entrelazados no requieren que se lean en orden. Pero hay historias que me pedían más y por eso las continué con otros desarrollos, otros momentos de la vida de los personajes.

M.G.- El título, Ocho centímetros, es una frase que figura en el primer relato. ¿Por qué eliges esa frase como título y no cualquier otra?

N.B.- Porque ocho centímetros representa la distancia mínima pero casi milagrosa que separa el dolor de la felicidad y como todos los relatos hablan precisamente de esa zona de penumbra donde parece que no todo está perdido, me pareció que ese título representaba muy bien la atmósfera emocional de todo el libro.

M.G.- Son relatos muy duros. Se habla de enfermedad, de droga, de muerte... No son temas atípicos pero sí que es verdad que a la hora de llegar al lector, este tiene que estar preparado para enfrentarse a tal dureza. No sé si consideras que tus relatos son una apuesta arriesgada.

N.B.- Todos los temas que trato son temas por los que todos transitamos, antes o después: las amistades que se rompen, las enfermedades, la muerte, el efecto de las adicciones en un ser querido,... Son temas para todos muy conocidos pero sobre los que normalmente no ponemos el foco de atención. Yo quería centrarme en ellos porque creo que es mucho más cruel sofocar asuntos que forman parte de la vida pero que resultan dolorosos, que simplemente hablar de ellos y darle el peso y la hondura que tienen.

M.G.- El ser humano, por naturaleza o por inercia, tiende a eludir estos temas pero tú pones las cartas sobre la mesa y hablas de ellos incluso casi con naturalidad.

N.G.- Es que todo esto es muy natural. El dolor del que hablo en el libro no es el dolor de las tragedias o del drama. Es el dolor al que todos estamos abocados desde el momento en que nacemos. El dolor forma parte de la existencia y creo que al tratarlo con naturalidad, al hablar sobre él, reconocerlo como parte de nuestra vida, ver cómo el propio dolor reescribe nuestra vida, nos reescribe a nosotros,... produce un efecto catártico que te permite enfrentarte a todo lo demás, a las demás circunstancias de tu vida, a las alegrías,... con mucha más intensidad y limpieza. Sofocar el dolor no lo suprime, simplemente lo deja en estado latente y muchas veces se enturbia, ensuciando tu propia vida. Creo que es mucho mejor darle su espacio, mucho más saludable.

M.G.- ¿Y qué sensaciones quieres transmitir al lector? Porque a mí tu libro me ha dolido, me ha escocido. Son historias que me han calado hondo. 


N.B.- Es un libro del que yo no he salido de rositas. No he salido indemne. Creo que está bien que al lector le duela, sienta el impacto de las historias porque son parte de nuestra vida. Muchos me dicen que son historias muy duras pero también muy tiernas, o muy secas pero también con mucha poesía. Si es así cómo lo percibe el lector, a mí me parece estupendo. 

M.G.- En los primeros relatos, la presencia de Dios es muy fuerte. Describes ese entorno de los gitanos evangélicos del que yo sé muy poco pero parece que tú lo conoces en profundidad, ¿no?

N.B.- Sí, lo conozco sí. Yo siempre he sentido mucho interés por la cultura gitana, me gusta mucho el flamenco, me interesa mucho la historia de los gitanos y cuando la iglesia evangélica arraigó bien en España me pareció fascinante. Hubo una temporada en la que yo fui a muchos cultos en Madrid porque, además, en la iglesia se juntaban muchos de mis intereses. Por una parte veía cómo una cultura hacía propia una fe, cómo la adaptaba a sus propias características, algo muy interesante, y luego la fe evangélica se impregnaba de la forma de vida gitana... Y fíjate que entre los evangélicos había muchos artistas. En los cultos, había muchos elementos que a mí me interesaban y por eso asistía. No sé si habrá cambiado desde entonces pero hace unos años conocía ese mundo bastante bien.

M.G.- El mundo gitano llama mucho la atención, ¿verdad? No hay más que ver esos programas de televisión que a veces emiten. 

N.B.- Sí, lo que pasa es que lo hacen de forma anecdótica.

M.G.- ¿Como si fuera un espectáculo?

N.B.- Sí, un espectáculo. Creo que rozan un poco lo grotesco. Muchos de esos programas reciben muchas críticas de las asociaciones gitanas y yo las entiendo porque muestran un aspecto que, aunque es verdad que existe, no identifica a la cultura gitana, que tantas caras tiene. Pero claro, la televisión es espectáculo, y ellos tienden a coger esa parte porque es la que nos parece más estrambótica, más llamativa,...

M.G.- En tus relatos también tocas el mundo de la droga y nos adentras en esos barrios marginales, en esos asentamientos,... Uno de los personajes es una chica universitaria de buena familia, que cae en las adicciones. Ese personaje representó para mí la vulnerabilidad de todos y me llamó la atención que eligieras un perfil así, porque cuando pensamos en drogas, se nos viene a la mente familias desestructuradas, problemas económicos,... Aunque no siempre es el caso.  

N.B.- Sí, tenemos la tendencia de vincular los problemas con los demás. La heroína y el crack son drogas, como tú comentas, de gente marginal, familias desestructuradas,... pero no es cierto. Hay consumidores de heroína y crack de todas las clases sociales y de todos los niveles culturales: catedráticos, jueces, policías, médicos,...

M.G.- Hay un personaje que me ha planteado un conflicto moral tremendo. Me refiero a Claudia, de Un puente de cristal, un relato en el que narras la convivencia de una mujer con su pareja que tiene una enfermedad tremenda y ella toma una decisión delicada. Por un lado la entendía pero por otro me decía, ¿no es un poco cruel?

N.B.- En mis relatos no he querido juzgar a ningún personaje porque puedo entender a las Claudias de este mundo. Las enfermedades crónicas producen metástasis en los afectos y hay un momento en el que la persona que está junto al enfermo no puede más porque pasa a ser una víctima, se convierte en una víctima de la víctima. Convivir con la muerte tanto tiempo produce un ambiente sofocante y hay que tener una entereza sobrehumana.

M.G.- ¿Y todas estas historias cómo se te van ocurriendo Nuria? No sé si a raíz de una noticia que lees, algo que ves,... 

N.B.- El proyecto del libro arrancó cuando yo decidí que quería escribir sobre el dolor cotidiano, no el dramón, y cómo la normalidad y el dolor cotidiano van de la mano, provocando muchos desajustes. A partir de ahí empecé con las historias y creo que la primera que escribí fue La palabra de Dios es extendida que narra la historia de Celia sometida a un trasplante de médula, y posteriormente fueron surgiendo las demás. El libro lo empecé a escribir hace dos años y la última historia que escribí fue este otoño, la de Hansel y Gretel en la T4, incluso después de haberla entregado al editor pero necesitaba incluirla para redondear la historia.

M.G.- No sé si es una impresión mía pero los primeros relatos, los cinco primeros más o menos, están llenos de contrates. 

N.B.- ¿De qué tipo?

M.G.- Por ejemplo, hablas de frío y de calor, de luz y de penumbras, de silencio y de bullicio. Es algo muy evidente. No sé si es algo intencionado.

N.B.- No, intencionado no, pero una de las mejores cosas que tiene la escritura es que los lectores te hacen llegar sus interpretaciones, sus lecturas, sus impresiones, riquísimas todas, sobre aspectos en los que tú no habías caído. Me voy a fijar en lo que me has dicho.

M.G.- Sí, sí, hazlo... Es que lo mismo hablas de ternura y dos líneas más abajo mencionas el enojo,... Cosas así. Vas jugando con una dualidad y conceptos opuestos. Y el calor también es muy significativo.

N.B.- Sí, sí,.. Eso es porque los primeros relatos transcurren en pleno verano en Madrid. Los veranos en Madrid son horribles. Es como aquí en Sevilla. Es un calor seco que te pega al asfalto y se convierte en un personaje más porque cuando las temperaturas son tan extremas pasan de ser medio ambiente a un personaje que marca mucho las acciones de los demás. 

M.G.- Es un detonante. Por ejemplo cuando describes los poblados de drogadictos, son escenas en las que el calor aprieta y sentimos el agobio en esos ambientes tan sórdidos... 

¿Y qué me dices de los desenlaces? Quedan un poco como en el limbo, ¿no?




N.B.- Como te comenté antes, todo transcurre en una zona de penumbra, donde todo no está aún perdido y esa idea queda reflejada en el final. No se sabe qué puede pasar. La literatura tiene que sugerir y debe dejar espacio al lector. Si yo pongo un final, mato la historia, y si no lo pongo, la historia sigue viva para que el lector pueda trabajar con ella, hacerla suya,...

M.G.- Ponerle final a estos personajes,... Yo le pondría final feliz a todos. 

N.B.- ¿Sí? Me encanta. ¿A todos?

M.G.- Sí, sí,... 

N.B.- Me alegra mucho. Bueno, no todas las historias tienen que tener un final malo. Por ejemplo en el relato de las niñas, ellas acaban mucho más unidas que antes, más maduras. 

M.G.- Sí, es verdad.

Vamos a cambiar de rumbo porque me interesa preguntarte algo. Sé que has escrito crítica literaria en El País y en la revista Mercurio. ¿Cómo se enfoca la crítica de un libro que no te ha gustado?

N.B.- Yo intento ser irónica. Afortunadamente, cada vez hago menos crítica. Recuerdo concretamente que tuve que hacer la crítica de un libro de Anagrama. Era El diario de C. de Catherine Millet, un libro crudísimo de su vida sexual.... 

M.G.- Yo creo que leí ese libro pero hace muchos años. 

N.B.- Este tiene entre cinco y diez años.

M.G.- Ah, pues es que yo tengo un libro de esta autora pero con otro título y trata del mismo tema pero es mucho más antiguo.

N.B.- Bueno, no sé exactamente de cuando es pero era el primero que se traducía aquí en España y recuerdo que a mí ese libro no me gustó nada. Me transmitía mucha tristeza con una actitud muy masculina, marcando los polvos que habías echado,...

M.G.- Muescas...

N.B.- Sí, sí,... No me gustó nada. Y por eso hice una critica irónica porque me parecía que era la única forma de abordar una crítica a un libro semejante, casi con burla. Es que todo era un disparate.

M.G.- Y tú que estás en los dos lados de la barrera. Cuando te hacen una crítica mala, ¿cómo la afrontas?

N.B.- Forma parte del juego. Yo escribo un libro, vuelco todo mi esfuerzo, luego lo cogen los críticos, a unos les parece maravilloso, a otros les parece deplorable y por último vienen los lectores. Creo que la crítica tiene su importancia para un autor pero no puede determinar ni tu trabajo, ni tus proyectos, ni tu escritura,... 

M.G.- No creo que este libro vaya a dejar indiferente a nadie.

N.B.- Yo tampoco, la verdad.

M.G.- Muy bien Nuria, lo vamos a dejar aquí. Espero que tengas mucha suerte con el libro y que todo vaya genial.

N.B.- Muchas gracias.


Y así transcurrió la entrevista con Nuria Barrios. Espero que os haya resultado interesante.





LA TERCERA VERSIÓN de Antonio Manzanera.

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Editorial: Umbriel.
Fecha publicación: Octubre, 2014.
Nº Páginas: 320.
Precio: 16,50 €
Género: Novela negra.
Edición: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-92915-51-4
[Disponible en ebook; 
lee el primer capítulo aquí]

Autor

Antonio Manzanera (Murcia, 1974) es doctor en Economía, MBA y un apasionado del empredimiento. Autor de los libros Finanzas para emprendedores, Los diez mandamiento del emprendedor, su vida profesional ha transcurrido como economista en el sector privado y en el público. Después de residir durante varios años en distintos países regresó a España, donde reparte su tiempo libre entre la familia, la ayuda a jóvenes emprendedores y la novela de intriga

La tercera versión es su tercera novela, después de El informe Müller y La suave superficie de la culata. Además de una próxima novela pendiente de publicación, Manzanera ha incursionado en el teatro. 

Sinopsis

En agosto de 1985, durante los estertores finales de la Guerra Fría, un coronel del KGB llamado Vitaly Yurchenko se presenta en la embajada de los Estados Unidos en Roma afirmando que desea desertar. Para la CIA es un regalo del cielo: Yurchenko es el oficial de más alta graduación del KGB que hasta entonces cae en sus manos. De inmediato, lo conducen a Washington en un vuelo fantasma. Pero, tres meses más tarde, Yurchenko elude la vigilancia de la CIA y se presenta en la embajada soviética de Washington aduciendo que quiere regresar a Moscú.

El caso desorienta a todos los servicios de inteligencia. Los norteamericanos creen que no habían sabido tratar adecuadamente al coronel, y por ello éste había decidido regresar a casa. La versión soviética, en cambio, es que Yurchenko era un desertor falso enviado para engañar a la CIA.

En La tercera versión, Antonio Manzanera, autor de los best-sellers El informe Müller y La suave superficie de la culata, vuelve a demostrar su profundo conocimiento del mundo del espionaje internacional con una documentadísima novela que arroja luz sobre el último gran misterio de la guerra fría, a la vez que arriesga, desde la ficción, una hipótesis plausible sobre lo que realmente ocurrió con el enigmático coronel del KGB.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Hace algunos meses fueron varios los blogs que reseñaron la novela de la que os hablo hoy, La tercera versión de Antonio Manzanera. Aquellas reseñas hablaban de fugas, espías,CIA, KGB, hechos reales,... Me parecieron argumentos más que suficientes para interesarme por este libro, así que reorganicé un tanto mis lecturas y me puse a ello. El resultado no ha podido ser más satisfactorio.

Impactante novela la que acabo de leer. Impactante tanto por su contenido como por la manera de estar escrito. Impactante por el estado de tensión e intriga en el que me ha sumergido desde la primera hasta la última página, donde se siguen sucediendo los acontecimientos… Antonio Manzanera ha hilvanado una historia que bien merecería la pena llevar al celuloide, al menos para los que nos gustan las historias de espías, intrigas políticas, servicios de inteligencia, los contraespionajes…

Desde mi ignorancia he de reconocer que no conocía este episodio histórico, incluso pensé que todo podía ser fruto de la imaginación del autor, pero no, resulta que fue real, lo cual aun me ha hecho zambullirme más en la trama y disfrutar más de ella. Ya sabéis de mi gusto por las novelas basadas en hechos reales.

Para situarnos y saber qué nos vamos a encontrar en sus páginas, debemos retroceder a un contexto histórico fascinante. Para los que tenemos una edad, recordaremos esa época como los últimos momentos de la guerra fría, con Ronald Reagan en la presidencia de los Estados Unidos, y Mijaíl Gorbachov como figura emergente en la extinta Unión Soviética. En ese tablero político, estratégico y militar, el papel de espías, confidentes y desertores era fundamental para cualquiera de estas dos superpotencias, en esa carrera por ir delante del adversario en cuanto a avances tecnológicos y supremacía militar. Un auténtico movimiento sísmico fue el que se vivió cuando, en agosto de 1985, uno de estos desertores fue nada más y nada menos que un coronel del KGB, el servicio secreto soviético, el oficial de más alta graduación que hasta entonces lo hacía. Para la CIA, el hecho que Vitaly Yurchenko se pasara al bando estadounidense suponía mucho más que el gordo de la lotería, era darle a tu enemigo en donde más podía dolerle y dejarle noqueado.


Vitaly Yurchenko

Y a partir de este acontecimiento, Antonio Manzanera abre juego, y estructura la novela en varias partes, que él denomina versiones. Así, nos encontramos un preludio, y una primera, segunda y tercera versión de este suceso. Lógicamente, según quién lo cuente cambia el guión, y el efecto es como si al lector se le dejara elegir cuál pudo ser en realidad la verdad, cómo fue realmente la historia de esta deserción y sus verdaderos motivos. Normalmente, cuando uno se pasaba al otro bando lo hacía por motivos económicos -se vendía la información que al enemigo le podía interesar-, pero con Yurchenko se abre el abanico de causas, pues pudo haber además una mezcla de otros sentimientos: el sentirse ninguneado en su país, el deseo de huir con su amante,… Como decía antes, de todas las posibles hipótesis que se nos muestran podríamos quedarnos con la que consideráramos la más plausible.

Tanto en el preludio, como en las restantes partes/versiones, el mismo suceso es narrado o contado por distintos protagonistas. En todos ellos, se ve la gran labor de documentación que ha debido desarrollar el autor y el gran conocimiento del espionaje que debe atesorar. Así, comenzará el preludio con la versión de uno de los protagonistas, Edgard Lee Howard (ex agente de la CIA); en la primera versión será el agente especial  del FBI David J. Miller (uno de los encargados de la custodia del coronel soviético en suelo americano) el encargado de contarnos su historia; la segunda versión es la transcripción de los interrogatorios a los que fue sometido el ex agente de la CIA Aldrich H. Ames por parte del comité de investigación del Senado de los EE.UU.; y la tercera es fruto de un informe elaborado por los propios soviéticos, y del que Antonio nos indica cómo adquirió dicho documento. ¿No me digáis que no resulta interesante? Me imagino al autor negociando la compra de ese documento con información valiosísima. Como veis, son varios los puntos de vista que se ofrecen (FBI, CIA, soviéticos,...) y esto es algo que siempre me ha gustado en una novela porque, de este modo, el lector tiene acceso a todos los ángulos y puede hacerse una idea más completa de los hechos narrados.

El estilo narrativo no puede ser más original. Tanto el preludio como la primera versión están escritos en primera persona. La segunda es muy original pues está narrada en formato de interrogatorio, con continuos flashbacks,  las escenas se recuerdan como en formato cinematográfico. Y la última versión está narrada en tercera persona. Todo ello da a la novela gran dinamismo y no te permite cansarte de ella, ya que los cambios de tempos te sacuden y te mantienen despierta. A todo ello se une un lenguaje sencillo amenizado con una fuerte carga de diálogo.

Sin querer desvelarlo, aunque la Historia está ahí para quien quiera conocerla, el final de la aventura de Yurchenko es, cuanto menos, increíble: cómo, con todo el revuelo que se montó, se puso punto y final a esta deserción y se quiso colorear esta enigmática deserción. Además, el autor, en su nota final nos desgrana cómo acabaron todos los principales protagonistas de esta historia.Él mismo desconoce qué es del coronel hoy en día, incluso si continúa con vida o no. Hay quien asegura que si visitaras Moscú te lo puedes encontrar mendigando por sus calles.

En definitiva, un gran libro de espías y contraespías, con suspense, intriga y gran tensión, muy bien documentado y narrado, con final que no acaba en la última página del libro pues te queda la inquietud y la duda de qué fue lo que ocurrió realmente. Y es que, como dice uno de los principales actores, «en el juego del espionaje cada uno tiene sus versiones […] La realidad nunca se conoce, porque la versión de cada uno cambia toda la historia». 



[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]


Retos:

- 25 españoles
- Sumando 2015.
- 100 libros.



Puedes adquirirlo en:

SORTEO "EL ALMIRANTE MEDIOHOMBRE".

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Hoy vengo con un sorteo que puede gustar a los amantes de la novela histórica. Se trata de la novela de Fernando de Artacho, El almirante Mediohombre, un libro que recibí por duplicado por parte de la editorial y del que os hablé la semana pasada (puedes ver la reseña aquí).

[Para copiar el banner hacer clic aquí]

Para no complicar mucho las cosas el único requisito obligatorio es ser seguidor del blog(+5 puntos). Dejar enlace en los comentarios.

Opcionalmente podréis conseguir +2 puntos adicionales si dais publicidad al sorteo en las redes sociales o en vuestros blogs (+2 por cada anuncio). Y si te llevas el banner, +2 puntos adicionales más. Dejar en enlace en los comentarios.

Tenéis de plazo para apuntaros al sorteo hasta el próximo 24 de marzo. El ganador lo decidirá Random.org y yo seré la encargada de enviar la novela. 


EXODUS: DIOSES Y REYES (BÍBLICA - 2014).

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Año: 2014

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Ridley Scott.

Reparto: Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturo, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshiffteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet, Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco, Ghassan Massoud.

Género: Bíblica.

Sinopsis: Narra la historia de Moisés, un hombre de extraordinario valor que desafió al faraón Ramsés y liberó a 600.000 esclavos, que protagonizaron una épica y peligrosa huida a través de Egipto en busca de la Tierra Prometida.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Creo que todos conocemos la historia de Moisés, el joven hebreo que por instancia de Dios,  liberó a su pueblo de la esclavitud y la opresión ejercida por los egipcios durante 400 años. Primeramente, el faraón se negó en rotundo a dejar marchar a sus esclavos por lo que Dios decidió castigar a los egipcios enviando plagas que destruyeran sus cosechas, pudrieran a sus animales, envenenaran sus aguas e incluso matara a sus primogénitos. Tras una desgracia tras otra, el faraón accede a liberar a los hebreos quienes ponen rumbo a Canaán guiados por Moisés.

Si no es por la lectura de la Biblia o por aquellas clases de religión que recibíamos en el colegio, la mayoría de nosotros conoceremos la historia por aquella versión de Cecil B. DeMille, Los diez mandamientos, dirigida en 1956 e interpretada por Charlton Heston, una superproducción que obtuvo un Oscar a los Mejores Efectos Visuales y que, hipotéticamente, novelaba los acontecimientos recogidos en el Exodo, el segundo libro del Antiguo Testamento.

 

Los más pequeños seguro que conocerán la vida de Moisés por la película de animación, El príncipe de Egipto, que a pesar de ser infantil, refleja muy bien buena parte de lo que se narra en la Biblia y por lo tanto, dicho sea de paso, no es nada desdeñable. Pero hay más versiones y series de televisión de distinta nacionalidad.

Exodus: Dioses y Reyes de Ridley Scott, es una versión más. Quizás, sería mejor decir que es un remake de Los diez mandamientos, que, por desgracia, se queda corto y no supera a su antecesora ni por asomo. Pero es que además, se ha podado demasiado el argumento,eliminando escenas que le restan fuerza al guión. En cualquier caso hay que decir que tanto en una película como en otra hay notables diferencias con respecto al texto sagrado. Leído el Exodo, texto en el que se basan estas películas, hay que advertir que no se recoge ninguna profecía que hablara de un libertador de los esclavos. Lo que se menciona es que el pueblo israelita se multiplicaba muy rápidamente y por lo tanto se volvió muy poderoso, superando en número a los propios egipcios. Por temor a una rebelión, el faraón ordenó a las parteras lanzar al río a todos los nacidos varón, dejando con vida a las hembras. Pero las parteras desobedecieron la orden recibida.

Según se entiende, o al menos eso es lo que yo deduzco, Moisés fue criado por la hija del faraón pero siempre supo que era hebreo. 


«En aquellos días, cuando Moisés ya fue mayor, fue a visitar a sus hermanos, y comprobó sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio golpeaba a un hebreo, a uno de sus hermanos.  Miró a uno y otro lado, y no viendo a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena». [Ex, 2-11 y 2-12]

Por temor a ser condenado a muerte por este hecho, Moisés huyó hacia Madián, donde conoció a Jetró y a sus siete hijas, entre las que figura Séfora, con la que se casó y tuvo un hijo, Guersom. Con ella y con su familia vivió largos años.

Cuando Moisés regresa a Egipto tras recibir las instrucciones de Dios, lo hace con su mujer y su hijo. Y en las ocasiones que tuvo audiencia con el faraón para pedirle que liberara al pueblo, no fue el interlocutor pues alegando que tenía poco poder de oratoria, Dios le encomendó tal misión a su hermano, Aaron. Ambos se presentaban ante el faraón, contando Moisés con 80 años y su hermano Aaron 83, siendo este último quien manifestaba los deseos de Dios. 

En total no fueron siete plagas sino diez. En ningún caso, las desgracias afectaban al pueblo hebreo que vivía en Gosen. El faraón jugaba a engañar a Moisés, prometiendo con cada plaga, dejar marchar al pueblo. Tras lo cual, Moisés solicitaba a Dios que cesara la desgracia, pero una vez que todo había vuelto a su cauce, el faraón daba marcha atrás e incumplía su promesa. Así una y otra vez, con cada plaga, hasta que con la muerte de su primogénito terminó por acceder.

Así pues, no todo lo que recoge la Biblia se narra en estas películas. Los guiones se amoldan a conveniencia, se adaptan, se omiten detalles, se añaden otros,... Todo con tal de recrear una historia que, en algunos pasajes, se aparta de la realidad.

El guión de Exodus se acerca al que ya vimos en Los diez mandamientos pero, como dije antes, elimina de un plumazo escenas fuertes y poderosas que le quitan parte de la intensidad al argumento.  Me refiero a todos los prodigios que Moisés realiza con su cayado, artilugio mágico que en la peli de Scott no deja de ser más que una simple vara.  Para colmo, en Exodus nos perdemos esa magnífica actuación de Charlton Heston separando las aguas del Mar Rojo, algo que en Exodus se muestra de manera descafeínada. 




Visualmente es interesante. Aunque os digo una cosa, la película de DeMille contaría con bastante menos presupuesto que esta y muchos menos recursos y en comparación con Exodus no está mal. Es cierto que las escenas de batalla y aquellas que muestran las consecuencias de las plagas están bien rodadas y son muy creíbles. También hay mucha profundidad en los planos con 4.000 extras, que se multiplican como los panes y los peces hasta convertirse en legión, los decorados están muy bien conseguidos. Nos parece estar viendo auténticas ciudades egipcias. Pero en cuanto al vestuario, el de aquella película no tiene nada que envidiarle al de esta. 


Respecto al reparto, Christian Bale (Moisés) se salva, de egipcio y de hebreo. En algunos momentos nos hace sentir su pesadumbre y desolación cuando se siente abandonado por Dios pero es inevitable compararlo con Charlton Heston (palabras mayores) y en la comparación Bale sale perdiendo. Heston era mucho Heston y el poder que desprendió en aquella película es difícilmente igualable. 

Lo mismo ocurre con Joel Edgerton (Ramsés), un papel que salvo por el maquillaje y por el brillo de sus ropajes deja mucho que desear. Incluso en el momento más trágico de su vida, cuando descubre que su hijo a muerto, no transmite absolutamente nada. Imposible equipararlo con Yul Brynner que cada vez que abría la boca templaba Egipto entero.




Pero si algo me ha dado rabia de verdad es comprobar lo desaprovechados que están Sigourney Weaver y Ben Kingsley, especialmente este último. Apenas tienen presencia. Hubiera estado bien destacar mucho más la maldad de Weaver en el papel de madre de Ramsés que ve como la sucesión de su hijo al trono de Egipto está en peligro. Y no digamos ya con Kingsley, interpretando al anciano Nun, del que apenas vemos un par de primeros planos. Una pena. 

¿Y por qué Dios se presenta ante Moisés como un niño?¿Por qué materializar en forma humana su divinidad? Mientras el Dios de DeMille posee una voz dulce que habla a Moisés con mimo y cariño, el de Scott es un Dios vengativo y cruel, al que no le importa hacer sufrir al propio pueblo hebreo con tal de conseguir lo que se propone. En este sentido sí se acerca más al que aparece en las Escrituras, aunque como dije antes, los hebreos jamás sufrieron las consecuencias de las plagas. Dios lanzó su furia y su rabia contra el pueblo egipcio y su faraón, por no acatar sus órdenes y en este largometraje lo vemos colérico y cruel, enfrentándose al propio Moisés y este, a su vez, a Él. Pero lo que me ha chirriado totalmente es ver cómo Dios le prepara una infusión a Moisés mientras este cincela las Tablas de la Ley. Una escena extraña que me ha chocado. 

Por último, desconocía que en esta superproducción apareciera María Valverde en el papel de Séfora, la esposa de Moisés. No tiene mucho texto porque de la vida de Moisés junto a la hija de Jetró se muestra lo sucinto pero lo poco que sale resulta convincente.

Sobre otros aspectos, la banda sonora no está mal, la fotografía es bonita en algunas escenas, y las localizaciones, por si no lo sabéis, se sitúan en Almería y las Islas Canarias. En este vídeo se os explica.





En definitiva, mirando una y otra, si me paro a comparar tengo que reconocer que me esperaba mucho más de este largometraje de Scott, tan maravilloso en Gladiator, por ejemplo, y tan aburrido en Prometheus, por ejemplo. Más allá de esos aspectos negativos que he comentado, la película se deja ver pero si tengo que ser sincera, me quedo con Los diez mandamientos y su escasos recursos de 1956 o ya puestos, con los dibujitos de Dreamwork en El príncipe de Egipto. 




«En la batalla, un guía será salvado 
y su salvador algún día será el que guíe».






[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

CESE DE ACTIVIDAD POR PASO DE COFRADÍAS.

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¡¡Buenos días!! La entrada de hoy es a título informativo para comunicaros que a partir de mañana (Domingo de Ramos) me voy a tomar un breve descanso para disfrutar de la Semana Santa. Ya sabéis que en Sevilla se vive de manera muy intensa y dado que este rincón está en constante ebullición, este año, y a diferencia de los anteriores, he decidido frenar y descansar. 

No sé si dejaré programada alguna entrada. De momento, mañana saldrá el nombre del ganador del sorteo que tengo pendiente de resolver y, salvo que llueva a cántaros y no salga ninguna hermandad, no creo que publique nada más. 

Aprovecharé los momentos libres para seguir leyendo (tengo faena para unos cuantos lustros) y me pasaré brevemente por vuestros blogs para ver qué se cuece.

Espero que paséis una semana estupenda. ¡¡Nos vemos el próximo 6 de abril!!



[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]


GANADOR SORTEO "EL ALMIRANTE MEDIOHOMBRE".

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¡¡Buenos días!! Antes de adentrarnos más en la Semana Santa, procedo a resolver el sorteo. Ya sabéis que el ganador o ganadora se llevará a casa un ejemplar de la novela histórica El almirante Mediohombre de Fernando de Artacho. A continuación tenéis la lista de participantes definitiva y sus correspondientes números.


ParticipantesPuntosNúmeros
Agniezka5 puntos1-5
Lady Aliena (*)9 puntos6-14
Manuela9 puntos15-23
Maribel (Vanedis)5 puntos24-28
Martiti9 puntos29-37
Jessica Rodríguez11 puntos38-48
Rmaria Camacho9 puntos49-57
Ángeles Arca5 puntos58-62
Isaura BP13 puntos63-75
Rosa Cortina7 puntos76-82
Porlomenix13 puntos83-95
Lunilla9 puntos96-104
Elenusqui7 puntos105-111
Libros Eris15 puntos112-126
Maidafeni5 puntos127-131
Kelika15 puntos132-146
Ángela León13 puntos147-159
Teresa7 puntos160-166
Rocío11 puntos167-177
Lourdes ILGR9 puntos178-186


Y el ganador es....

¡¡Ángela León!!

¡¡Felicidades!! Mándame tus datos postales a booksandcompanies@gmail.com. Recuerda que tienes de plazo hasta el mismo miércoles para reclamar tu premio. Pasado dicho plazo, volveré a realizar el sorteo.

Muchas gracias a los demás por participar y que paséis una feliz Semana Santa.


SORTEO "EL ALMIRANTE MEDIOHOMBRE".

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Hoy vengo con un sorteo que puede gustar a los amantes de la novela histórica. Se trata de la novela de Fernando de Artacho, El almirante Mediohombre, un libro que recibí por duplicado por parte de la editorial y del que os hablé la semana pasada (puedes ver la reseña aquí).

[Para copiar el banner hacer clic aquí]

Para no complicar mucho las cosas el único requisito obligatorio es ser seguidor del blog(+5 puntos). Dejar enlace en los comentarios.

Opcionalmente podréis conseguir +2 puntos adicionales si dais publicidad al sorteo en las redes sociales o en vuestros blogs (+2 por cada anuncio). Y si te llevas el banner, +2 puntos adicionales más. Dejar en enlace en los comentarios.

Tenéis de plazo para apuntaros al sorteo hasta el próximo 24 de marzo. El ganador lo decidirá Random.org y yo seré la encargada de enviar la novela. 


EXODUS: DIOSES Y REYES (BÍBLICA - 2014).

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Año: 2014

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Ridley Scott.

Reparto: Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturo, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshiffteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet, Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco, Ghassan Massoud.

Género: Bíblica.

Sinopsis: Narra la historia de Moisés, un hombre de extraordinario valor que desafió al faraón Ramsés y liberó a 600.000 esclavos, que protagonizaron una épica y peligrosa huida a través de Egipto en busca de la Tierra Prometida.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Creo que todos conocemos la historia de Moisés, el joven hebreo que por instancia de Dios,  liberó a su pueblo de la esclavitud y la opresión ejercida por los egipcios durante 400 años. Primeramente, el faraón se negó en rotundo a dejar marchar a sus esclavos por lo que Dios decidió castigar a los egipcios enviando plagas que destruyeran sus cosechas, pudrieran a sus animales, envenenaran sus aguas e incluso matara a sus primogénitos. Tras una desgracia tras otra, el faraón accede a liberar a los hebreos quienes ponen rumbo a Canaán guiados por Moisés.

Si no es por la lectura de la Biblia o por aquellas clases de religión que recibíamos en el colegio, la mayoría de nosotros conoceremos la historia por aquella versión de Cecil B. DeMille, Los diez mandamientos, dirigida en 1956 e interpretada por Charlton Heston, una superproducción que obtuvo un Oscar a los Mejores Efectos Visuales y que, hipotéticamente, novelaba los acontecimientos recogidos en el Exodo, el segundo libro del Antiguo Testamento.

 

Los más pequeños seguro que conocerán la vida de Moisés por la película de animación, El príncipe de Egipto, que a pesar de ser infantil, refleja muy bien buena parte de lo que se narra en la Biblia y por lo tanto, dicho sea de paso, no es nada desdeñable. Pero hay más versiones y series de televisión de distinta nacionalidad.

Exodus: Dioses y Reyes de Ridley Scott, es una versión más. Quizás, sería mejor decir que es un remake de Los diez mandamientos, que, por desgracia, se queda corto y no supera a su antecesora ni por asomo. Pero es que además, se ha podado demasiado el argumento,eliminando escenas que le restan fuerza al guión. En cualquier caso hay que decir que tanto en una película como en otra hay notables diferencias con respecto al texto sagrado. Leído el Exodo, texto en el que se basan estas películas, hay que advertir que no se recoge ninguna profecía que hablara de un libertador de los esclavos. Lo que se menciona es que el pueblo israelita se multiplicaba muy rápidamente y por lo tanto se volvió muy poderoso, superando en número a los propios egipcios. Por temor a una rebelión, el faraón ordenó a las parteras lanzar al río a todos los nacidos varón, dejando con vida a las hembras. Pero las parteras desobedecieron la orden recibida.

Según se entiende, o al menos eso es lo que yo deduzco, Moisés fue criado por la hija del faraón pero siempre supo que era hebreo. 


«En aquellos días, cuando Moisés ya fue mayor, fue a visitar a sus hermanos, y comprobó sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio golpeaba a un hebreo, a uno de sus hermanos.  Miró a uno y otro lado, y no viendo a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena». [Ex, 2-11 y 2-12]

Por temor a ser condenado a muerte por este hecho, Moisés huyó hacia Madián, donde conoció a Jetró y a sus siete hijas, entre las que figura Séfora, con la que se casó y tuvo un hijo, Guersom. Con ella y con su familia vivió largos años.

Cuando Moisés regresa a Egipto tras recibir las instrucciones de Dios, lo hace con su mujer y su hijo. Y en las ocasiones que tuvo audiencia con el faraón para pedirle que liberara al pueblo, no fue el interlocutor pues alegando que tenía poco poder de oratoria, Dios le encomendó tal misión a su hermano, Aaron. Ambos se presentaban ante el faraón, contando Moisés con 80 años y su hermano Aaron 83, siendo este último quien manifestaba los deseos de Dios. 

En total no fueron siete plagas sino diez. En ningún caso, las desgracias afectaban al pueblo hebreo que vivía en Gosen. El faraón jugaba a engañar a Moisés, prometiendo con cada plaga, dejar marchar al pueblo. Tras lo cual, Moisés solicitaba a Dios que cesara la desgracia, pero una vez que todo había vuelto a su cauce, el faraón daba marcha atrás e incumplía su promesa. Así una y otra vez, con cada plaga, hasta que con la muerte de su primogénito terminó por acceder.

Así pues, no todo lo que recoge la Biblia se narra en estas películas. Los guiones se amoldan a conveniencia, se adaptan, se omiten detalles, se añaden otros,... Todo con tal de recrear una historia que, en algunos pasajes, se aparta de la realidad.

El guión de Exodus se acerca al que ya vimos en Los diez mandamientos pero, como dije antes, elimina de un plumazo escenas fuertes y poderosas que le quitan parte de la intensidad al argumento.  Me refiero a todos los prodigios que Moisés realiza con su cayado, artilugio mágico que en la peli de Scott no deja de ser más que una simple vara.  Para colmo, en Exodus nos perdemos esa magnífica actuación de Charlton Heston separando las aguas del Mar Rojo, algo que en Exodus se muestra de manera descafeínada. 




Visualmente es interesante. Aunque os digo una cosa, la película de DeMille contaría con bastante menos presupuesto que esta y muchos menos recursos y en comparación con Exodus no está mal. Es cierto que las escenas de batalla y aquellas que muestran las consecuencias de las plagas están bien rodadas y son muy creíbles. También hay mucha profundidad en los planos con 4.000 extras, que se multiplican como los panes y los peces hasta convertirse en legión, los decorados están muy bien conseguidos. Nos parece estar viendo auténticas ciudades egipcias. Pero en cuanto al vestuario, el de aquella película no tiene nada que envidiarle al de esta. 


Respecto al reparto, Christian Bale (Moisés) se salva, de egipcio y de hebreo. En algunos momentos nos hace sentir su pesadumbre y desolación cuando se siente abandonado por Dios pero es inevitable compararlo con Charlton Heston (palabras mayores) y en la comparación Bale sale perdiendo. Heston era mucho Heston y el poder que desprendió en aquella película es difícilmente igualable. 

Lo mismo ocurre con Joel Edgerton (Ramsés), un papel que salvo por el maquillaje y por el brillo de sus ropajes deja mucho que desear. Incluso en el momento más trágico de su vida, cuando descubre que su hijo a muerto, no transmite absolutamente nada. Imposible equipararlo con Yul Brynner que cada vez que abría la boca templaba Egipto entero.




Pero si algo me ha dado rabia de verdad es comprobar lo desaprovechados que están Sigourney Weaver y Ben Kingsley, especialmente este último. Apenas tienen presencia. Hubiera estado bien destacar mucho más la maldad de Weaver en el papel de madre de Ramsés que ve como la sucesión de su hijo al trono de Egipto está en peligro. Y no digamos ya con Kingsley, interpretando al anciano Nun, del que apenas vemos un par de primeros planos. Una pena. 

¿Y por qué Dios se presenta ante Moisés como un niño?¿Por qué materializar en forma humana su divinidad? Mientras el Dios de DeMille posee una voz dulce que habla a Moisés con mimo y cariño, el de Scott es un Dios vengativo y cruel, al que no le importa hacer sufrir al propio pueblo hebreo con tal de conseguir lo que se propone. En este sentido sí se acerca más al que aparece en las Escrituras, aunque como dije antes, los hebreos jamás sufrieron las consecuencias de las plagas. Dios lanzó su furia y su rabia contra el pueblo egipcio y su faraón, por no acatar sus órdenes y en este largometraje lo vemos colérico y cruel, enfrentándose al propio Moisés y este, a su vez, a Él. Pero lo que me ha chirriado totalmente es ver cómo Dios le prepara una infusión a Moisés mientras este cincela las Tablas de la Ley. Una escena extraña que me ha chocado. 

Por último, desconocía que en esta superproducción apareciera María Valverde en el papel de Séfora, la esposa de Moisés. No tiene mucho texto porque de la vida de Moisés junto a la hija de Jetró se muestra lo sucinto pero lo poco que sale resulta convincente.

Sobre otros aspectos, la banda sonora no está mal, la fotografía es bonita en algunas escenas, y las localizaciones, por si no lo sabéis, se sitúan en Almería y las Islas Canarias. En este vídeo se os explica.





En definitiva, mirando una y otra, si me paro a comparar tengo que reconocer que me esperaba mucho más de este largometraje de Scott, tan maravilloso en Gladiator, por ejemplo, y tan aburrido en Prometheus, por ejemplo. Más allá de esos aspectos negativos que he comentado, la película se deja ver pero si tengo que ser sincera, me quedo con Los diez mandamientos y su escasos recursos de 1956 o ya puestos, con los dibujitos de Dreamwork en El príncipe de Egipto. 




«En la batalla, un guía será salvado 
y su salvador algún día será el que guíe».






[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

KHÏMERA de César Pérez Gellida.

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Editorial: Suma de letras.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Páginas: 536.
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa.
Edición: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 978-84-8365-839-0
[Disponible en ebook; 
lee el primer capítulo aquí]

Autor

César Pérez Gellida nació en Valladolid en 1974. Es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y máster en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual hasta que, 2011, decidió trasladarse con su familia a Madrid para dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor.

César Pérez Gellida irrumpió con fuerza en el mundo editorial con Memento mori, que cosechó grandes éxitos tanto de ventas como de crítica y obtuvo el premio Racimo de literatura 2012. Constituía la primera parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, que continuó con Dies irae y se cerró con Consummatum est y por la cual le fue otorgada la Medalla de Honor de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses 2014 como reconocimiento a su ardua labor de documentación. En noviembre de 204 le otorgaron el Premio Piñón de Oro como vallisoletano ilustre. Actualmente sigue escribiendo novelas y colabora como columnista en El Norte de Castilla.

Sinopsis

2054. Tras la Guerra de Devastación Global, la realidad social y geopolítica ha cambiado rotundamente. Los viejos conceptos de la democracia y el capitalismo han sido enterrados por las corrientes transumanistas y la tecnofagia. El poder se concentra en manos de las grandes corporaciones, sin embargo todavía queda un cabo suelto, un molesto inconveniente que se escapa de las afilidas uñas de la Asambles: Khimera.

En la arriesgada búsqueda de un enigmático personaje conocido como el bogatyr -héroe para algunos y villano para otros-, están puestas las últimas esperanzas de aquellos que luchan para lograr que el mundo cambie para siempre.

César Pérez Gellida, autor de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, éxito absoluto de crítica y ventas en el último año, vuelve a la narrativa sobrepasando todas nuestras expectativas y rompiendo sus propios cánones con un relato que estilísticamente recuerda a la habilidad creativa de J.R.R. Tolkien y a la maestría visionaria de George Orwell o William Blake. Una reinvención del thriller literario al más puro estilo Gellida que algunos ya han calificado de obra maestra.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Comienzo esta reseña entonando el «Yo confieso». Tras la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, cuya lectura me dejó encantada, o mejor dicho, nos gustó a todos tanto, el argumento de Khïmera no me atraía absolutamente nada. Por algún blog habré dejado más de un comentario manifestando mi poca afinidad con las distopías o por cualquier argumento que me condujera a un futuro en el que la tecnología y los avances terminaran por marearme. Pero fui leyendo opiniones, positivas todas ellas, y alguna que otra entrevista, y mis reticencias empezaron a bajar un poquito la guardia. Aún así, no las tenía todas conmigo. No obstante, quiso el destino que Sevilla figurara entre las ciudades de la ruta promocional de Khïmera y el libro llegó a mis manos. Una rápida ojeada me permitió comprobar el sumo cuidado con el que esta novela, la cuarta del autor, ha sido editada. Es elegante y sobria, especialmente si prescindimos de la sobrecubierta. Pero un libro no es solo fachada. Ha de tener una buena comunidad de vecinos lo suficientemente interesante como para que sienta deseo por conocer qué se cuece en su interior. Solo había una forma de comprobarlo. Abrí el libro y comencé a leer. 

En el prólogo, encargado esta vez a Noberto López Amado, director y productor de cine, se nos habla de un «meticuloso y perturbador rompecabezas»«un concienzudo trabajo de documentación, estudio y análisis» para que la información no se nos atragante. Sin duda y después de haber leído hasta los créditos de esta obra casi audiovisual, no puedo estar más de acuerdo. 


Koshchey el Inmortal
Koshchey el Inmortal por Ivan Bilibin, 1901
A modo introductorio, y en una sección a la que César Pérez Gellida, ha titulado Preludio (de la estructura de la novela hablaremos más adelante), el autor toma de la mitología eslava una peculiar leyenda, la del Koschéi Bessmertnii que nos habla sobre la lucha entre el bien y el mal. A partir de ahí, desarrollará un argumento que se inicia en el año 2037 para posteriormente dar un salto temporal al año 2054.

El mundo creado por César Pérez Gellida dista mucho del que conocemos hoy aunque apenas nos separen inicialmente una veintena de años. El grafeno, existente ya en nuestros días, será un material clave, de uso común, en una época en la que las comunicaciones fluyen a un ritmo mucho más vertiginoso que en los momentos actuales. El deseo de poder y la lucha entre las potencias por la supremacía seguirá especialmente candente hasta llegar un punto en el que el globo terráqueo se reparte entre las manos de tres grandes grupos: la Unión de Naciones Libres, la Alianza islámica y el Bloque asiático, tal y como figura en el mapa inferior.



Pero ¿por qué conformarte con un trozo de pastel cuando puedes tener la tarta entera? Y en la lucha por ganar más y más territorio, por un lado, jugará un papel crucial una sustancia mortal y daniña, el gas Margaritka, que mata a millones de seres humanos o bien provoca terribles mutaciones genéticas y por otro, Khïmera Proyekta«un programa diseñado por los  servicios de inteligencia rusos a finales de los años treinta con la finalidad de crear una red de agentes polivalentes con la inestimable ayuda de la biomedicina y la tecnología»[pág. 179] que intenta evitar a toda costa la destrucción de nuestro mundo, cada vez más deteriorado en manos de los poderosos, a la vez que intentan conseguir un antídoto contra los efectos nocivos del gas. Y vinculado a este proyecto, será de vital importancia localizar al último bogatyr(caballero medieval protagonista de los cuentos de la mitología eslava), el último superviviente de un selecto grupo de agentes superdotados artificialmente. Son muchos los que lo buscan por motivos muy distintos, pero mejor no desvelar nada más.

En Khïmera el lector asistirá, atónito e impresionado, a un mundo en perpetuo cambio donde los países entran en guerra de diversa índole hasta que en 2054 la situación llega a extremos límites, con nuevas ciudades construidas sobre las ruinas de las que conocemos hoy, estructuradas en anillos concéntricos donde la población, controlada en todo momento y dividida en cuatro categorías diferentes en función de su estatus y con más o menos privilegios, intentan sobrevivir. Aquellos que tienen poder suficiente, pueden alargar su vida y su capacidad cerebral por medio de intrincadas técnicas médicas. Los que carecen de recursos tienen sus días contados. Y alejado de los núcleos habitados por los seres humanos, tres grandes zonas de exclusión en las que resulta muy peligroso adentrarse. 

En su nueva novela, César Pérez Gellida nos invita a recorrer de una punta a otra todo el globo terráqueo, en una trama que tiene más de thriller que de distopía, con venganzas, muertes, espías y estratagemas que salpican las quinientas treinta y seis páginas de la novela. Y llegaremos a un desenlace lleno de sorpresas que supondrá un buen mazazo para el lector por lo inesperado. Al menos, en lo que a mí respecta, me cogió totalmente desprevenida y no puedo más que claudicar ante el autor que posee, a mi juicio, una habilidad asombrosa por establecer conexiones totalmente creíbles y coherentes entre los numerosos personajes que circulan por estas páginas. 

Es cierto que los primeros capítulos requieren un cierto esfuerzo por parte del lector para poder componer en nuestra mente el mundo que César ha creado en esta novela. En mi caso particular me vi obligada a ir rellenado páginas y páginas con multitud de datos y conexiones entre personajes para no despistarme pero mis anotaciones me fueron realmente útiles. Esta dificultad inicial es algo que el propio autor reconoce pero también os diré que, una vez que alcancemos a vislumbrar con cierta nitidez la imagen de la situación de arranque que el autor dibuja, el argumento avanza de manera más fluida. Y para no perdernos mucho en esos capítulos iniciales, yo os recomiendo acudir con frecuencia a los mapas que se incluyen en el final de la novela (uno de ellos es el que figura más arriba pero hay dos más, que demuestran una vez más la capacidad creativa del autor). Igualmente, se hace necesario recurrir al anexo que también figura al final y que relaciona la cronología bélica aportando también información sobre los acontecimientos previos. Son dos recursos realmente importantes y muy útil por lo que yo os aconsejo tenerlos siempre en cuenta. 

Por otro lado, os podréis imaginar que en un argumento que transcurre en el futuro se hace referencia a multitud de términos que nos pueden resultar desconocidos tales como nanófonos cocleares, UAT, DOM, nanobots de revitalización,... No hay cuidado. Aunque no se explican detalladamente, el contexto nos ayuda mucho a entenderlo todo a la perfección.

¿Se parecerá mucho el mundo de Khïmera al que nos espera en el futuro? Obviamente, muchos de los avances tecnológicos que se describen en la novela son bastante creíbles y probablemente no esté tan lejos el momento de su implantación pero más allá de todo el despliegue de tecnología, el lector no podrá evitar hacerse otro tipo de preguntas.¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Somos conscientes de los hilos que manejan los poderosos en los distintos ámbitos si solo nos circunscribimos a nuestro pequeño mundo del día a día? Muchas son las cuestiones que me he planteado leyendo Khïmera. Por ejemplo, ¿qué pasará cuando los recursos del planeta sean escasos? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la población y los recursos? ¿Quién podrá tener acceso a ellos? Son preguntas que se tocan en el argumento  y que dan mucho que pensar y mucho miedo. 

Y centrémonos ahora en la estructura. Hasta la fecha es característico en las novelas de César Pérez Gellida seguir ciertas pautas. A saber. Un dramatis personae con la relación de los personajes más recurrentes. En esta ocasión cada uno de ellos está vinculado a un instrumento musical. El por qué de esta conexión es algo que el lector tiene que descubrir por sí mismo, pero recordad que la música siempre está muy presente en sus novelas aunque en esta concretamente no tendrá tanto protagonismo como en las anteriores. ¿Por qué Rusalka es la soprano? ¿Por qué Frederik Keergaard es el tenor? Todo tiene una razón, así que abrid bien los ojos y atad cabos. En cualquier caso, hay un detalle que, según palabras del propio autor, se nos está escapando a la mayoría de los lectores. A mí también se me escapó y cuando le pregunté, César me dio las pistas necesarias para averiguar la identidad de uno de los personajes. La sorpresa fue mayúscula. Buscad.

Tras el Preludio del que os hablaba antes, el argumento se ramifica en cuatro movimientos, divididos a su vez en capítulos,  que va marcando los tempos de la trama a la vez que se nos sitúa en la línea cronológica del tiempo. Así, se inicia con un Allegro assai(2037-2039), o lo que es lo mismo, un bloque con bastante movimiento en el que el autor nos bombardea con tanta información que cuesta un poco digerir pero que resulta del todo necesario para hacernos una composición de lugar y de ahí que os dijera antes que acudierais a los anexos y mapas finales para entenderlo todo mucho mejor. Acto seguido, viajaremos al año 2054, donde encontraremos un Adagio sostenuto y un Andante moderato, donde la cosa se calma considerablemente en cuanto a información novedosa, para culminar en un Grave lacrimoso y un Rondó final. Sobran las explicaciones, pero sí os detallaré que en el bloque Grave lacrimoso, César da una vuelta de tuerca más. Los acontecimientos dejan de narrarse siguiendo un orden cronológico. Los hechos finales se nos desvelan antes de llegar al desenlace, algo que en ningún momento resta interés, más bien al contrario. Sabremos con antelación cuál será el final pero el deseo de conocer cómo se llega a ese punto nos incitará a seguir leyendo. 

Narrado en tercera persona por un narrador omnisciente, con capítulos de longitud media - larga, conforman Khïmera un conjunto de personajes dispares y bien definidos. Alrededor de algunos de ellos girará un halo de misterio pues el lector no tiene muy claro de quien se trata. Será una de las grandes sorpresas finales.

Creo que ha quedado patente que he disfrutado de la lectura de Khïmera. Ya os decía al principio que no es un género que me atraiga especialmente y por lo tanto mi opinión puede considerarse la de una lectora atípica del género, pero tengo que reconocer que he salido bastante satisfecha de esta lectura. Y algo que me parece bastante digno de mencionar, desde mi punto de vista, César Pérez Gellida ha sido valiente al emprender una aventura que le ha llevado por caminos muy diferentes a los que nos tenía acostumbrado. Creo que, y todos los que hayáis leído esta novela seguro que coincidís conmigo, el autor se propuso un reto valiente y arriesgado del que ha salido bien parado.

Justo antes de Semana Santa tuve la oportunidad de sentarme un ratito a charlar con él sobre esta novela. Nos contó muchos detalles sobre el nacimiento y desarrollo de Khïmera, como por ejemplo, el origen de su nacimiento, algo que ya señala en la Nota del Autor que se incluye en la novela, pero de todo lo que hablamos en aquel momento os daré debida cuenta en los próximos días. 

Resultado de imagen de khimeraPoco más os puedo contar. Desde aquí os recomiendo acercaros al futuro que nos plantea César Pérez Gellida para dejaros cautivar por un argumento muy trabajado, en el que, a pesar de la cantidad de información que se maneja, el lector consigue moverse con soltura dentro de un mundo controlado al 100%, y donde sus habitantes habrán perdido su libertad y casi su identidad. Contra todo eso luchará Khïmera Proyeckta, un nombre en clave bajo un curioso símbolo, «diseñado con tipografía de corte cirílico: una ka invertida que compartía trazo vertical con una hache minúscula coronada en diéresis».[pág. 268]





[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]


Retos:

- Autores de la A a la Z
25 españoles
- Sumando 2015.
- 100 libros.



Puedes adquirirlo en:


ENTREVISTA a CHUFO LLORÉNS (La ley de los justos).

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Autor


Chufo Lloréns (Barcelona, 1931) estudió Derecho, si bien desarrolló su actividad como empresario en el mundo del espectáculo. Desde siempre apasionado por la Historia, no inició su carrera literaria hasta hace veinticinco años. Entres sus obras destacan Catalina, la fugitiva de San Benito (2008), La otra lepra (2010) y La saga de los malditos (2011), todas ellas publicadas en Debolsillo. Te daré la tierra (2008) y Mar de fuego (2011), publicadas en Grijalbo y ambientadas en la Barcelona medieval, fueron sendos éxitos de ventas y le han convertido en uno de los autores favoritos entre el público de novela histórica, tanto en España como en el extranjero. Los derechos de traducción se han vendido en doce países, sumando 1.000.000 de ejemplares en todo el mundo. 

En La ley de los justos, Chufo Lloréns retoma su escenario favorio, Barcelona, en otro de los momentos clave de la Historia: el agitado final del siglo XIX, una época de cambios y tensiones en que la ciudad se proyectó al mundo con la organización de la Exposición Universal de 1888.

Sinopsis


En la Barcelona modernista germina una historia de amor entre dos jóvenes de clases sociales distintas. Una gran novela de pasión, ideales y venganza.


A finales del siglo XIX, Barcelona vive una época de esplendor. Acaba de celebrarse con gran éxito la Exposición Universal y una burguesía próspera y culta, que busca inspiración en los salones parisinos, exhibe su elegancia en fiestas y veladas musicales. Pero al otro lado de la ciudad, donde las calles se estrechan y huelen a pobreza, el rencor y la injusticia están fraguando una revolución capaz de recurrir a la violencia más descarnada. 

En este ambiente cargado de desconfianza y temor, Candela y Juan Pedro, procedentes de clases sociales muy diferentes, tendrán que enfrentarse a los prejuicios de unos y otros para defender su amor.

Con la habilidad de los grandes maestros de la novela histórica, Chufo Lloréns teje un tapiz geográfico y humano apasionante. Su pluma ágil y perspicaz nos conduce desde los lujosos reservados del teatro del Liceo hasta los lóbregos sótanos donde se tramaban las conjuras anarquistas.

Obreros agraviados, herederos indolentes, mujeres de mala vida e indianos con fortuna se mezclan en este retrato colorido y veraz de una Barcelona luminosa y moderna, pero también agitada y peligrosa.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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El día que entrevisté a Chufo Llorens, Sevilla no presentaba su mejor aspecto. Llovía a mares, el cielo estaba gris y plomizo y la temperatura había bajado unos cuantos grados de tal modo que se hacía necesario usar algo de abrigo. Sin embargo, el interior del hotel en el que nos encontramos era acogedor y muy confortable, un antiguo corral de vecinos rehabilitado que aún conserva su aroma de antaño.

La ley de los justos, la nueva novela de Chufo Llorens, llama la atención tanto por la ilustración de la cubierta que muestra una estampa de época y como por su considerable volumen. Apenas llevaba unas trescientas páginas leídas de las casi mil doscientas que tiene esta publicación pero este hecho no fue ningún obstáculo para conversar gratamente con su autor. Esto fue lo que nos contó.


Marisa G.- Buenos días Chufo, lo primero que tengo que decirle es que el libro me está gustando muchísimo. Llevo leído algo menos de la mitad pero la estoy disfrutando. 

Chufo Ll.- Es lo mejor que me pueden decir. No hay libros cortos ni largos, hay libros que te enganchan y otros que no. Cuando un libro te gusta y te quedan ochenta páginas, da pena que se acabe. Por ahora es lo que van diciendo los lectores. Es estupendo. Los lectores es la gran compensación del escritor.

M.G.- He estado mirando un poco su biografía y me ha sorprendido muchísimo la trayectoria que usted ha tenido. Ha hecho usted muchas cosas y todas muy distintas y me llama la atención que empieza usted a escribir una vez que se jubila.

Ch.Ll.- Bueno empiezo a escribir antes porque yo escribía guiones de humor para artistas míos y luego empecé mi peripecia con un libro que mi mujer presentó al Planeta sin mi permiso y quedé finalista. Fue tremendo. Posteriormente cayó en mis manos una  historia terrible de unos artistas que llegaron a mi sala de fiestas. Era un gran artista, grandioso,  y su manager era el más atípico que he conocido. Era un chico que vestía siempre de negro, muy tranquilo. El artista se había salido de cura porque no tenía vocación, era homosexual y se había juntado con el otro. Nosotros veíamos que se echaba en los sofás y que se encontraba mal y resultó que tenía sida. Por aquel entonces el sida era muy desconocido, una autentica lacra. Vivimos la historia de los dos, algo muy dramático. Hicimos por ellos lo que pudimos, lo llevábamos al médico, lo vimos morir,... Nos impactó mucho aquella historia y la escribí pero ahí lo dejé. Y luego, cuando me jubilé volví a retomar la escritura porque a mí siempre me ha gustado la Historia, he sido un fanático de la Historia.Y así empecé con el tema de Catalina,... y con La saga de los malditos, Te haré la tierra, Mar de fuego,... y ahora esta.

M.G.- Esta novela también transcurre en Barcelona, como algunas anteriores. ¿Le gusta a usted dejar rastro de la ciudad que lo vio nacer?

Ch.Ll.- Bueno, Catalina es la corte de Felipe IV en Madrid y la saga, la parte antigua es Toledo y Sevilla. Luego caí en el siglo XI catalán que da mucho de sí. Yo siempre procuro buscar un periodo de la Historia que me atraiga mucho y que pasen muchas cosas. Ese decenio en el que se centra esta novela  de ahora es realmente apasionante.

M.G.- En la novela toca usted la Exposición Universal, asoma la Barcelona con esa burguesía emergente, con el surgimiento de los anarquistas... Fue un momento con muchos cambios. ¿Cómo se vivía en esos años?

Ch.Ll.- Imagino que no había clase media. Los ricos eran muy ricos. Y, al igual que hoy tenemos los ordenadores, el IPad,... por entonces llegó la electricidad, el teléfono, el telégrafo.... Se hace un prueba con un submarino en el puerto de Barcelona y un ministro dice que no es un barco interesante,... Esa gente se cree que estaba en la cima del mundo. La burguesía muy potente, que ama mucho la ciudad, hace cosas muy importantes para ellos pero también para Barcelona: Casa Batlló, la Pedrera, Gaudí,... Lugares a los que ahora viene mucho turismo. Eso fue lo que ellos dejaron. Ahora una burguesía de este tipo no hay. Para ellos sí hacen cosas pero no para la ciudad.

M.G.- Son muchos los personajes que surgen en la novela pero uno me ha llamado especialmente la atención, me refiero a Patricia Betancurt, que realmente se llamaba Enriqueta Martí, la vampira de la calle Poniente.

Ch.Ll.- Ese personaje es posterior pero yo la he querido reciclar porque es tan apetitoso que me apetecía aprovecharlo para la novela.

M.G.- Es un personaje muy curioso.

Ch.Ll.- La mujer que hoy vive en su casa todavía recibe visitas de gente que quiere ver dónde vivía esta mujer. Iba al Liceo como gran señora, luego se hacía cargo de algunos niños como niñera, los vestía de mendigos y los usaba para pedir limosnas. También mataban niños para hacer pomadas con su grasa y sus vísceras, que las vendían como cremas rejuvenecedoras,... Al final la descubren y muere en Reina María porque otras presas la mataron. Es un personaje totalmente novelesco pero que me ha permitido mezclar la ficción con la realidad. De todos modos, yo siempre digo que La ley de los justos es novela histórica. Quiero reflejar un marco de Barcelona y quiero que el lector se imbuya en una Barcelona potentísima y renaciente con todos los ambientes, el de los ricos riquísimos que son unos triunfadores y luego la parte canalla del Raval que partieron por la mitad para hacer la Vía Layetana y de donde salió el anarquismo.

Es una época muy interesante donde te encuentras a personajes tremendamente aprovechables para esta novela pero que no he podido incluir porque si me dejo llevar me hubiera salido un libro de dos mil quinientas páginas. No podía ser.

M.G.- Bueno, en algún lugar he leído que inicialmente este libro tenía mil quinientas páginas y usted tuvo que quitar algo.

Ch.Ll.- Sí, sí,... quité unas trescientas páginas. Las eliminé no porque no me gustaran sino porque el argumento se entiende perfectamente sin esas páginas. Está más ordenado así. Ahora bien, a mí me gustaría un día publicarlas como un anexo. Si esta novela tiene éxito, que espero que sí, será entonces cuando me plantee publicar ese otro libro con esas páginas que figuraban en el original.

M.G.- ¿Y cómo se enfrenta usted a este proyecto? ¿Cuánto tiempo le ha llevado?

Ch.Ll.- Me ha llevado cuatro años. Un año lo dediqué a estudiar y los otros tres a escribir. Yo siempre digo que un historiador sabe muchísimo más que un escritor pero, de un momento histórico concreto, de un periodo corto de tiempo, el escritor sabe mucho más que el historiador.

M.G.- ¿Y cómo debería el lector enfrentarse a esta historia? Los lectores tenemos muchos prejuicios y cuando vemos un libro tan voluminoso a veces es difícil plantearse una lectura así por si no nos termina de enganchar.

Ch.Ll.- El lector tiene razón. Si el libro no le engancha que lo deje. Yo siempre digo que a un libro hay que darle cincuenta páginas de oportunidad. Si no te engancha, déjalo. Hay demasiadas lecturas buenísimas como para perder el tiempo. Yo cuando era joven lo leía todo. Ahora ya no. Si una novela no me engancha, la dejo porque quiero leer otra cosa.

M.G.- Bueno, a veces también ocurre que la historia mejora más adelante.

Ch.Ll.- Si no te engancha desde el principio mal asunto. Tienes que tener ganas de leer el siguiente capítulo. Tienes que sentir ganas de llegar a casa para ponerte a leer. Yo creo que esta novela engancha mucho, es un libro muy apetecible. Hay mucho personaje desflecado, mucho personaje interesante y mucho ambiente de un tiempo que despierta nuestra curiosidad. 

M.G.- Y toca usted cuestiones muy interesantes también como la masonería. Uno de los personajes, Práxedes, es masón y hay un episodio en el que usted describe cómo era una ceremonia para admitir un nuevo miembro. ¿Esto era realmente así?


«A continuación, entre otros dos ujieres, hizo su aparición el aspirante; con los ojos vendados y en mangas de camisa, con una cuerda de esparto anudada al cuello, la pernera izquierda del pantalón arremangada y con la pantorrilla vendada. De esta guisa fue conducido hasta ocupar el espacio que mediaba frente a la mesa, pero bajo los tres peldaños. Entonces el gran maestre realizó su parlamento».[pág. 140]

Ch.Ll.- Sí, sí... Hay fotos de eso. Son ritos masónicos. Antes era una sociedad muy misteriosa, ahora mucho menos, pero tenían sus rituales y hacían unos juramentos tremendos, que te cortaban la lengua si traicionabas a la fraternidad,... Y luego había un gran interés en ser masón porque se contaba con grandes ventajas. Eran gente muy poderosa. Había varias logias y algunas estaban enfrentadas con otras.

M.G.- En paralelo a los personajes reales que figuran en la novela, construye usted una historia de amor con unos personajes ficticios que complementan el argumento y me han resultado fascinantes. A mí Candela, esa joven de espíritu libre, me ha enamorado. 

Ch.Ll.- Candela es una adelantada a su época. Era impensable que una chica ambicionara lo que sus padres querían. Ella se revela. Los libros es el nexo de unión entre Candela y su amado pero es un amor que sus padres no pueden consentir porque no son de la misma clase social. Ella se tiene que casar con quien le corresponde socialmente.

M.G.- Y otro detalle que me llama la atención de su novela. Usted ubica perfectamente al lector en las calles de Barcelona mencionando incluso el número de la vía en la que figuraba tal o cual establecimiento.

Ch.Ll.- Lo hago siempre. Con Catalina, alguien se dispuso a realizar el recorrido que se menciona en la novela por Madrid y lo hizo sin problemas. En esta trama barcelonesa no quiero defraudar al lector, quiero que se ubique en lo que era la miseria, el horror, el olor a col del Raval,... Quiero reflejar todo lo que era la ciudad y la sociedad del momento

M.G.-  ¿Y qué me voy a encontrar al final? ¿Me va a gustar?




Ch.Ll.- Te va a sorprender pero lo vas a encontrar muy coherente que es lo que yo busco. Te alegrarás porque no te lo esperas.

M.G.- ¿No es previsible, entonces?

Ch.Ll.- No, no lo es. Y eso es lo bonito. A mí me gusta así. No me gusta que una novela acabe con un final tonto que haga sentir al lector que ha perdido el tiempo con la lectura. Y además creo que la novela va mejorando a medida que se avanza.

M.G.- Yo la estoy leyendo despacio porque considero que es una novela para saborear y algo que me gusta mucho es esa estructura de capítulos cortos que van alternando los diferentes hilos argumentales, de tal manera que no nos aburrimos.

Ch.Ll.- Está hecho así con intención. Procuro que el lector esté metido en un capítulo y luego llevármelo a otro distinto y que al principio lo acoja con mal humor pero enseguida se sienta atraído por el cambio. Uso capítulos cortos porque escribo como me gusta leer. Me gusta leer en la cama y acabar un capítulo y no dejarlo a la mitad porque me entre sueño.

M.G.- A mi me ocurre igual y eso es algo que se agradece. 

Leyendo su novela me acordé de las palabras de una paisana suya, Mercedes Salisachs, que poco antes de morir dijo que le hubiera gustado que algunas de sus novelas hubieran sido llevadas al cine. La ley de los justos es muy televisiva, ¿verdad?

Ch.Ll.- Sí, sí,... y no sería excesivamente cara. Lo único caro podría ser la parte de Cuba que habría que buscar una localización similar. Creo que todo llegará. A lo mejor yo no lo veo pero como las televisiones son devoradas porque hay que alimentar esa máquina todos los días, llega un momento que buscan cosas y quizás algún día busquen esta novela

La ley de los justos la he escrito hoy para leer. Creo que es mi novela más ambiciosa y mientras más la lees, más engancha. 

M.G.- La estoy disfrutando mucho. Me parece que es muy amena, muy entretenida e incluso muy instructiva porque nos habla de una época muy interesante.

Chufo me alegra haberle conocido y haber podido hablar de su novela. No le robo más tiempo. 

Ch.Ll.- Ha sido un placer. 

Chufo Lloréns es uno de esos hombres con mucha vida recorrida y que tiene mil anécdotas que contar. Hablar con personas tan llenas de experiencias es un lujo que no siempre somos capaces de valorar. Esta conversación fue mucho más larga. Me contó muchos más detalles tanto de la novela como de otras cuestiones. Serán recuerdos que guardaré para mí a la espera de un futuro encuentro.

Sigo leyendo La ley de los justos. Creo que es la novela que más tiempo estoy tardando en leer pero no tengo prisas. Quiero degustarla y saborearla, quizás en un intento de evitar llegar al final. Os dejaré mis impresiones cuando concluya la lectura. Pero ya os adelanto que está siendo una delicia.





[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

SIEMPRE ALICE (DRAMA - 2014).

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Año: 2014

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Richard Glatzer, Wash Westmoreland.

Reparto: Julianne Moore, Alec Baldwin, Kristen Stewart, Kate Bosworth, Hunter Parrish, Erin Darke, Shane McRae, Victoria Cartagena, Stephen Kunken, Eha Urbsalu, Cali T. Rossen, Kristin Macomber, Cat Lynch, José Báez, Jamie Lee Petronis.

Género: Drama.

Premios: Oscar a la Mejor Actriz Principal (Julianne Moore), Globo de Oro a la Mejor Actriz Principal (Julianne Moore), entre otros,...

Sinopsis: Alice Howland está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que su relación con su familia y su mundo, para siempre. Con elegancia y delicadeza, la autora nos acerca a los sentimientos de quienes padecen alzhéimer y sus familias.



[Información facilitada por Filmaffinity]


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He estado retrasando el visionado de esta película durante bastante tiempo. No me agradan en exceso los largometrajes que abarcan temas tan dolorosos como las enfermedades. Sé que esconder la cabeza cual avestruz no soluciona nada pero después de ver La teoría del todo (reseñada en el blog), no me apetecía zambullirme inmediatamente en otro largometraje que se sustentara en el tratamiento de una enfermedad. Así que, después de dejar pasar unos meses, tomé aire y me senté a ver Siempre Alice.

Basado en la novela homónima de Lisa Genova, esta película narra la traumática experiencia de Alice Howland al enterarse de que posee inicio precoz de Alzhéimer. Por su edad, e incluso por su profesión - una prestigiosa profesora de lingüística en la Universidad de Columbia- , resulta casi incomprensible que esta mujer de 50 años comience a padecer los síntomas de una enfermedad que terminará por convertirla en una marioneta. Sin embargo, y a raíz de sus episodios de desorientación y sus lapsus de memoria, las pruebas médicas así lo corroboran. Para colmo de males, resulta que Alice padece un tipo raro de Alzhéimer, de carácter genético y por lo tanto sus tres hijos, Tom, Anna y Lidia, tienen altas probabilidades de desarrollar la enfermedad, algo que provoca en esta mujer un terrible sentimiento de culpa.

Una vez diagnosticada la enfermedad, la vida de Alice dará un vuelco de ciento ochenta grados. El miedo se apoderará de ella cuando compruebe que olvida las palabras, esos instrumentos de comunicación que han sido la esencia de su carrera profesional, y así tendrá que abandonar su trabajo como profesora en la universidad, a la vez que su relación con su marido y sus hijos, se ve totalmente trastocado. La película no indaga más allá de su ámbito más familiar. No hay amistades, ni otros parientes.

Cuando una se sienta a ver una película de estas características siempre piensa que el guión va a estar lleno de escenas terribles, muy dramáticas y lacrimógenas para despertar el lado más sensiblero del espectador. No me ha parecido que esa haya sido la intención del director. Está claro que una temática de este tipo puede tocar la fibra más delicada del espectador y en función de lo impresionable que seamos, derramaremos una o ninguna lágrima. Yo soy especialmente «blandita» y no me ha resultado especialmente dura verla. Creo que Siempre Alice es una película sobria, comedida, que no se ceba en excavar en la parte más cruda de la enfermedad para mostrarnos situaciones histriónicas que conviertan la sala del cine o el salón de tu casa en un mar de lágrimas. Esto es algo que me ha sorprendido gratamente porque para contar una historia triste no hay necesidad de hacer sangre pero por otro lado, también creo que se ha quedado ligeramente en la superficie frente a otras películas como Lejos de ella que sí profundizan más en la temática. En Siempre Alice, la narración transcurre sin sorpresas salvo en un punto concreto del largometraje en el que la tensión sube unos cuantos enteros.

En cuanto al desenlace, he tenido la impresión de que el corte es abrupto pero si lo pienso con detenimiento, ¿para qué alargar más la película? ¿Qué otro final podía tener más que el elegido por el director? Todos sabemos cómo acabará Alice y por lo tanto no hay necesidad de prologar la agonía.


A mí juicio, lo más destacable de todo el metraje es la interpretación de Julianne Moore, especialmente en la primera mitad, un papel que le ha valido unos cuantos premios entre los que relucen un Oscar, un Globo de Oro y un Bafta,... Yo siento debilidad por esta actriz. Generalmente me gusta los matices que aporta siempre a sus personajes y tengo que reconocer que en esta ocasión está realmente sublime y absolutamente creíble. Moore sabe transmitir su desconcierto y su inseguridad en esos momentos en los que se siente desorientada. Observar su expresión es vivir en nuestra propia piel lo que estas personas pueden llegar a experimentar cuando dejan de saber quiénes son, cuando dejan de reconocer a sus seres queridos. Hay angustia, hay miedo,... y todo eso nos llega perfectamente. En este enlace y en este otro, puedes ver una entrevista a la actriz.



Alec Baldwin es su parteneire en la cinta, es un marido solícito y atento que contempla la degeneración de su esposa sin que él pueda hacer otra cosa más que cuidarla pero toda nuestra atención recae en la pelirroja que nos tiene el pendiente de su devenir, así que Baldwin queda en un segundo plano. Al igual que el resto de sus hijos, especialmente Lidia, que viene a estar interpretado por Kristin Stewart, aquella jovencita que saltó a escena por su  enamoramiento de un vampiro. Me gusta el personaje, el de una joven un tanto díscola que quiere vivir su vida, ser independiente y seguir sus propios pasos, lo que le acarrea algún que otro roce con su madre pero que, a la hora de la verdad, será la que esté ahí a su lado. Sin embargo, no me gusta encarnado en la piel de Stewart, me produce cierto rechazo.

Creo que Siempre Alice será una película a la que muchos les costará acercarse pues el Alzhéimer es una enfermedad que lamentablemente anida en muchos núcleos familiares pero no hay que temer un tratamiento crudo de la enfermedad. Como ya os he dicho no hay excesos y el reflejo que se hace de la enfermedad es bastante sereno. 

No tengo mucho más que aportar. Por encima de todo, destacar la interpretación de Moore, que se muestra a cara destapada, sencilla y natural, y este es motivo más que suficiente para que os recomiende la película. 



Trailer:





[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

NOVEDADES EDITORIALES - 2ª PARTE (ALGAIDA, ALIANZA, ALMUZARA, ANANTES,, BAILE DEL SOL y EDICIONES B)

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¡¡Buenos días!! Seguimos con las novedades editoriales y como son bastantes, mejor dividirlas en dos entradas. Allá va la primera tanda.

Recordad que haciendo clic en la cubierta tenéis acceso a la sinopsis.

ALGAIDA

Título: VIOLIN NEGRO EN ORQUESTA ROJA.
Autor: Javier Pérez.
Premio: LXI Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid.
Género: Ficción.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Pág: 424
ISBN:  978-84-9067-175-7
Precio: 18,00 €

También disponible en EPub.

Leer el primer capítulo aquí.


ALIANZA


PortadaTítulo: MALEMORT, EL IMPOTENTE.
Autor: Guillermo Roz.
Premio: XVI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. 
Género: Ficción.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Pág: 256
ISBN:  978-84-206-9919-6
Precio: 16,50 €

También disponible en EPub.



PortadaTítulo: LOS LAZOS.
Autor: Florence Noiville.
Género: Ficción.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Pág: 152
ISBN:  978-84-206-9896-0
Precio: 16,00 €

También disponible en EPub.


PortadaTítulo: TANTOS INOCENTES.
Autor: Raúl Guerra Garrido.
Género: Ficción.
Fecha publicación: febrero, 2015.
Nº Pág: 280
ISBN:  978-84-206-9945-5
Precio: 16,50 €

También disponible en EPub.

ALMUZARA

Título: UN LARGO SUEÑO EN TANGER.
Autor: Antonio Lozano.
Colección: Novela.
Fecha publicación: febrero, 2015.
Nº Pág: 184
ISBN:  9788416100989
Precio: 15,95 €


Título: LA TIERRA DE ÁLVAR FÁÑEZ.
Autor: Antonio Pérez Henares.
Colección: Novela histórica.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Pág: 544
ISBN:  9788416100637
Precio: 23,75 €


Título: LAS SEMILLAS DE ANNUAL.
Autor: Luis María Cazorla.
Colección: Novela histórica.
Fecha publicación: febrero, 2015.
Nº Pág: 476
ISBN:  9788416100972
Precio: 19,95 €





ANANTES

AMANTE INFILTRADATítulo: AMANTE INFILTRADA.
Autor: Paco Carrascal.
Género: Poesía.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Pág: --
ISBN:  --
Precio: 12,00 €



BAILE DEL SOL

m162Título: LAS RUINAS.
Autor: Xandru Fernández.
Género: Narrativa.
Fecha publicación:  2014.
Nº Pág: 252
ISBN:  978-84-16320-12-7
Precio: 15,00 €




s159Título: A VIVA MUERTE.
Autor: David Trashumante.
Género: Poesia.
Fecha publicación:  2015.
Nº Pág: 162
ISBN:  978-84-16320-43-1
Precio: 9,00 €




EDICIONES B

Comiendo sonrisas a solasTítulo:  COMIENDO SONRISAS A SOLAS.
Autor: Tadea Lizarbe.
Género: Ficción.
Fecha publicación: marzo 2015.
Nº Pág: 472
ISBN:  978-84-666-5653-5
Precio: 20,00 €




En un rato más...

DE ZURBARÁN A PICASSO.

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Hoy toca culturizarse en otros ámbitos.


Desde el pasado 12 de marzo y hasta el próximo 12 de junio los sevillanos y los visitantes a nuestra ciudad tendrán la oportunidad de asistir a la exposición titulada De Zurbarán a Picassoque se está celebrando en el Convento de Santa Clara. La muestra consiste en la exhibición de 80 obras de la colección privada de Juan Abelló, algunas de las cuales nunca han sido expuestas y que recoge obras de artistas como Francisco de Herrera el viejo, Zurbarán, Murillo, Julio Romero de Torres, Pablo Picasso, entre otros,...


La familia de la Virgen,
de Zurbarán.

Desnudo sentado de
Pablo Picasso.

El propósito de la muestra es mostrar las obras de artistas nacidos o que han ejercido su actividad en Andalucía. La exposición se divide en seis secciones que comprenden: Historias sagradas y profanas, Sevilla urbana y festiva, Naturalezas muertas, Vanguardias históricas y artistas contemporáneos, Carmen Laffón, y por último en el dormitorio alto del convento de Santa Clara se expone por vez primera en nuestra ciudad el conocido como Álbum Alcubierre, que representa la más completa colección de dibujo antiguo de artistas andaluces que existe en manos privadas y donde se pueden ver obras maestras de Pedro de Campaña, Luis de Vargas, Francisco Pacheco, Juan de Mesa, Alonso Cano, Antonio del Castillo o Bartolomé Esteban Murillo, entre otros artistas.



Detalles de la muestra

* Lugar de exhibición: Espacio Santa Clara, C/ Becas, s/n. 41002 Sevilla.

* Horarios:
- Visita individual: Normal (de 10.30 a 14.00 y de 17.30 a 21.00 horas con cierre 20 minutos antes de Martes a Sábados); Especial (de 10.30 a 14.30 horas con cierre 20 minutos antes de Domingos y Festivos más Lunes, Martes, Miércoles y Jueves de Semana Santa y Martes, Miércoles y Jueves de Feria de Abril); Cerrado: Lunes, Domingo tarde, Viernes, Sábado y Domingo de Resurrección en Semana Santa y Viernes, Sábado y Domingo de Feria de Abril.

También hay visitas guiadas.

Precios: 

- Tarifa normal - 6 €
- Grupos de ocho o más - 3 €
- Gratis sevillanos y residentes en Sevilla acreditándolo, menores de 16 años, minusválidos y acompañante.

Más información aquí.




[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

OSTENDE. 1936, EL VERANO DE LA AMISTAD de Volker Weidermann.

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Editorial: Alianza Editorial.
Fecha publicación: febrero, 2015.
Nº Páginas: 152.
Precio: 16,00 €
Colección: Alianza Literaria.
Edición: Tapa blanda con sobrecubiertas.
ISBN: 978-84-206-9767-3
[Disponible en ebook]

Autor

Volker Weidermann es redactor jefe del suplemento cultural del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung. Nacido en 1969 en Darmstadt, estudió Ciencias Políticas y Filología Germánica en las universidades de Heidelberg y Berlín. Es autor de varios libros. Entre otros, de una biografía sobre Max Frisch (Max Frisch. Sein Leben, seinen Bücher) y un ensayo sobre los libros que fueron quemados por los nazis en Alemania (Das Buch der verbrannten Bücher)

Sinopsis

Ostende, verano de 1936. Stefan Zweig se dispone a pasar el verano en este balneario belga junto a su amante Lotte Altmann y su máquina de escribir. Se les une su amigo Joseph Roth, también dispuesto a escribir y a eludir la prohibición local de bebidas de alta graduación alcohólica. Mantienen una amistad que se proyecta en sus obras literarias: se corrigen mutuamente sus escritos, se dan consejos, se ayudan,... discuten.

En Ostende, Roth se va a enamorar, por última vez, de Irmgard Keun, una escritora obsesionada por irse de su país, en el que queman libros. Si es peculiar la amistad entre dos personalidades tan diferentes como el metódico y acomodado Zweig  y el bebedor Roth, no menos sorprendente es el amor enternecedor entre éste y la joven apasionada Keun.

Llegan a Ostende otros escritores austriacos y alemanes. Sol, mar, cafés,..., podrían ser unas buenas vacaciones entre amigos si cada día no se agravara la situación en Europa y en España, si no estuvieran preocupados por su incierto futuro, si todos ellos no estuvieran perseguidos y sus libros prohibidos en la Alemania nazi, si no hubieran perdido su patria. Son poetas fugitivos, escritores en el exilio.

Volker Weidermann narra de manera documentada, amena y conmovedora, con innumerables y divertidas anécdotas, la amistad entre Zweig y Roth en aquel verano, poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Junto a Kostler, Keun, Toller, Kisch..., celebran la vida como si fueran las últimas vacaciones, el último momento de felicidad antes del desastre. De una tragedia de la que aún les queda una brizna de esperanza de que pueda evitarse.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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No solo en este rincón hay admiración por Stefan Zweig. Sé que muchos de vosotros habéis quedado cautivados por su prosa y por su estilo narrativo, de tal modo que siempre es un placer recalar en alguna de sus obras. Llevo muy pocas leídas del autor pero es un propósito perenne el seguir acercándome a sus novelas a las que ya les tengo reservado un sitio especial en mi biblioteca.

Por eso, cuando vi esta publicación entre las novedades de Alianza Editorial sentí la necesidad de leerlo. Ostende no es un análisis sobre las novelas de Stefan Zweig, no es un estudio sobre sus argumentos ni sus personajes. Ostendees un libro que nos acerca más al autor austriaco, a un periodo de su vida muy concreto en el que se dieron extraordinarias circunstancias.¿Quién era Stefan Zweig? ¿Cuáles eran sus opiniones? ¿Quiénes eran sus amigos y qué relación los unía a ellos? Muchas de estas cuestiones y otras que están por formurlarse obtendrán respuesta entre las páginas de este libro.

Ostende es una localidad situada en el centro de la costa belga. En el verano de 1936 coinciden allí varios autores, idealistas que se ven obligados a salir de una Alemania en la que el régimen nazi consideraba la literatura como un veneno para la población, de ahí que muchos autores fueran considerados enemigos y las diversas publicaciones que se podían adquirir en las librerías y establecimientos alemanes fueran minuciosamente examinadas por la Cámara de Literatura del Reich, encargados de decidir qué libros eran condenamos a la hoguera y cuáles se salvaban. De este asunto sabe mucho el autor de este libro, Volker Weidermann, que en 2008 publicó Das Buch der verbrannten Bücher, algo así como El libro de los libros quedados, que aún no ha sido traducido al español o, por lo menos, eso creo.

En aquel verano de 1936 Ostende acogió a escritores de diversa índole como Herman Kesten, Egon Erwin Kisch, Willi Münzenberg, Irgamd Keun, Ersnt Toller, Arthur Koestler... y los más principales Stephan Zweig y Joseph Roth, que solían reunirse en el Café Flore.


Stefan Zweig y Joseph Roth en Ostende. 1936



Stephan Zweig ya había estado en Ostende en 1914, justo antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. Es simpática la anécdota que recoge el libro, el enfado del autor por no ser llamado a filas de manera inmediata. Para Zweig, Bélgica era un país que, por su neutralidad, no sería invadido por los alemanes y al que él tenía especial cariño por su vitalidad, fuerza, energía y vida intensa. Se equivocaba.

Huyendo de la Alemania nazi y sus alrededores, Zweig vuelve a pasear por las playas de Ostende. Contaba entonces con 56 años de edad y ya era un autor reputado con buenas ventas y buena posición económica. Casado con la que fue inicialmente su amante, Friederike von Winternitz, era propietario de un castillo en la colina de Kaputzinerberg, coleccionaba antigüedades y sentía auténtica admiración por el poeta belga Émile Verhaeren, aunque no todos sus poemas y opiniones eran del agrado de Zweig.

Weidermann hace un aparte para narrar los amores del escritor. Como dije antes, terminó por casarse con la que había sido su amante, Friederike, que terminará por ser desbancada cuando a la vida del austriaco asome la joven de veintiséis años Lotte Altmann, y que por entonces hacía las veces de secretaria personal. Friederike no estaba al margen de aquella relación, no en vano los pilló in fraganti y aún así continuó junto a su marido. ¿Por qué? Creo que ya te he desvelado demasiado sobre Zweig.

Pasemos ahora a Joseph Roth, el otro gran pilar de Ostende. Roth sintió siempre profunda admiración por Stefan Zweig a quien intentó infructuosamente conocer muchos años atrás. Quiso el destino que ambos se convirtieran tiempo después en grandes amigos hasta el punto que  Zweig se llegó incluso comportar como una madre con Roth, dándole consejos de todo tipo sobre su estilo de vida. Roth bebía demasiado y eso repercutía en la calidad de sus obras a pesar de ser un gran autor. Zweig creía que estaba malgastando su tiempo y su valía a causa de la bebida.

Roth conoce a Irmgard Keun, la única aria del grupo que no compartía creencias con el régimen nazi y había tenido que abandonar  Alemania «por miedo al país, a la gente y a los que tienen el poder» [pág. 67]. Ambos se enamoran, más como una consecuencia inevitable que por una reacción química o física, pues ambos comparten dos grandes pasiones: los libros y el alcohol. A Keun no le hacía nada de gracia la estrecha relación que su amado tenía con Zweig, pues advertía demasiada dependencia de uno respecto al otro. Y es que, como dije antes el austriaco protegía a Roth, lo amparaba, intentaba hacerlo caminar por el buen camino, le prestaba dinero,... Roth siempre le estaría agradecido y así se lo demuestra en la dedicatoria de su libro Job, una de las obras que fue llevada al cine.  

Pero Ostendeno solo se centra en las experiencias y vivencias de este grupo de exiliados que añoran su patria, sino que también dibuja sutilmente la situación político y social de Alemania y, podríamos decirlo así, su hipocresía durante las Olimpiadas de Berlin, borrando su verdadera esencia e intentando camuflar su xenofobia y judeofobia. Por otra parte, también se hace un repaso al impacto que provocó en estos escritores el inicio de la Guerra Civil en España, en qué bando se situaban y cuál era su opinión respecto al régimen franquista.

No podemos decir que Ostende sea una novela al uso. No hay prácticamente argumento sino simplemente la descripción de unos hechos que se inician en 1936 en la localidad belga y se prolongan hasta febrero de 1938 en otras ubicaciones. Tampoco puede ser considerada una biografía, aunque se eche mano a las cartas que cruzaron Roth y Zweig, a diarios personales,… Y os aliviará saber que tampoco es un ensayo pues el estilo del autor carece de esos elementos que caracterizan ese género. Volker Weidermann posee la capacidad de acercarnos a la vida de unos intelectuales que se aferran a un verano como si fuera el último bastión de la felicidad mientras contemplaban con horror el desarrollo de unos hechos en otros puntos de Europa que no auguraban nada bueno.

Tal y como se especifica en la sinopsis,Ostende es un libro ameno y entretenido en el que el amor por la amistad flota, lleno de «innumerables y divertidas anécdotas» tal y como se especifica en la sinopsis. La evocación de las escenas en la playa de Ostende tiene cierto tinte pictórico que recuerda mucho a esos cuadros de Sorolla en los que mujeres de otra época pasean refugiadas del sol bajo sus sombrillas. Ostende tiene esos colores de los cuadros del pintor valenciano, escenas de tonos pastel, que recrean una época de calma y sosiego, en un rincón apartado donde el tiempo parece transcurrir sin prisas mientras, no muy lejos de allí, se estaba gestando el desastre. 

Ostende ha sido una lectura de lo más agradable. Me ha permitido acercarme a uno de los escritores que más admiro y a otros por descubrir. Creo que es una lectura muy recomendable para todos aquellos que deseen conocer algo más de la parte más personal de Stefan Zweig y aquel pintoresco grupo de escritores.


[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]


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YO TAMBIÉN FUI JACK EL DESTRIPADOR de Fernando García Calderón.

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Editorial: Ediciones del Viento.
Fecha publicación: 2015.
Nº Páginas: 384.
Precio: 20 €
Género: Narrativa.
Edición: Tapa blanda con solapas .
ISBN: 978-84-15374-76-3

Autor

Fernando García Calderón (Sevilla, 1959) es un autor de decenas de relatos reconocidos en los más prestigiosos certámenes, habiendo publicado hasta la fecha dos volúmenes de cuentos -El mal de tu ausencia y Sedimentos en un pantano-. Su primera novela, El vuelo de los halcones en la noche (1997), fue galardonada con el premio Félix Urabayen. A ella siguió El hombre más perseguido (1999), premio Ateneo-Ciudad de Valladolid. Lo que sé de ti (2002), La noticia (2006), La judía más hermosa (2006) y La resonancia de un disparo (2008) completan una trayectoria que se cimienta en sus sólidas estructuras ficcionales, su originalidad en el tratamiento de los temas abordados y su repudio de los géneros y etiquetas.

Sinopsis

¿Qué haría usted si recibiera un anónimo que contiene la confesión de Lewis Carroll reconociéndose Jack el Destripador? John Riordan, octogenario forense de Scotland Yard, se enfrenta a un sujeto que posee, así lo asegura, delicados secretos del club al que perteneció en 1888. Por él pasaron escritores y artistas, teóricos de la economía, inventores, arquitectos y pioneros del deporte. Desde Bram Stoker o H.G. Wells hasta Bernard Shaw. Desde Alfred Waterhouse hasta John Goodall, máximo goleador de la estrenada liga de fútbol. Aquella élite de la confidencialidad viviría, con interés inusitado, las andanzas del asesino más arrogante que se recuerda.

John Riordan, en su condición de ayudante del inspector Abberline, se ve obligado a perseguir sombras que escapan de una época victoriana en decadencia, cuando llega a Londres como un prometedor discípulo del deductivo Joseph Bell y se enfrenta a una investigación de altos vueltos. Habrá de espera a la finalización de la II Guerra Mundial para descubrir el mayor enigma de la historia del crimen.

Yo también fui Jack el Destripador es la viva expresión de un tiempo fronterizo entre los estertores de un siglo XIX velado por la hipocresía moral y la eclosión de un mil novecientos que pondrá a prueba la capacidad de regeneración del hombre y su instinto de supervivencia.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Jack el Destripador es una de las figuras más fascinantes de todas con la que me he cruzado en el panorama literario o cinematográfico.  Me resulta absolutamente increíble que hasta la fecha se desconozca la verdadera identidad del asesino de Whitechapel y no son pocas las conjeturas y las hipótesis que se han manejado. No sé si existirá un personaje que haya inspirado a  más escritores o guionistas por lo que no es complicado encontrar multitud de productos que giren en torno a este misterioso asesino que inundó de terror las calles londinenses de la época victoriana y que dejó en evidencia la ineficacia de Scotland Yard a pesar de haber movilizado a más de quinientos agentes para dar con su paradero.

Todos conocemos los hechos pero no el nombre del carnicero. Una rápida búsqueda en internet es suficiente para descubrir que muchos se han atrevido a señalar a tal o cual persona del momento. Se habló del médico de la reina, de la mujer de este, de algún policía con doble vida, de un pintor,... También Fernando García Calderón ha querido dejar constancia de su apuesta en su nueva novela Yo también fui Jack el Destripador y su dedo acusador señala en una dirección que a todos nos dejará atónitos. Os pongo un poco en situación.

La trama se sitúa alrededor de 1946. John Riordan es un irlandés octogenario que vive la tranquilidad de un jubilado cuando algo trastoca su vida. De manos de un misterioso visitante tiene conocimiento de un documento firmado por Lewis Carroll en enero de 1888 en el que el escritor confiesa ser Jack el Destripador. Han pasado sesenta años desde aquellos asesinatos cuando Riordan era ayudante del inspector Frederick George Abberline y se vio inmerso en una infructuosa investigación que dejó inmune al asesino de cinco prostitutas: Mary Anne Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. Hubo más víctimas pero, por el modus operandi, estos cinco asesinatos se conocen como los canónigos.



El documento firmado por el creador de Alicia en el País de las Maravillas es el inicio de un juego en el que Riordan tendrá que ir siguiendo las distintas pistas, enigmas y misterios que deja a su paso su misterioso compañero de partida para construir un argumento que en ocasiones retrocede con la intención de contarnos el pasado del propio narrador, así como hacer un exhaustivo análisis de la sociedad del momento. De este modo, veremos a un joven Riordan, alumno aventajado de Charles Lutwidge Dogson, es decir, Lewis Carroll y su ingreso en Scotland Yard como médico forense, entre otros muchos detalles.

Londres vivía una época de importantes cambios en los que los prohombres tenían un papel fundamental. Fernando García Calderón construye para el lector un Londres victoriano casi en 3D, por lo que no resulta difícil sentirse integrado en la sociedad del momento. El autor hace estación en las costumbres y hábitos de las altas esferas y de los estratos más ramplones, culebrea por los distintos ámbitos en un intento de fundirnos con el estilo de vida de aquellos años, deteniéndose incluso en explicaciones tan municionas como la distribución de las viviendas, las obras de teatro que se estrenaron en aquellos años y las críticas que recibían en en Times.

Pero ¿qué intención tiene el misterioso visitante de Riordan? ¿Desvelar el mayor de los misterios? ¿Hacer justicia? Al propietario del documento incriminatorio contra Lewis Carroll le mueve el más antiguo de los motivos, el económico. Con la amenaza de sacar a la luz pública un arcón que contiene documentos que pondría en jaque la reputación y fama de los hombres más importantes que forjó la época victoria, el extorsionador reclama la suma de cien mil libras. Riordan se siente en la obligación de evitar que tales documentos lleguen a manos de la opinión pública. Le mueve el deseo de defender la figura del que él considera su mentor y por otro lado, su necesidad de poner fin a un caso en el que se vio inmerso sin llegar a una conclusión final. Por lo tanto, el octogenario aceptará el juego que le propone su visitante y nuevas confesiones irán surgiendo a lo largo de un argumento en el que el artífice de Alicia en el País de las Maravillas y su obra más conocida esconderán las claves de los misterios que esconde Yo también fui Jack el Destripador y junto a la niña de aquel cuento, más de adultos que de niños, el lector encontrará otras tantas referencias literarias que compondrán un tapiz en el que todo está relacionado.

Más allá de la más que evidente labor de investigación que ha tenido que realizar el autor para componer esta novela, habría también que destacar la cuidada ambientación. Basta leer las primeras páginas de la novela para adentrarse en los suburbios londinenses en cuyas calles, además de encontrar la más absoluta de las miserias, se sorteaban aquí y allá establecimientos de lenocinio o prostitutas callejeras. Esa era la cruz del Londres victoriano. Su cara, importantes teatros y clubs de intelectuales que más allá de ser meros centros de reunión tenían también otras funciones y entre cuyas paredes se escondían importantes secretos. Asoman así a las páginas de esta novela el Club Diógenes, la Sociedad Fabiana y la organización secreta Aurora Dorada.¿Realidad o ficción? Por supuesto, no voy a desvelarte nada pero sí te diré que resulta muy curioso todo lo que el autor narra al respecto, las inquietudes de aquellos  hombres, las nuevas corrientes que surge, como el Mesmerismo, y el uso del laúdano. 


Creo que se hace necesario leer esta novela con suma atención y no solo por un argumento lleno de pistas que son auténticas piezas de relojería, sino también porque el autor recrea el Londres del momento en todos su ámbitos y desde todos los puntos de vista, en una compleja construcción laberíntica en la que no hay callejones sin salida y donde, tarde o temprano, un punto te conduce a otro. Fernando García Calderón realiza en esta novela un ejercicio de inteligencia que a mí me ha dejado sin habla. Es como si, aprovechando un argumento que gira alrededor de uno de los mayores misterios policíacos de todos los tiempos, hubiera podido comprimir absolutamente todos los acontecimientos de aquellos años en Londres y luego lo hubiera volcado en las trescientas ochenta y cuadro páginas que componen la novela, de tal modo que el lector, mire a donde mire, se siente como un londinense más.

En cuanto a su estructura, la novela se compone de cinco bloques divididos por citas entre las que figura una de Bram Stoker o de Nikola Tesla. El por qué de este sistema de separación es algo que os desvelaré en los días venideros cuando publique la entrevista que le realicé al autor. Por ahora os diré que cada sección cuenta con un número determinado de capítulos cortos en los que predomina la narración frente al diálogo.

Narrado en primera persona, Fernado García Calderón hace uso de una prosa muy cuidada y un vocablo rico y acertadamente seleccionado, con metáforas, alusiones veladas, frases de doble sentido y una ironía que destila inteligencia y finura. Yo también fui Jack el Destripador me parece una novela que ha sido especialmente cuidada en muchos aspectos y eso es algo que se nota igualmente en es estilo del autor, elaborado y meticulosamente medido.

Creo que, con todo lo expuesto, os podréis hacer una idea de lo que vais a encontrar en este novela. Para mí ha sido un placer leer un argumento de esta clase, en el que, como he dicho antes, no solo se nos va a narrar una teoría más sobre la supuesta identidad de Jack el Destripador, sino que también vamos a tener la oportunidad de pasear por las calles de Londres para descubrir todos sus secretos. 

Agradezco al autor el envío el ejemplar.



[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]


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ENTREVISTA a CÉSAR PÉREZ GELLIDA (KHÏMERA).

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Autor


César Pérez Gellida nació en Valladolid en 1974. Es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y máster en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual hasta que, 2011, decidió trasladarse con su familia a Madrid para dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor.

César Pérez Gellida irrumpió con fuerza en el mundo editorial con Memento mori, que cosechó grandes éxitos tanto de ventas como de crítica y obtuvo el premio Racimo de literatura 2012. Constituía la primera parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, que continuó con Dies irae y se cerró con Consummatum est y por la cual le fue otorgada la Medalla de Honor de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses 2014 como reconocimiento a su ardua labor de documentación. En noviembre de 204 le otorgaron el Premio Piñón de Oro como vallisoletano ilustre. Actualmente sigue escribiendo novelas y colabora como columnista en El Norte de Castilla.

Sinopsis


2054. Tras la Guerra de Devastación Global, la realidad social y geopolítica ha cambiado rotundamente. Los viejos conceptos de la democracia y el capitalismo han sido enterrados por las corrientes transhumanistas y la tecnofagia. El poder se concentra en manos de las grandes corporaciones, sin embargo todavía queda un cabo suelto, un molesto inconveniente que se escapa de las afiliadas uñas de la Asambles: Khimera.

En la arriesgada búsqueda de un enigmático personaje conocido como el bogatyr -héroe para algunos y villano para otros-, están puestas las últimas esperanzas de aquellos que luchan para lograr que el mundo cambie para siempre.

César Pérez Gellida, autor de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, éxito absoluto de crítica y ventas en el último año, vuelve a la narrativa sobrepasando todas nuestras expectativas y rompiendo sus propios cánones con un relato que estilísticamente recuerda a la habilidad creativa de J.R.R. Tolkien y a la maestría visionaria de George Orwell o William Blake. Una reinvención del thriller literario al más puro estilo Gellida que algunos ya han calificado de obra maestra.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Cuando supe que César Pérez Gellida volvía a visitar Sevilla sentí mucha alegría. Era una semana complicada, con varios autores de promoción en esta ciudad pero no podía perder la oportunidad de sentarme con este autor de Valladolid que nos tiene a todos revolucionados.  

La cita volvió a tener lugar en el café cultural La Mercería, un lugar de encuentro en el que las conversaciones inundan el ambiente y quizás el murmullo que flota en el aire impide ligeramente apreciar lo que las palabras transmiten. Pero hoy, oyendo la grabación de aquel día en la tranquilidad de esta habitación donde preparo todo el material del blog, he encontrado a un César humilde y sencillo, un hombre que eligió este camino sin más ánimo que el de dar salida a una pasión, seguramente sin pensar que las cosas le saldrían tan bien como le están saliendo, algo que asume sin aires de grandeza. Desde el punto de vista lector, se agradece muchísimo la cercanía y la naturalidad.

Khïmera es su nueva novela con un argumento muy distinto a la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne.César nos desvela en esta conversación algunas claves sobre esta nueva publicación y nos adelanta lo que será su próxima novela, Sarna con gusto, aún sin fecha de publicación. Esto es lo que nos contó.

Marisa G.- Hola de nuevo César. La última vez que nos vimos fue en diciembre de 2013 cuando viniste a promocionar Dies Irae.

César P.- Sí, porque con Consummatum est no vine.

M.G.- Exacto y por aquel entonces te pregunté si definitivamente te ibas a dedicar a esto y respondiste que una vez que se publicara la tercera parte de la trilogía tenías que sentarte a hacer números y ver si te compensaba. Ahora estamos con Khïmera. Los hechos hablan por sí solos, ¿no?

C.P.-  Sí pero bueno en este oficio no te haces rico en la vida. La cuestión es saber si te puedes dedicar profesionalmente a ello o no y si cuentas con un colchón porque ganar, se gana poco, así que no es una profesión para aconsejar a mucha gente.

M.G.- Te tiene que gustar mucho. 

C.P.- Sí, claro pero hay que tener en cuenta que la relación entre esfuerzo o dedicación y remuneración es muy desproporcionada.

M.G.- Entiendo. Bueno, Khïmera, ¿cómo surge esta historia? Si no me equivoco ya andabas  con este argumento en la cabeza cuando estabas con la trilogía.

C.P.- Sí, al final de la trilogía estaba buscando unos motivos heráldicos de origen eslavo y me encontré con la leyenda de Koschëi y el bogatyr, que al final no es más que la sempiterna lucha entre el bien y el mal personificado en dos personajes, Koschéi que es la encarnación del mal en la tierra, un ser inmortal que para matarlo tienes que conseguir todo lo que se cuenta en la novela, y luego el bogatyr que es nuestro caballero medieval que aúna todas las virtudes más nobles: la bondad, el coraje, la honestidad,... Al margen de todo el proceso por el que tiene que pasar el bogatyr para matar el alma de Koschéi, me gustó mucho una frase que decía «Encuentra aliados entre tus enemigos». Esto me dio una idea que, tras tejerla y destejerla una y otra vez, se ha transformado en Khïmera.

M.G.- Yo tengo que serte sincera César. Cuando leí la sinopsis de la novela, en principio no me sentí nada atraída.

C.P.- Lo sé. 

M.G.- Se hablaba de que era una distopía aunque luego te he oído decir que no lo es propiamente. Me daba miedo enfrentarme a tu nueva novela porque me dejaste tan buen sabor de boca con la trilogía que no me quería llevar una decepción, por decirlo de algún modo. ¿Crees que a muchos lectores les pasará como a mí?

C.P.- Al lector que conoce a Pérez Gellida le va a gustar Khïmera porque el estilo es el mismo que en la trilogía. Lo que pasa es que ciertamente hay un cambio de registro porque no tiene nada ver hacer una trilogía donde el elemento principal es la investigación, y en torno a eso vas creando tu trama, con Khïmera, una novela que me pedía más. 

Cuando termino la trilogía necesito un cambio de aires. Estuve treinta meses inmerso en un mundo que requería un proceso de investigación complicado y unos personajes difíciles y necesitaba cambiar. Me llamaba mucho la atención la idea de ser yo quien dibujara absolutamente todo, de tener un lienzo en blanco y que cada trazo fuera mío. Pero todo esto lo haces a priori porque lo que yo no había previsto es la dificultad de replicar ese mismo escenario con coherencia en el capítulo cinco y en el capítulo treinta y cinco. Es como hacer un dibujo a mano alzada. Tú puedes tener claro el escenario y verlo con los ojos cerrados, luego dibujas y te hace sale bien pero si lo guardas y lo vuelves a realizar dos días después resulta que entre un dibujo y otro hay diferencias notables. Son esas diferencias las que me ha costado limar para crear una atmósfera real para el lector, para que no tuviera que hacer un ejercicio de fe, un esfuerzo para creerse la atmósfera que yo le estoy contando. Sé que el primer movimiento del libro es muy denso.

M.G.- Yo voy leyendo por el tercer movimiento y sí que es muy complejo pero después todo es más llevadero. Ese primer movimiento es duro porque estás plasmando un mundo nuevo que el lector se tiene que imaginar.

C.P.- Exacto pero para mí era necesario. Había que hacer ese esfuerzo y sé que son muchos datos, muchos nombres, muchas fechas y conceptos distintos que al lector le cuesta procesar pero es necesario porque de otro modo no puedes trasladar de forma coherente lo que ha sucedido en esos años, entre los días que vivimos hoy y el 2037. Tienes que contar lo que ha ocurrido en ese margen de tiempo. Yo no quería dilatar eso durante toda la novela. Prefería hacerlo de forma concentrada, crear la atmósfera para luego desarrollar la trama porque la trama comienza a desarrollarse realmente a partir del segundo movimiento. Aún así, con las escenas de acción intercaladas creo que es digestivo pero entiendo que el primer movimiento es denso y sobre todo si lo comparas con la trilogía. 

M.G.- Sí. Yo te reconozco que tenía mis reticencias y que con ese primer movimiento he tenido que ir tomando apuntes de todo lo que ocurría y tengo páginas y páginas llenas de anotaciones para entender perfectamente lo que ha ocurrido en esos años. 

C.P.- Como mi suegra...

M.G.- Para mí ha sido necesario para no perder el hilo. Una vez que pasa ese primer movimiento es todo mucho más llevadero.

C.P.- Luego verás que las cosas empiezan a encajar. En el primer movimiento no lo cuento todo y no todo encaja, o encaja la parte de la historia que yo estoy contando pero luego verás que, a medida que avances, vas a ir entendiendo muchas cosas que suceden en ese primer movimiento. Realmente no es necesario procesar todo ese aluvión de datos que doy al principio pero hay lectores como tú, o como mi suegra, que necesitan hilar cada punto y tenerlo todo muy atado.

M.G.- Es que tengo páginas y páginas (risas).

C.P.- (Risas). Te creo, te creo,... Pero es que todo esto me lo pedía la estructura de la novela.

M.G.- Y sí que es cierto que se nota en la estructura que Khïmera sale de tus manos porque sigues unos patrones muy concretos. La música siempre la tienes de fondo y hay un dramatis personae que me ha producido mucha curiosidad. No sé si cuando avance más con la lectura se explicará pero, ¿por qué cada personaje está relacionado a un instrumento musical como si fuera una orquesta? ¿Hay una explicación para esto?

C.P.- Sí la hay sí, lo que ocurre es que el ochenta por ciento de los lectores no se están dando cuenta. 

M.G.- Pero, ¿me tenía que haber dado cuenta ya?

C.P.- No, no. Realmente no me interesa que se den cuenta demasiado. Si yo te digo busca la clave y te vas al listado de personajes y encuentras la clave, vas a estar con un extra de atención sobre ese personaje que es la clave. De otra forma pasaría un tanto desapercibido pero que es un personaje clave y por eso es la clave dentro del listado de personajes. 

M.G.- Y César, para los que no hayan leído el libro todavía, ¿cuál es el mundo que los lectores encontrarán en Khïmera?

C.P.- Desgraciadamente va a encontrar la proyección de nuestro presente, cómo estamos desorganizando nuestros valores básicos, sin darnos cuenta además. Para mí era un premisa fundamental dibujar un mundo que fuera tangible para el lector. Quería separarme mucho de la ciencia ficción. Yo no quería un mundo fantástico sino un mundo que fuera una prolongación de la realidad. Supongo que no te habrá costado, después de ese primer movimiento, meterte en la cotidianidad de los personajes porque ya sabes los que es el grafeno, ya sabes lo que es el UAT,... Yo eso no me lo he inventado. Todo eso es una parte importante de documentación que he hecho en muchos, muchos, muchos, muchos, pero muchos aspectos, desde lo más tecnológico hasta lo más básico. He recogido todo lo que los expertos dicen que vamos a tener dentro de treinta y de cincuenta años. 



El punto de partida de Khïmera es una hoja Excel enorme, dividida en once campos y desde el año 2000 hasta el año 2065 porque yo no sabía hasta donde iba a llegar en la trama. Todos los campos hasta el 2014, momento en el que escribo la novela, están cumplimentados con hechos reales y a partir de ahí los he ido rellenado yo en base a la documentación de expertos, de la información que he encontrado en bibliotecas, internet... Lo que yo he ido procesando en mi cabeza. De toda esa documentación, al final he utilizado dosis muy pequeñas, porque no se trata de que esto sea un tratado, sino una novela, pero el secreto está en saber qué dosis tienes que utilizar y en qué campos,...

M.G.- Pero en relación a esa documentación a mí me han surgido muchas preguntas. ¿Cómo se documenta uno sobre hechos y cosas que aún no existen?

C.P.- Principalmente con expertos y científicos de mucha reputación que van marcando las tendencias en cada uno de los campos que dominan. También he contado con la ayuda del doctor Tola, una eminencia en neurología a nivel mundial y con dos personas que me han echado un cable en temas de guerra cibernética porque trabajan para una empresa española que se dedica a fabricar software para el Estado y otros países. Al final, te vas manejando en los campos que requieren más profundidad de información. Pero luego, como te digo, utilizas una parte muy pequeña de toda esa información que recopilas. Podrá ser como un veinte o un treinta por ciento pero si quieres una comparación, el proceso de documentación de Khïmera habrá sido como el doble de toda la trilogía.

M.G.- No me extraña. 

C.P.- Pero también te digo una cosa. Toda esa información que tengo no se va a quedar en Khïmera.

M.G.- ¿Me estás hablando de una segunda parte?

C.P.- No. Khïmera es conclusiva. Hablo de seguir escribiendo sobre este futuro.

M.G.- ¿Te gusta más?

C.P.- No es que me guste más. Para mí Khïmera ha sido como un reto personal. Si yo ahora mismo volviera al momento en el que me lancé a escribir esta novela a lo mejor me lo pensaba dos veces porque me ha desgastado mucho, mucho. Ya de por sí este oficio es complicado porque requiere una rutina de diez horas, dormir muy poco y si a eso le añades que antes de ponerte a teclear tienes que hacer una inmersión en un mundo que no existe y que solo tienes tú en tu cabeza, un día, otro día y otro y otro,... durante quince meses, todos los días, desgasta mucho. Cuando terminé Khïmera la verdad es que se lo entregué a la editorial como quitándome una mochila con mucho peso.

M.G.- Pero hay que reconocer que el resultado es alucinante.

C.P.- Sí, si estamos muy contentos. Creo que la obra es muy buena y luego la crítica del lector está siendo excelente, dentro de que no es una novela fácil de leer, que lo sé pero qué le vamos a hacer, pero la crítica está siendo muy buena. 

M.G.- Ya, pero hay que superar ese bache inicial y realmente merece la pena continuar con la lectura. 

C.P.- ¿Y sabes qué me están diciendo también muchos lectores cuando la terminan? Que tiene una segunda lectura o que necesita una segunda lectura. A nivel de trama, Khïmera es muy compleja y completa.

M.G.- Es como un puzle en 3D, ¿no?

C.P.- Pues sí, esa podría ser una muy buena comparación. Cuando termines la novela, te va a apetecer volver a una de las caras de ese puzle y leer esa parte porque había colores y matices que en la primera lectura se te escaparon, y luego volver a otra cara,... y así. Yo como me la he leído muchas veces no me la pienso leer más en u n tiempo, por lo menos a corto plazo. (Risas)

M.G.- (Risas) ¡Qué bueno! Te pensaba preguntar si te ha supuesto más esfuerzo escribir esta novela que toda la trilogía y me lo estás contestando ya.

C.P.- Sí, sí, sin duda. En todos los sentidos. 

M.G.- Y aparte del argumento, ¿qué me dices de los mapas que figuran al final de la novela? A mí el último me ha dejado totalmente flipada.




C.P.- Eso me llevó muchísimo, muchísimo trabajo. Primero, yo quería salir de la proyección de Mercator, la proyección que en nuestro mundo occidental conocemos de toda la vida pero está lleno de errores. Nos lo han vendido así y lo hemos tomado como la realidad. Pero realmente África es más grande que lo que vemos en los mapas que nosotros manejamos y todo el hemisferio norte sería más pequeño mientras que el hemisferio sur sería más grande. Lo que ocurre es que este mapa refleja una visión occidentalista. Se quiso hacer así, primero por las rutas marinas y luego para proclamar la supremacía del hemisferio norte frente al hemisferio sur. 

La proyección que uso en el último mapa es una proyección polar pero con las proporciones de Peters, que son las reales. Como veis, en ese mapa, África es mucho más grande y América del Sur es muchísimo más grande que América del Norte. Esta es la proporción real de los continentes por superficie pero el trabajo que ese mapa tiene detrás es el recopón bendito. Este mapa podría servir como división planetaria porque se ha hecho de forma proporcional, las áreas, los sectores, los territorios, cada uno con su nombre, con una superficie similar,... Tiene mucho trabajo esto.

M.G.- ¿Y las ciudades? Esa estructura en anillos concéntricos en el que existen cuatro tipo de ciudadanos con distinto nivel de privilegios. La verdad es que el entramado es alucinante.

C.P.- Es lo que te decía antes. Ese mundo te lo inventas un día y haces todas las anotaciones que quieras pero al día siguiente hay que volver a escribir y tienes que volver a meterte en ese mundo. Al margen de narrar la historia, hay que replicarlo de forma coherente en un universo que no existe. Ha sido una complicación que yo no esperaba para nada y solventarlo ha sido muy, muy complicado. Pero bueno, el resultado ha merecido la pena. Si el resultado hubiera sido malo, hubiera aprendido una lección muy importante sobre el oficio que tengo y las capacidades que tengo. Ahora yo sé que tengo un tramo de mejora muy importante y que esto ha salido bien igual que hubiera salido mal.

M.G.- Mira, yo no es por dorarte la píldora, pero creo Khïmera es el resultado de una mente brillante. Y encima llegas a este mundo y das el campanazo. Digo yo que por algo será, ¿no?

C.P.- El boca a boca está funcionando muy bien. Ya lo hizo con la trilogía y está ocurriendo así con Khïmera. Pero yo soy conocido entre blogueros y demás pero si sales de ahí y le preguntas a alguien el nombre de cinco escritores,... Bueno, para empezar hoy en día es muy difícil que alguien te diga el nombre de cinco escritores (risas). Lo mismo te dice María Dueñas y Pérez Reverte y punto, pero ninguno de esos te va a decir mi nombre. El camino que hay que recorrer por la venta de cada ejemplar es complicado.

M.G.- Pero parece que todo va por buen camino. La novela, como dices, es muy completa. Si te inventas hasta una moneda en ese nuevo mundo. El otro día vi el dibujo que colgaste en Twitter sobre cómo llegaste al nombre de la moneda. Explícamelo porque yo no lo pillé.

C.P.- La moneda se conoce popularmente como «culo» pero la moneda se llama UIM, Unidad de Intercambio Monetario, porque realmente en el futuro no va a ver moneda de tránsito legal físico. Esto está muy claro. De hecho ya existe una moneda en internet que tiene valor real y que está creciendo muchísimo. Pues esto va a ser igual. Yo quería darle un poco más de alma a la frialdad del UIM y salir también de las siglas. Entonces me puse a jugar, a ver si me salía un símbolo y sobre papel, en mi cuaderno, me salió un dibujo que era enteramente un culo. Y dije, ¡pues ya está! Y encima no lo explico en la novela porque claro, nosotros no explicaríamos lo que es un vaso, quedaría todo muy impostado. 

M.G.- Cierto. Bueno, ¿y qué me cuentas de Sarna con gusto? Ya está entregado creo. ¿Cuándo se publica?

C.P.- No lo sabemos aún. Depende de la editorial, de la vida de Khïmera, cómo respire, pero es un novelón. Ha quedado muy bien también. Es una novela negra, muy dura. La protagoniza Ramiro Sancho y empieza justo cuando termina la trilogía. Gira en torno a Sancho pero hay un caso vertical que es la historia del secuestro de una niña de quince años pero llevado como se lleva la investigación en España y que está muy lejos de lo que tenemos en la cabeza sobre cómo se gestiona un secuestro en las películas americanas. He construido la novela en una óptica de 360º en la que se ve la historia del secuestro desde el punto de vista de la secuestrada -para eso he tenido acceso a información muy buena, de la policía directamente y de cómo evoluciona una persona, privada de libertad, en base a su edad y del tiempo que va pasando-, desde el punto de vista de investigador doble, -del experto negociador y del investigador, porque esto se divide; en España hay una unidad de secuestros y extorsiones que son los encargados de la parte de la negociación con los secuestradores y luego, por otra parte, hay un investigador que le toca hacer toda la labor de campo-, desde le punto de vista de la familia y de los secuestradores. La parte de los secuestradores es magnífica pero no te cuento más. Ya lo leerás.

M.G.- Bueno, me deja con muchas ganas de leerla pero de momento me tengo que terminar esta. Como te dije, voy a empezar el tercer movimiento.

C.P.- El tercer movimiento es cañero, tiene mucha acción y cuando llegues al cuarto seguramente me escribirás para insultarme.

M.G.- ¿Si? Hombre, tanto como insultarte...

C.P.- Sí, si para mí será un halago.

M.G.- Bueno, pues nada ya te diré (Risas).

Oye, cuando hacéis esas fiestas de promoción en el Zero Café y cuelgas las fotos en Facebook, a mí me das una envidia terrible. Menudos fiestones organizáis.

C.P.- Sí, sí, aquello es una locura. Con Khïmera en concreto empecé a firmar a las 7 de la tarde y acabamos a las 2 y cuarto de la mañana. Pero es una fiesta totalmente porque ponemos música, pinchamos barriles de cerveza, hay un cortador de jamón, el ambiente es cojonudo.

M.G.- Pues a la próxima me voy allí.

C.P.- Hombre pues claro, estás invitadísima. Te lo pasas estupendamente. A la gente no le importa esperar porque todo es muy relajado y luego cuando les toca estoy con ellos un ratito. No es solamente la firma del libro. Es muy divertido. Para mí es muy cansado porque salgo tonto pero es una experiencia muy agradable.

M.G.- Sarna con gusto, César.

C.P.- Exacto, Sarna con gusto.

M.G.- Pues lo vamos a dejar aquí. Mucha suerte con Khïmera y espero poder verte con la próxima publicación. Un placer volver a verte.

C.P.- Lo mismo digo. Gracias. 

Esto es lo que nos contó César sobre su nuevo libro. Espero que os haya parecido interesante. Ahora toca esperar Sarna con gusto. Deseando estoy. 


[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

LA LOBA (DRAMA - 1941)

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Año: 1941.

Nacionalidad: EE.UU.

Director: William Wyler.

Reparto: Bette Davis, Teresa Wright, Herbert Marshall, Patricia Collinge, Carl Benton Reid, Dan Duryea, Charles Dingle.

Sinopsis: A finales del siglo XIX, en una población sureña, la calculadora y despiadada Regina Giddens entabla una lucha sin cuartel contra sus hermanos para quedarse con la herencia familiar. En sus planes no tienen cabida los sentimientos, ni siquiera hacia su marido, un hombre honrado que regresa a casa después de sufrir una grave enfermedad. En medio de la asfixiante atmósfera creada por la desmedida ambición de su esposa, sólo encontrará calor humano en el amor de su hija.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Tercera película de William Wyler que pasa por el blog pero es que sus trabajos merecen mucho la pena y es un gustazo sentarse a ver un largometraje dirigido por él.

Mala, perversa, canalla, infame, dañina, cruel, diabólica,... pero siempre maravillosa Bette Davis.¡Qué frialdad en su mirada! ¡Qué porte! Adoro a esta mujer con esa actitud altiva, arrogante, despiadada, capaz de helar la sangre al más pintado. Su belleza radica en otro lugar muy diferente al plano físico.  


Regina (Bette Davis), Ben (Charles Dingle) y Oscar (Carl Benton Reid) son tres hermanos pertenecientes a la familia Hubbard. Oscar está casado con Birdie (Patricia Collinge), padres de Leo (Dan Duryea). Por su parte, Regina está casada con Horace Giddens (Herbert Marshall), padres de Alexandra (Teresa Wright), a quien por intereses familiares quieren casar con su primo Leo aunque sus ojos se han posado en otro joven, David Hewitt. Dos familias bien acomodadas, que viven en el sur con plantaciones de algodón y esclavos que trabajan la tierra. 

Mientras Horace se encuentra fuera de la ciudad, hospitalizado por una dolencia cardíaca, Regina, Ben y Oscar estudian la manera de asociarse con un acaudalado empresario para construir una fábrica de algodón pero para eso les hace falta una importante cantidad de dinero. Ben y Oscar tienen su parte pero Regina necesita que su marido vuelva y aporte el capital necesario para la inversión. Los tres hermanos, que aparentemente mantienen una relación sana, entablan una lucha encarnizada por el poder. Lo que en un principio puede resultar un negocio que beneficiará a todas las partes se convierte en una batalla en la que los hermanos se colocan la zancadilla una y otra vez. Regina es una mujer pero, a diferencia de su cuñada Birdie, sabe defender sus intereses con uñas y dientes. Su ambición no conoce límite, ni siquiera el consanguíneo, y así, como una loba, o más bien, como una zorra, si nos atenemos al título original de la obra, no dejará títere sin cabeza. Regina quiere más, más que sus hermanos, más que nadie en el mundo, anhela convertirse en una persona rica y poderosa, y si para ello tiene que humillar y pisotear lo hará. Nada la detendrá, ni siquiera la muerte. 

En este singular elenco de personajes se percibe dos grupos claramente diferenciados que encarnan el mal y el bien. Por un lado los que operan en el lado oscuro -Leo, Regina, Oscar y Ben- que con tal de obtener sus objetivos no sentirán remilgos ante comportamientos poco éticos. Por otro, aquellos a los que les mueve la compasión y la bondad - Birdie, David, Alexandra y Horace-.¿Quién ganará? ¿El mal frente al bien?

Basada en la obra de Lillian Helman «The little foxes», llevada al teatro en 1939, Wyler apuesta por la genial Bette Davis, con quien mantuvo una relación, y que en esta película siempre irá de frente, sin tapujos y diciendo las cosas a la cara. A Davis no le hace falta actuar a tus espaldas. Ella te escupirá a la cara sus intenciones y lo que piensa de ti. Sin duda, es ella la que soporta el mayor peso de la película. Hablar de su nivel interpretativo es reiterar lo dicho hasta el hartazgo en reseñas anteriores. Verla interpretar un papel tan lleno de matices es un lujo que no debemos dejar pasar de largo y, en esta ocasión, cuenta con el apoyo y el respaldo de otros actores y actrices que consiguen redondear la película. 



Herbert Marshall en el papel del marido moribundo no se queda atrás. Su gesto demuestra la desconfianza propia de un hombre que recela de las dulces atenciones de su esposa, sabiendo que ella, una auténtica arpía desde que se casaron, esconde motivos más interesados pues siempre estará movida por la codicia. Marshall es el alter ego de su pérfida esposa y entre los dos se construirán los momentos más álgidos de este melodrama fantástico.

Patricia Collinge representará a la mujer herida en lo más profundo de su alma que tiene que ampararse en el alcohol para soportar los desprecios y la indiferencia de su marido. Siempre recordando los años pasados, felices junto a su madre, ella se siente sola y desgraciada y por fin podrá decir lo que piensa en un monólogo que casi la liberará, recibiendo el consuelo de su sobrina, Teresa Wright, la joven que vive ajena a la maldad que se teje a su alrededor, deseando la pronta recuperación de un padre al que adora y que terminará por descubrir la auténtica naturaleza de su madre. 

Si a todo esto se le une la mano de Wyler, la película es prácticamente redonda. A un argumento lleno de hienas se le une las melodías que emergen de las voces negras mientras los personajes se mueven en la quietud de la noche y un maquillaje que acrecienta la severidad del rostro de Davis. Y lo mejor de todo, un par de escenas espectaculares, en los que el segundo plano crece sobre el primero desviando la atención del espectador a lo que se sucede más allá de la primera línea de rodaje y una secuencia muy concreta en el clímax de la película, que nos dejará sin respiración y con Davis como protagonista. 

Si le tengo que poner una pequeña pega será en su desenlace y no porque sea malo, que no lo es, sino porque, para mi gusto, requería algo más de tensión a juzgar por el desarrollo de los hechos. Pero bueno, es una apreciación muy personal que en nada debe influir. Por lo tanto, recomendar esta película es casi una obligación. De lo que llevo visto de Wyler, que aún es poco, me gusta absolutamente todo y qué decir de Bette Davis. Si se une un buen cineasta y una actriz de su categoría, el resultado es una obra maestra que no hay que dejar pasar. 

Detengamos a la lobas, a todas las alimañas que estropean las vides, porque en nuestras vides han madurado las uvas. 



Trailer (en inglés):





[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

ENTREVISTA a FERNANDO GARCÍA CALDERÓN (Yo también fui Jack el Destripador).

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Autor

Fernando García Calderón (Sevilla, 1959) es un autor de decenas de relatos reconocidos en los más prestigiosos certámenes, habiendo publicado hasta la fecha dos volúmenes de cuentos -El mal de tu ausencia y Sedimentos en un pantano-. Su primera novela, El vuelo de los halcones en la noche (1997), fue galardonada con el premio Félix Urabayen. A ella siguió El hombre más perseguido (1999), premio Ateneo-Ciudad de Valladolid. Lo que sé de ti (2002), La noticia (2006), La judía más hermosa (2006) y La resonancia de un disparo (2008) completan una trayectoria que se cimienta en sus sólidas estructuras ficcionales, su originalidad en el tratamiento de los temas abordados y su repudio de los géneros y etiquetas.

Sinopsis

¿Qué haría usted si recibiera un anónimo que contiene la confesión de Lewis Carroll reconociéndose Jack el Destripador? John Riordan, octogenario forense de Scotland Yard, se enfrenta a un sujeto que posee, así lo asegura, delicados secretos del club al que perteneció en 1888. Por él pasaron escritores y artistas, teóricos de la economía, inventores, arquitectos y pioneros del deporte. Desde Bram Stoker o H.G. Wells hasta Bernard Shaw. Desde Alfred Waterhouse hasta John Goodall, máximo goleador de la estrenada liga de fútbol. Aquella élite de la confidencialidad viviría, con interés inusitado, las andanzas del asesino más arrogante que se recuerda.

John Riordan, en su condición de ayudante del inspector Abberline, se ve obligado a perseguir sombras que escapan de una época victoriana en decadencia, cuando llega a Londres como un prometedor discípulo del deductivo Joseph Bell y se enfrenta a una investigación de altos vueltos. Habrá de espera a la finalización de la II Guerra Mundial para descubrir el mayor enigma de la historia del crimen.

Yo también fui Jack el Destripador es la viva expresión de un tiempo fronterizo entre los estertores de un siglo XIX velado por la hipocresía moral y la eclosión de un mil novecientos que pondrá a prueba la capacidad de regeneración del hombre y su instinto de supervivencia.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Jack el Destripador.¿Cuánto se ha escrito sobre el famoso asesino de Whitechapel? Hace unos días os hablaba de una nueva novela publicada por Ediciones del Viento, en el que su autor, Fernando García Calderón, lanzaba su propia teoría (puedes leer la reseña aquí). La lectura de Yo también fui Jack el Destripador me produjo muchos interrogantes que pude formularle al autor en un encuentro que se produjo algunas semanas atrás. Si quieres saber más sobre las circunstancias que rodearon aquellas muertes, no te pierdas esta entrevista. Esto es lo que nos contó. 

Marisa G.- Fernando, por lo que tengo entendido, este es tu noveno libro.

Fernando G.- Sí, tengo siete novelas y dos libros de relatos.

M.G.- Publicados con diferentes editoriales.

F.G.- Sí, empecé mandando novelas a premios. Tuve suerte porque con la primera gané un premio en Toledo, el Félix Urabayen, con la segunda el Premio Ateneo Ciudad de Valladolid y ahí conocí a la editorial Algaida y a Miguel Ángel Matellanes. La siguiente la hice en Destino, cuando Destino era distinto a lo que es hoy y luego volví a  publicar con Algaida. Esta me apetecía hacerla con Ediciones del Viento porque es una editorial muy especializada en estas lides decimonónicas y en temas de viajes.

M.G.- No conocía esta editorial. 

F.G.- Eduardo Riestra, el editor, es un tío muy competente.

M.G.- En esta novela, tú abarcas uno de los grandes misterios de la época victoriana que llega hasta nuestros días, la identidad del asesino de Whitechapel. Planteas tu propia teoría en este libro pero imagino que hay muchas hipótesis al respecto ¿no?

F.G.- Sí, hay de todo. Mi primer contacto con este hombre fue cuando tenía diecisiete años. Por entonces leí un libro de un periodista norteamericano, Tom Cullen, y me interesó el personaje, aunque quizás me interesó más aún el entorno, las circunstancias en las que se desenvuelven esos asesinatos y algunas peculiaridades que hacen diferente al quinto asesinato canónico respecto a los otros cuatro. Desde luego se trata de una época especial, de crisis y es curioso que, comparándolo con otras épocas de crisis, se descubre que los fenómenos extraordinarios precisamente acontecen en estas circunstancias y sin lugar a dudas, aquellos asesinatos fueron un fenómeno extraordinario. 

Hoy en día, salvando las distancias y pensando en política, se puede decir que Podemos es un fenómeno extraño que surge en una época de crisis. La tesis que yo defiendo es que, en aquel momento, una serie de personas en Inglaterra querían conseguir un cambio social y de alguna forma, Jack el Destripador, ayuda a generar ese cambio.

M.G.- Hace relativamente poco estaba viendo un programa de televisión y salió otro señor que ha escrito otro libro sobre Jack el Destripador en el que se apunta a un famoso escritor de la época. Por lo que yo he estado mirando, las sospechas recayeron sobre varias personas muy distintas unas de otras, ¿no? Entre ellos un pintor cuyos cuadros son espeluznantes.

F.G.- Sí, Walter Sickert. Tiene un cuadro en concreto que se llama La habitación de Jack, muy oscuro en el que se ve una figura de espaldas y es muy inspirador. Si imagino a Jack el Destripador, me imagino enseguida ese cuadro. Sickert tiene unos cuadros que son muy rotundos dentro de un estilo que está casi rozando el expresionismo pero sus muertas y sus asesinadas son tremendas. 

Por eso en la novela también uso el personaje de Walter Sickert porque me parecía interesante. Reunía cualidades como para poder ser un posible Jack el Destripador.

M.G.- Incluso se habló de que podía ser un miembro de la policía,  ¿verdad?

F.G.- Mira, yo me aproximo al personaje pensando más en las circunstancias que rodean los asesinatos que en el propio personaje en sí. Hay circunstancias que son muy ilustrativas y que hacen pensar en algo más complejo que un simple maníaco sexual. Aparentemente, este asesino en serie tiene un móvil. Él sabe por qué está haciendo eso y lo rodea de una escenografía muy determinada, muy llamativa que tiene que causar el impacto adecuado dentro de la opinión pública. Además se produce esa correspondencia con la policía y otros entes, a donde él manda cartas o manda un trozo de riñón, con lo que demuestra que no es un simple asesino. Si pensamos en la consecuencia de esos asesinatos, ¿quién puede ser beneficiado por ellos? Pues hay un personaje que es James Monro, un alto cargo de la policía de la época, que como se verá en el libro podría beneficiarse de esos asesinatos.

M.G.- Fuera quien fuera, tendría que ser una persona culta y con buenos conocimientos en medicina y cirugía porque las víctimas aparecieron con un cortes muy precisos.

F.G.- Sí, desde luego lo más llamativo es eso. En las declaraciones primeras, una vez iniciada la investigación, eso queda muy claro. Se le llegó a preguntar a un forense cuánto tiempo tardaría en realizar el «trabajo» del segundo de los asesinatos y confiesa que necesitaría el doble o el triple de tiempo que el que se invierte en ese proceso. Eso hace pensar que, sin duda alguna, hay que tener como mínimo un cuchillo adecuado y un conocimiento determinado. Pero yo voy más lejos, si no tienes esa idea de impunidad, de que vas a salir libre de todo eso, es probable que el trabajo hubiera sido más chapucero. Mi impresión es que hay condiciones que permiten al asesino sentirse cómodo en ese momento, sabe que puede entretenerse sin que se produzca una injerencia o una perturbación. De hecho, cuando se produce una perturbación, entiendo que no planificada, como ocurre en el asesinato tercero, el trabajo queda interrumpido porque no le da tiempo a ejecutar toda la maniobra.

M.G.- En tu novela, en la que se alterna pasado y presente, el narrador recibe una visita sesenta años después de que se produzcan los asesinatos de Whitechapel y ese visitante asegura tener documentos muy comprometedores para ciertas personalidades de la época victoriana. A partir de ahí, ese narrador tendrá que ir desgranando una serie de pistas que tienen mucho ver que Lewis Carroll y su obra Alicia en el País de las Maravillas. ¿Crees que es fundamental haber leído el libro de Alicia para entender todo lo que tú planteas en tu novela?

F.G.- Mi idea era que no fuera necesario estrictamente. Yo he pretendido que la historia esté suficientemente explicada. Quizás tenga más relevancia el carácter de Lewis Carroll que su obra. Él era un personaje relativamente contradictorio como suele ocurrir con la moral victoriana porque, por un lado, era muy reservado como matemático, era un profesor que todos aseguran que era malo pero por aburrido y sin embargo, como fotógrafo era justo lo contrario y aplicaba el divertimento, y como escritor va más lejos todavía. Algunas de las escenas que se recogen en Alicia podrían parecer que están escritas bajo los efectos del láudano, algo que probablemente sea cierto. Él padecía unos dolores de cabeza muy fuerte y en aquellos tiempos el láudano servía para atenuar esas dolencias. 

M.G.- Hay algunos aspectos en la novela que me han dejado totalmente alucinada. El argumento, especialmente hacia el final, está muy relacionado con la numerología. El segundo asesinato, el de Annie Chapman está muy vinculado con el número 29 pero si hay una regla numérica con mucho peso en tu novela es la regla del 42. Explícanos un poco todo esto.

F.G.- La regla 42 es una regla que se empleaba en algunas sociedades esotéricas. En muchas ocasiones se ha buscado simbología en los números. Por ejemplo, en nuestra cultura el  número 7 tiene un significado muy especial y en otras culturas hay otros números que adquieren mucha relevancia. La simbología del 29 es causal, digamos que es preparar el terrero para luego hablar del 42. Y el 42 tiene mucha significación porque aparece en el Apocalipsis y a partir de ahí se construye toda una parafernalia con ese número. Se asocia a eventos singulares y se juega mucho con la combinación de números.

M.G.- Pero todo eso es fruto de tu investigación, ¿se relacionó en su época los asesinatos con esa regla?

F.G.- Sí, en su tiempo existía la regla 42 y es evidente que en Lewis Carroll no todo es casualidad. Hay juegos clarísimos en los que él trabaja tanto con las palabras como con los números, pero sí es verdad que yo no había visto hasta ahora en ninguno de los textos que he analizado sobre Jack el Destripador o Lewis Carroll, que hubiera una motivación singular hacia esa cifra, por eso, en la novela, al principio hay un poco de escepticismo por parte del personaje protagonista cuando se habla de ella, aunque la conocía. Luego poco a poco se va dando cuenta de que hay cosas que van cuadrando. Pero, en definitiva, lo que yo pretendo en la novela es generar la idea en el lector de que si hubiese un complot por parte de una sociedad secreta sería lógico aplicar una regla, esta o una similar a la regla 42.

M.G.- Después hablaremos de esas sociedades. 

En la novela se narran los cinco asesinatos que son considerados como canónicos. ¿Todos los detalles que das sobre esos asesinatos, cómo se perpetraron es fiel a la realidad?

F.G.- Totalmente porque la documentación de la época es muy exhaustiva. Al final del libro menciono una web inglesa que es fantástica en la que trabajan varias personas desde hace varios años y ahí se recogen autopsias, periódicos de la época -con lo cual estás leyendo de verdad lo que se publicaba en aquel momento-, certificados de defunción,... [Se refiere a Casebook: Jack The Ripper] Prácticamente todo lo que es dato objetivo lo tienes a tu alcance estudiando, ya no digo libros, sino en internet si recurres a sitios serios. En este sentido he querido ser muy riguroso porque he querido transmitir la esencia de la época. Yo creía que a través de esas descripciones podría ambientar adecuadamente al lector.

M.G.- Una época y una esencia que tú plasmas muy bien porque no solamente te limitas a narrar unos asesinatos sino que también colocas al lector dentro de esa sociedad que diseccionas hasta el más mínimo detalle. Manejar toda la información que ofreces y que haces girar alrededor de los asesinatos, no debe resultar fácil.




F.G.- Bueno, es cuestión de ponerse. Pienso que cuando haces una novela que en cierta manera tiene un corte histórico, tienes que situar al lector en ese contexto. El dato por el dato no sirve para nada pero si logras transmitir lo que sentían aquellas personas y consigues que el lector imagine que va por la calle y se vea dentro de esa atmósfera, eso ayuda mucho. Algunos de esos hitos son importante porque sirven para identificar mentalmente cosas que nos han podido sonar en algún momento y que nos van a situar mejor en el contexto. Pero en este caso, eso no fue especialmente difícil. Siempre he actuado así.  Todo es técnica y un poco de experiencia.

M.G.- Pues a mí me ha llamado mucho la atención porque el trabajo me parece que tiene que ser complicado.

F.G.- Fue mucho más difícil cuando escribí La judía más hermosa, porque tenía que situar al lector en el siglo XV aquí, en Sevilla y en Roma.

M.G.- Por otra parte, hay también otras cuestiones en tu libro que son fundamentales para entender el argumento. Al margen de mencionar de las sociedades secretas como Aurora Dorada, los club de intelectuales, como el Club Diógenes, la Sociedad Fabiana, también nos hablas de una corriente muy curiosa como era el Mesmerismo.

F.G.- Sí. Uno de los fundamentos de la novela era efectivamente darle ese concepto de colectividad que establecían los clubes de la época. Volvemos a ese concepto de moral dual con la que se manejaban los victorianos, con una doble vida  -una pública y otra privada-, y las dos no tenían por qué corresponderse una con otra. Los clubes, los oficiales digamos, eran casi profesionales en el sentido de que eran monotemáticos. Las sociedades secretas y los clubes que no eran tan oficiales se movían en otros terrenos. El Club Diógenes se mueve por un lado con una intención muy social, con el deseo de mejorar la calidad de vida de tantas y tantas personas que lo pasaban mal por aquella época en Londres y por otro lado, en dirección a una ciencia que tiene parte de ciencia y parte de esoterismo. Todavía en ese momento la ciencia no llega a ser pura sino que maneja otras cuestiones misteriosas, y el electromagnetismo lo era en aquel instante, que permiten descubrir formas de controlar el sentido, curar, sanar problemas de la mente humana. Y el Mesmerismo encaja en esa situación. Lo que se narra en la novela como un sistema de trabajo para mejorar las cualidades de determinadas personas tiene un fundamento real pero también hay una parte de fantasía propia.

M.G.- Tengo una curiosidad Fernando, ¿por qué entre los distintos capítulos vas incluyendo alguna cita a modo de separación?


F.G.- Estructuralmente yo quería que la novela estuviera dividida en cinco bloques que corresponde a los cinco asesinatos más un epílogo. Son once capítulos por cada uno de los bloques, un total de cincuenta y seis que son las cincuenta y seis semanas de trabajo que me ha llevado la novela. ¿Por qué lo hago así? Pues porque yo quería llevar un ritmo determinado de trabajo. De igual modo, que el personaje sea octogenario y yo situe la trama inicial en el año 46 como referencia temporal de presente no es algo aleatorio. Me interesaba hacerlo así porque acababa de ocurrir otra gran crisis, la II Guerra Mundial. Con esos mimbres, el objetivo que yo perseguía era dividir la novela en una serie de bloques y conseguir un tono determinado en el relato. ¿El usar esas frases? Porque me encantan y creo que encajan bien con cada uno de los bloques e incluso, hay alguna, la H.G. Wells, por la que hubiera pagado por escribirla yo.



«La civilización es una carrera entre la educación y la catástrofe»


M.G.- Volvamos a Whitechapel. Si hipotéticamente son cinco los asesinatos que se le atribuyen a Jack el Destripador, ¿por qué dejaría de matar?


F.G.- Mi teoría es que efectivamente había una fecha de caducidad para esos asesinatos y que una vez cubierto el objetivo que se perseguía, ya no tenía sentido seguir matando porque caería en la rutina. ¿Qué objetivo se perseguía? Sin duda, el primero  tenía que ser llamar mucho la atención sobre la forma de vida que tenían en el East End, una situación dramática. El East End de entonces tendría unos dos millones y pico de habitantes, una población como la de Madrid o Berlín de entonces o incluso más, todos viviendo casi en la miseria, con una salubridad infame y con unos índices de criminalidad disparados. 

El segundo gran objetivo sería beneficiar a personas concretas y ahí surge la idea de un posible enlace entre un efecto colectivo y un efecto individual. La ayuda de la policía sería decisiva. Scotland Yard sería muy útil para localizar qué prostituta conviene matar porque, si te fijas, prácticamente los asesinatos no parecen tan casuales como algunos han pretendido hacer ver. Son prostitutas enfermas a las que les puede quedar poco tiempo de vida. Están perfectamente escogidas salvo en el quinto asesinato que se produce en un interior y es una chica mucho más joven, Mary la Negra, como la llamaban, y por eso el desenlace fue distinto.


M.G.- Y de ahí lo que comentabas antes, que ese quinto asesinato se separa del patrón de las cuatro restantes, ¿no?


F.G.- Efectivamente. Digamos que es un hilo suelto pero también es verdad que queda tan suelto que obliga a finalizar. Justamente es el momento en el que se han producido las grandes manifestaciones, ya la policía se encuentra en un estado tenso, Charles Warren - Comisionado de Scotland Yard- ha dimitido. Es el momento oportuno para que dejen de producirse este tipo de noticias, que llamaran tan poderosamente la atención. Con lo cual podría decirse que prácticamente todos los objetivos que se perseguían, suponiendo que los objetivos fueran los que yo expongo en la novela, se han cumplido y no hace falta matar más.


M.G.- Todos son incógnitas. Lo único que podemos hacer es lanzar hipótesis. Esto no se sabrá nunca porque el caso se cerró en falso y ahí quedó.


F.G.- Yo he pretendido que no queden lagunas. Si el lector lee esta novela, la lógica de la narración permite hacer creíble toda la historia. No hay cabo sueltos o por lo menos no creo que los haya. Si lo he conseguido, genial, pero casi todas las restantes teorías a las que me he enfrentado leyendo tienen cabos sueltos. Ojalá esta no los tenga pero si algún lector descubre alguna que me lo haga saber que yo lo reconoceré públicamente.


M.G.- Pues yo no he descubierto nada. (Risas) 


Otra curiosidad que me surge. Sé que hubo cartas que él dirigió a Scotland Yard y según he leído por ahí, algunas han desaparecido de los archivos de la policía. ¿Esto es verdad?




F.G.- Sí, puede haber ocurrido eso. Después de los estudios que se hicieron de grafología se llegó a la conclusión de que no todas eran de la misma persona. Había un grupo de cartas que perfectamente se veían que eran de la misma mano pero no todas lo eran y no todas procedían de los mismos sitios. Algunas se mandaron desde puntos muy lejanos de Londres. El tema de las cartas nunca fue estudiado muy en profundidad porque se consideraba que hacía mucho ruido, que introducía elementos distorsionadores en el análisis del tema. Pero yo pienso que eso era deliberado, que se trataba de confundir.


M.G.- El libro es fascinante. Al margen de los asesinatos, de los que se ha escrito mucho, tú creas un ambiente muy real. Creo que es un libro muy complejo y muy trabajado. No sé cuánto tiempo te ha llevado documentarte para una novela así. 


F.G.- Me documenté durante las cincuenta y seis semanas que lo estuve escribiendo. Yo ya había leído mucho sobre este tema. El proyecto surgió de una conversación con el editor. Él me lanza un reto, yo se lo acepto y a partir de ahí me dedico a estructurar qué quiero plasmar en esa novela, pero claro, yo no me sabía al detalle todo lo que quería tratar y ahí sí me tuve que documentar, pero lo fui haciendo sobre la marcha.


M.G.- Pues el reto nos lo planteas tú ahora. 


F.G.- Sí, algo así.


M.G.- Fernando pues te deseo mucha suerte con esta nueva novela y gracias por esta conversación tan interesante. 


F.G.- Gracias a vosotros.


Una conversación realmente interesante y un libro que lo es mucho más. La figura de Jack el Destripador siempre nos despertará nuestra curiosidad. ¿Tendrá razón Fernando García Calderón con su teoría? Leed y sopesad.




[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]



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